Análisis

Las claves para entender al gobierno de Suarez, en un momento crítico

Mendoza podría entrar en una etapa de superación del pico de contagios de coronavirus, aunque cuál será el impacto económico de la pandemia todavía no se vislumbra. La estrategia política para las elecciones que podría extender un año y medio el calendario y las dudas eternas por Portezuelo.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 1 de noviembre de 2020 · 10:21 hs
Las claves para entender al gobierno de Suarez, en un momento crítico
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Los especialistas hace tiempo que lo habían advertido. Mendoza, como buena parte de las provincias afectadas fuertemente por la pandemia, iba a registrar un amesetamiento de casos de covid-19 para lograr superar el pico durante los primeros días de noviembre. Ese escenario, en teoría, es el que enfrentamos en esta etapa crucial según la proyección del gobierno. Dos datos de esta última semana: el índice de positividad (o sea el porcentaje de resultados positivos del total de tests realizados) volvió a establecerse en una cifra que ronda el 40% (llegó a estar por encima del 50%)  y la cantidad de muertos por millón de habitantes está por debajo de la media nacional. El primer indicador sirve para establecer de manera indirecta la circulación del virus y el segundo, básicamente, para saber si el sistema sanitario está dando respuesta o no.

Son datos alentadores, pero que de ninguna manera marcan que el problema ya pasó. La meseta está, pero sigue siendo alta con más de 700 casos en promedio por día. Y la cantidad de muertes se sigue actualizando: la carga en el sistema SISA  de fallecimientos que no habían sido computados hasta el momento ya casi llega a las 200 personas. Las políticas de aislamiento no están dando los resultados esperados y eso nota en la calle: el gobierno ya no da abasto para controlar las violaciones a las restricciones a las reuniones familiares porque, prácticamente, la mayoría no está cumpliendo. “Ya son pocos los que denuncian este tipo de prácticas, porque todos incumplen”, se sinceró un funcionario. La clave para los controles está, en definitiva. en la alerta sanitaria. Es decir, en las restricciones para circular después de las 23.30 en donde prácticamente nadie tiene un justificativo para hacerlo.

No es una información que el ministerio de Salud intente ocultar, aunque tampoco se la difunda con interés. La cifra comunicada de casos confirmados de coronavirus en Mendoza hay que multiplicarla por cinco para tener una verdadera radiografía como consecuencia de la falta de testeos masivos. Es decir que, si como se informó este sábado, hasta el momento los casos positivos fueron 45.700 aproximadamente, la realidad marca que llegamos a los 225.000.

En la administración de la pandemia, Suarez está buscando la forma de recuperar algo del nivel perdido de actividad económica. El “veranito” cambiario de esta última semana a nivel nacional, no alcanzó para que se despajaran en Mendoza las dudas y la incertidumbre acerca del futuro  y lo que se reclama es un “volantazo” por parte de Alberto Fernández que permita recuperar la confianza . El problema de Suarez en este punto es claro: precisa que el país crezca para que la situación mejore ya que, desde aquí, lo único que se puede llegar a ofrecer son programas para el sostenimiento del empleo y para asistir financieramente a las Pymes.

El gobernador no volvió a hablar con el presidente desde aquella reunión en la Casa Rosada de hace más de tres semanas, pero viene negociando con Matías Lammens (ministro de Turismo) y Mario Meoni (ministro de Transporte) una cuestión vital. Quiere habilitar cuando antes la llegada de turistas extranjeros (brasileros y chilenos fundamentalmente) para permitir el regreso de visitantes que gastan en dólares y que , en el contexto actual de devaluación del peso, les saldrá baratísimo. Pero básicamente lo que apunta Suarez es a reabrir la conexión con Santiago de Chile.

La recaudación de setiembre volvió a desplomarse de manera importante hasta llegar al 21% interanual (cayó fuerte Ingresos Brutos) y los números de octubre que se conocerán en días nada más marcarán si la afectación en la actividad económica se agudizó o no en esta última parte del año.

Para el Gobierno todavía no se alcanzan a vislumbrar los efectos del tsunami económico que dejará la pandemia y en la cabeza de Suarez ronda una sola pregunta: ¿Hasta cuándo aguantará la gente?. El Estado nacional cumplió hasta acá un rol crucial en este aspecto, con programas de asistencia como el ATP o el IFE. Pero esa ayuda se terminará muy probablemente a partir de 2021. Algunas empresas mendocinas ya han advertido que su futuro es incierto y existen asimismo alarmas encendidas desde hace un tiempo a esta parte por cierto grado de conflictividad social en la provincia aunque, por ahora, no sucedió nada grave. Sin embargo hay temor de que algunos episodios de este tipo como los que se están registrado en la provincia de Buenos Aires, terminen irradiando hasta acá.

Todo anticipa que tendremos un primer trimestre de 2021 caliente en cuanto a la discusión paritaria con los gremios estatales. Este año directamente no se abrió el juego con los sindicatos para negociar aumentos salariales y para el próximo se avecina una situación de la provincia con igual o mayor nivel de estrés financiero que el actual.

