Claves del poder

Mauricio Macri empieza a endurecerse y ordena la tropa por si juega Cristina Fernández de Kirchner

Macri vuelve de Qatar recargado para diseñar el mapa del PRO de cara las elecciones. Cree que Patricia Bullrich puede crecer más, pero no descarta ser candidato. El factor CFK y la situación judicial. La pelea de Jorge Macri con Rodríguez Larreta por la sucesión.

Pedro Paulin
Pedro Paulin viernes, 9 de diciembre de 2022 · 11:00 hs
Mauricio Macri empieza a endurecerse y ordena la tropa por si juega Cristina Fernández de Kirchner
Foto: Archivo MDZ

La agenda de Mauricio Macri no se va a relajar en diciembre, cree que todo se puede complicar aún más, que el Gobierno sin rumbo puede explotar y que con Cristina Fernández de Kirchner procesada todo puede pasar, desde la más absoluta paz al catalizador más mínimo para que se interrumpa la democracia. Hasta ahí llega la elucubración calabresa en la intimidad. Macri alienta a los duros a endurecerse, y a los tibios a correrse, vuelve de Qatar el martes y se encarga de empezar a diseñar el país que sueña para marzo de 2024 tras ganar en primera vuelta las elecciones presidenciales.

Puede o no estar en la boleta, ni él lo sabe, pero sí tiene decidido saber quién va a estar en la foto. En sintonía con Alberto Fernández, Macri cree que la imagen negativa de Cristina orilla el 80% y llegó para quedarse, la diferencia es que Macri precisa una Cristina fuerte para ganar, y Alberto una Cristina sin apoyo popular para ir a las PASO con el pecho inflado si es que Sergio Massa logra, como dice en privado, que la inflación en abril podría ser inferior a los tres puntos, hoy un oxímoron.

Así entonces, Macri habló con Miguel Angel Pichetto para reunirse a su regreso, hoy encargado de armar esencialmente en Buenos Aires con Joaquín de la Torre, con quien también se verá Macri más allá de Cristian Ritondo, hoy la cara visible de Macri en la provincia. Lo arma Alex Campbell, vidalista de pura cepa hoy trabajando con Ritondo con Diego Santilli enfrente. El interior tiene pendiente reunión con el chubutense Nacho Torres y operadores del norte, un Macri sin descanso y recargado para dar la batalla final en diez meses como protagonista.

En el interior hay embajadores macristas tejiendo sin pausa, de Jujuy a Tierra del Fuego. Incluso donde parece imposible como en La Rioja, donde el gobernador Ricardo Quintela ya tiró todo el aparato a la calle por el crecimiento de la oposición, hoy en el diputado Martín Menem y una variopinta oposición macrista. ¿Sabrá la Justicia riojana que la mujer de Quintela, Gabriela Pedrali, omitió declarar años anteriores una casa en Punta del Este y ahora no la pueden explicar? Particularidades de las democracias del interior.

La foto de Jorge Macri con Patricia Bullrich tuvo su vuelto asimétrico, el apoyo explícito de Horacio Rodríguez Larreta a Fernán Quirós, lo que dinamitó el buen vínculo que el primo del expresidente supo cultivar estos meses en el Gobierno porteño. Mauricio Macri le dejó claro, más que claro al jefe de Gobierno que el candidato es Macri y que si apuesta por Lousteau, se quebrará entonces el vínculo que une al expresidente con Larreta tras 17 años de trabajo conjunto. Larreta lo sabe y hace malabares con los pedidos de Lousteau y las exigencias de la marca Macri, la más ganadora de la historia del distrito sin perder una primaria en veinte años. Sólo la segunda vuelta con Aníbal Ibarra le quita el desempeño perfecto a Macri en CABA. 

Así entonces, Jorge Macri se hace medir, sabe que su apellido tiene un basal altísimo pero quiere ir por más y arma mesas de trabajo para lograr vaciar la pecera radical, donde los peces son escurridizos y algunos prefieren evitar la cercanía con Emiliano Yacobitti, eterno ladero de Loustau con perfil recaudatorio en la campaña. Teje Macri y se reconcilia con Larreta, a quien le deja en claro que será el año que viene candidato a jefe de Gobierno por Juntos por el Cambio, pase lo que pase, diga lo que diga. Se reunieron en privado la semana pasada, se pasaron mutuas facturas y acordaron mirar para adelante juntos: "Tengo el apoyo de mi primo y de Patricia, quiero tener también el tuyo y ganar la Ciudad, no puede quedar en manos de los radicales después del trabajo que costó", le dijo el exintendente de Vicente López. Larreta asintió antes de irse de gira a Estados Unidos, donde explicó por qué era la persona indicada para terminar con el populismo sin caer en una derecha dura como Bolsonaro, donde la previsibilidad escasea, algo que nunca le gustó al gigante del Norte. Lo mismo pasa con Javier Milei. 

En la cocina del PRO hubo juntada mirando la condena de Cristina por corrupta. El consejo del partido se reunió y analizaron balances del año, algunas renuncias (saldría perdiendo, otra vez, el sector de Lousteau) y temas de gestión, más allá de los objetivos del 2023: más amarillos en todos lados, reforzar la vieja mística que generó Mauricio Macri veinte años atrás, volver a las bases. Hubo reproches, facturas de muchos lados y una pequeña aunque molesta rebelión por la falta de consulta y por que están hartos que los llamen a levantar la mano en las bases del partido ( comunas y varios secretarios) y se cayó la reunión de consejo. El clima se respiraba hostil como hacía tiempo no se sentía, por eso quedó inconclusa y simplemente se aprobó el balance. Algunos de los apuntados, Juan Pablo Graña, secretario general del PRO, Patricio Romero, el presidente y Eduardo Macchiavelli, otrora hombre fuerte del espacio, hoy con un nivel de reproche interno nunca visto. Así no tendría el lugar de protagonismo que sueña para el armado presidencial. 

Así entonces, Mauricio Macri ya logró su primer objetivo: endurecer a Patricia Bullrich, lograr destrabar algunos aportes privados para su campaña y esperar la vuelta de Rodríguez Larreta, con quien tiene por delante el duro desafío de decidir si es parte de la solución o del problema: Si Larreta llega a querer posicionarse desde una social democracia amigable con el estado mediano y el radicalismo que apedrea al ex presidente a diario, deberá entonces el jefe de Gobierno que escoger si entrega su vínculo con Macri o no. Macri no tolerará más desobediencias y se lo hizo saber: "Más peronista que nunca Mauricio al final", rie un armador nacional del PRO con diez campañas en sus enormes espaldas.

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