Los piqueteros se alejan del Gobierno por la falta de respuestas

Cuando Fernando “Chino” Navarro decidió ser parte de éste Gobierno, lo hizo pensando que le permitiría crecer puertas adentro, posicionarse tras algunas acusaciones de falta de lealtad durante el macrismo, aglutinar organizaciones sociales tras su figura y poder sumar militantes a su organización, el enorme Movimiento Evita.
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Entre el fuego amigo que terminó por carbonizar el poder político del albertismo si es que alguna vez existió, a la pandemia, la interna con los gobernadores, la crisis económica y las promesas incumplidas, el oficialismo hoy ve con preocupación la ruptura de los que abandonan sus filas para desembocar en otras organizaciones sociales. Ahora ya no es sólo dirigente social y empresario, sino también secretario de políticas parlamentarias dentro de la Jefatura de Gabinete que encabeza Juan Manzur.
“Ya sé que esto va a ser peor, no me voy a quedar mirando como el Chino aplaude a Alberto y a Crisina y mis hijos no tienen para comer”. El que habla con MDZ es Eduardo, obrero de la construcción nacido y criado en La Matanza, donde el peronismo gobierna hace 39 años sin pausa. “ La Matanza es un hervidero, acá no se puede vivir y nos piden que defendamos lo indefendible, esto es una vergüenza”, cuenta quien vivió un tiempo en CABA y se volvió a La Matanza para bajar costos. Eduardo después perdió su trabajo y militó años en el Movimiento Evita. “ Navarro tiene que decidir, nos defiende o defiende sus intereses”, declaró sin eufemismos.
Otro Eduardo, Belliboni, conversó con este medio en su viaje a CABA desde Burzaco, donde vive y milita. Dirigente de peso y altura del Polo Obrero, analizó la realidad y coincidió con el diagnóstico de su tocayo. " Recibimos más de 12 mil personas que vienen del oficialismo. No son tontos: acá nadie pide plata, acá nadie descuenta sueldos, acá nadie se casa con el Gobierno. No somos todo lo mismo”, definió Belliboni. “Estamos logrando más y más unidad porque queremos que todos los que no tengan representación estén acá, vamos a luchar por el salario mínimo vital y móvil que es lo que rige jubilaciones, planes sociales, etc”.
Quienes conocen al Chino Navarro dicen que está intranquilo. Su peso en la mesa del poder no es el que supo ser, sus militantes no se sienten representados y no hay proyectos que aseguren que su situación mejore. Esa incomodidad es la que lo obligó a marchar la semana pasada en una concentración contra el Gobierno. Alberto Fernández sabía que iría y lo entendió, pero no sería lógico que se sostenga esa lógica varias marchas más. Y saben que van a ser casi diarias.
La Corriente Clasista y Combativa, últimamente con acusaciones de corrupción y 23 allanamientos realizados en donde se encontraron más de 50 mil dólares y millones de pesos no registrados, sufre la misma hemorragia que el Evita.
Isabel militaba en la CCC en Berazategui, donde también gobierna el peronismo hace 39 años sin pausa, la situación es alarmante y harta de no tener respuestas, hace dos meses pegó el portazo y apareció también en el Polo Obrero. Allí, en su municipio, se inscribió en un proyecto de panadería y encontró respuestas que le permitieron empezar a militar entonces cerca del ámbito de Belliboni.
Estos pases de una organización a otra se cristalizarán el jueves en una jornada tripartita que desembocará en Plaza de Mayo. Allí la Unidad Piquetera sostendrá la crítica a lo que consideran inviable que es este Gobierno. “Nadie puede descartar el adelantamiento de elecciones, todos saben que es una posibilidad”, cerró Belliboni.