Desde el plano político también hay movimientos. Mendoza tiene establecido por ley el desdoblamiento electoral, lo que terminaría obligando al gobernador a separar el año que viene las elecciones para los cargos legislativos nacionales de los provinciales. Sin embargo, esa misma ley, deja abierta la posibilidad de que el primer mandatario decida lo contrario y adopte el criterio de unificar los comicios. ¿Qué sucederá? Habrá que esperar hasta febrero muy seguramente para saberlo, aunque algo sí es seguro: si hay desdoblamiento electoral, Mendoza votaría el año que viene para renovar a sus representantes en el Congreso y en 2022 para elegir legisladores provinciales y concejales en los departamentos. Si este criterio se aplicara, la PASO provincial se haría en febrero de ese año y la general en abril y nos enfrentaríamos así a un proceso electoral que, increíblemente, podría llegar a durar un año medio.

La eliminación de las PASO en la provincia dependerá en buena medida de lo que se decida en la Nación, aunque aquí ya se está explorando la idea de que se las internas abiertas para definir candidatos solo las lleven a cabo aquellos partidos en los cuales no se haya alcanzado un acuerdo de unidad.

El propio Suarez ya expresó en público su deseo de que Alfredo Cornejo y Julio Cobos sean quienes encabecen las listas para las legislativas de 2021. Cleto prefería renovar como senador, aunque se sujetará a lo que decida la conducción de Cambia Mendoza y podría terminar encabezando la lista de candidatos a diputados nacionales del oficialismo. Cornejo no se define todavía y casi con seguridad que no lo hará hasta marzo.

La preocupación electoral máxima, sin embargo, para el gobierno no está puesta en el calendario sino no en la posibilidad de ruptura con algunos de los aliados dentro de la coalición. Y la incertidumbre es qué hará en ese sentido el Partido Demócrata. Una encuesta reciente entusiasmó a todo el cuarto piso de la Casa de Gobierno y marcó que, por abrumadora mayoría, la ciudadanía respalda la reforma de la Constitución. La satisfacción oficial por este aparente y masivo apoyo no está dada únicamente porque la iniciativa reformista fue impulsada por Suarez. Si el respaldo a los cambios en la Carta Magna son mayoritarios, eso le restará impulso a las intenciones de los dirigentes del PD que apuestan a que el “NO” a la reforma, se convierta en la plataforma que les permita recuperar algo de vida política propia y por fuera de la alianza que tienen con los radicales desde 2015.

El gobierno estima que la próxima elección estará polarizada con el peronismo y que, si bien se puede llegar a producir una ruptura interna, no existirían terceras fueras en discordia que pongan en duda un triunfo. Habrá que esperar el devenir de los hechos: se ha notado en los últimos meses un crecimiento en intención de voto, leve pero sostenido, de los sectores libertarios que podrían terminar cosechando a los que buscan candidatos que se ofrecen como representantes del “antisistema”.

Por último: Alberto Fernández cumplió esta ultima semana con el pago de la quinta cuota correspondiente al acuerdo que Mendoza firmó en 2019 para el financiamiento de Portezuelo del Viento. Fueron U$S 30 millones los que se depositaron el pasado miércoles, del total de U$S 1.023 millones que deberán llegar hasta 2024 para poder concretar finalmente “la obra del siglo” en Malargüe.

 

No existían dudas de que el gobierno nacional iba a pagar. Ahora, como viene sucediendo en los últimos meses, esto no garantiza que Portezuelo finalmente se haga. Mientras negocia con Río Negro y La Pampa y como parte de la estrategia que diseñó, Suarez avanza con el proceso licitatorio que está en marcha y que tiene a un único oferente compuesto por la UTE que conforman la empresa china Sinohydro, IMPSA, Obras Andinas y Ceosa. El objetivo del gobierno siempre fue llegar a la etapa de adjudicación antes de fin de año, pero las sobres con las ofertas económicas se abrirán recién en diciembre y y el proceso no entrará en la etapa de definiciones antes de abril de 2021.

Mientras tanto, Mendoza viene analizando una propuesta de la provincia de Río Negro, que fue respaldada por Neuquén, y que se presentó en el marco del Coirco como un posible camino de acuerdo y darle un impulso al laudo del presidente que es, en definitiva, quien decidirá si la obra e hace no. Técnicamente, lo que aportaron los rionegrinos es saltar por encima de la Ley de Obras Hídricas de la Nación, cuya aplicación en el expediente reclama La Pampa, lo que le evitaría a nuestra provincia sujetarse a leyes nacionales cuando el proyecto es meramente provincial.

Eso permitiría acelerar el proceso para la realización de nuevos estudios de impacto ambiental que los pampeanos reclaman, aunque desde acá los dan por cumplidos. Además los patagónicos proponen que el COIRCO tenga facultades para sancionar a Mendoza en caso de incumplimientos. La negociación está avanzada, pero lejos de un acuerdo todavía.

Pero hay un tema. Más allá de esta búsqueda de acuerdo por parte de Mendoza, el presidente podría demorar sin límite de tiempo una definición. Es decir, que el laudo no salga nunca. Ese es el panorama que traza un sector del Gobierno que entiende que la provincia ya debería estar planificando otro destino para esos U$S 1.000 millones que no sea la construcción de la represa. Sin embargo Suarez esperará confiado en que Alberto definirá dentro de un tiempo razonable y que además lo hará a favor de Mendoza. “Mientras nadie me diga que esto está se para, no hay por que parar”, se esperanza.

 

Archivado en