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Burford: el fondo buitre que, gracias a Argentina, se convirtió en el más exitoso de la historia

La decisión de la jueza Loretta Preska, a cargo de un tribunal de Nueva York esta semana por la nacionalización de YPF pone presión sobre la casi nula capacidad de pago de la Argentina, y los escasísimos dólares en las reservas del Banco Central. Y el país tiene todo para perder, una vez más.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño jueves, 6 de abril de 2023 · 14:09 hs
Burford: el fondo buitre que, gracias a Argentina, se convirtió en el más exitoso de la historia
Desde hace más de quince años el fantasma de los fondos buitre sobrevuela a la Argentina, primero por el canje de duda, y luego por la estatización de Aerolíneas Argentinas e YPF, entre otras empresas emblemáticas. Foto: MDZ

Burford Capital entró definitivamente en la historia financiera argentina, y se hablará del este fondo de inversión de origen inglés durante décadas. De alguna manera, ingresó al podio que ya integran Elliot, Dart y Aurelius, entre otros fondos buitre que hicieron grandes negocios con Argentina.

Más tarde o más temprano en el tiempo, recibirá un dinero que lo pondrá en el mundo de los fondos de alto riesgo y exposición, como uno de los más exitosos de los últimos tiempos. Pero, ¿de qué se trata específicamente y quién está detrás de Burford? 

Originalmente, el fondo especializado en litigar en el mundo en casos como el de YPF había comprado el 70% de la causa que se inició tras la nacionalización de la compañía en 2012. Actualmente, tiene el 30%, habiendo colocado a unos 40 inversores privados el resto.

La nacionalización de YPF fue una bandera del kirchnerismo, pero en el proceso el Gobierno nacional dejó muchos cabos sueltos.

El 40% que ya vendió lo fue colocando en diferentes momentos del avance del caso, y a medida que se aproximaba el momento actual, su precio iba en incremento, otorgándole a Burford (un especialista en manejar los tiempos de la oferta y demanda de los casos que va litigando) ganancias extraordinarias.

Burford le compró el juicio a la justicia española, que tenía la quiebra de las empresas Petersen Energía Inversora y Petersen Energía, dos compañías que la familia Eskenazi creó en ese país, junto a otra bajo las leyes australianas, para comprar acciones de la petrolera en 2008.

¿Mala praxis?

La causa se basa en el reclamo de Burford por la manera en que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner nacionalizó la petrolera sin realizar una Oferta Pública de Adquisición (OPA), tal como figuraba en el estatuto de privatización definido en 1993 durante la privatización impulsada en la presidencia de Carlos Menem.

Allí el país se comprometía ante la Bolsa de Comercio de Nueva York, donde se lanzó la oferta de las ADR (títulos argentinos que cotizan en Nueva York) de la petrolera, a que cualquier operación de adquisición posterior de una porción de la petrolera argentina obligaba a hacer una oferta por el total de las acciones del mercado.

Gobernador bonaerense Axel Kicillof y exministro de Economía clave en el proceso de nacionalización de la petrolera estatal.

Durante la reestatización, el gobierno de Cristina de Kirchner no le dio importancia a este punto. El Congreso aprobó la compra de solo el 51% de las acciones, luego de que en el recinto, cuando ya empezaba a avanzar la causa en Nueva York, el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, descartara cualquier problema posterior.

Kicillof afirmó en esa oportunidad: "Créanme que si uno quería comprar acciones para entrar a la compañía y pasaba el 15%, pisaba la trampa del oso y tenía que comprar el 100% a un valor equivalente a U$S19.000 millones. ¡Porque los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según la ley de la propia YPF, respetando su estatuto!". Esta frase es ahora una de las argumentaciones centrales de Burford en la causa que tiene que definir la Cámara de Apelaciones de Nueva York.

"¡Los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según la ley de la propia YPF, respetando su estatuto!", señaló Axel Kicillof luego de la nacionalización. Esta frase es ahora una de las argumentaciones centrales de Burford, en la causa que tiene que definir la Cámara de Apelaciones de Nueva York.

Que hay detrás de Burford

Burford no es especialista en inversiones financieras (mucho menos en el mundo energético o petrolero), sino que su especialidad son los megajuicios por demandas millonarias, en general, a compañías en quiebra o empresas en bancarrota que tienen demandas anteriores sin definir y que necesitan efectivo para enfrentar su cierre o concurso.

Fue el caso de Petersen, que luego de la renacionalización del 51% de YPF, en mayo de 2015 quedó sin poder sostener la compra del 25% que había acordado en los tiempos de Néstor Kirchner, y se vio obligado a presentarse en concurso. Antes dejó claro que no podía seguir adelante sosteniendo ese porcentaje, por la manera en que se decidió reestatizar la petrolera y la prohibición explícita del Gobierno argentino de redistribuir dividendos en la nueva YPF.

Dos gestiones que sentaron las bases jurídicas que hoy ponen al país a punto de perder un nuevo juicio millonario en los tribunales de Nueva York. 

La causa se basa en el reclamo de Burford por la forma en que se nacionalizó la petrolera, sin realizar una Oferta Pública de Adquisición (OPA), tal como figuraba en el estatuto definido en 1993 durante la privatización de Carlos Menem. Como se dijo, el país se comprometía en la Bolsa de Comercio de Nueva York a que cualquier operación de adquisición posterior de una porción de la petrolera argentina obligaba a hacer una oferta por el total de las acciones del mercado. 

Ganancias obscenas

En julio del 2017, Burford había logrado, también gracias a Argentina, un cetro mundial. El fondo buitre dedicado a llevar adelante juicios contra empresas y países (comprados en todo o parte a terceros), obtuvo contra el país una ganancia de 980% al haber invertido unos 13 millones de dólares en adquirir una parte del juicio que Marsans le inició al país por la renacionalización de Aerolíneas Argentinas.

Burford anunció que por el fallo del CIADI conocido en julio de ese año había ganado unos US$ 140 millones, correspondientes a la parte que había adquirido hace un año y medio al grupo español.

Burford Capital, logró así, superar en porcentaje y tiempo de espera, la ganancia que ya había obtenido Paul Singer y su fondo Elliot contra la Argentina, al haber vencido en el "Juicio del Siglo" en los tribunales de Thomas Griesa en el Segundo Distrito Sur de Nueva York.

Paul Singer, del fondo Elliot, un halcón en los mercados financieros globales.

Si bien Singer cobró US$ 2.426 millones en abril de 2016, con una ganancia global de 1.180%, lo hizo luego de litigar casi ocho años. Singer, además, tuvo que enfrentar el mismo las altísimas costas de sus abogados, algo que Burford tiene dentro de sus propios honorarios.

A ambos fondos los une algo especial: la manera en que la Argentina maneja sus decisiones económicas y los tremendos huecos legales que deja el país, para que avancen en el mundo los juicios en su contra, con carísimas derrotas aseguradas. Al punto de garantizarle al que litigue contra el país ganancias de casi 1.000% en dólares; un nivel de rentabilidad que solo se permite en el mundo con negocios como el narcotráfico o el comercio ilegal de armas en el Tercer Mundo.

Burford incluso está por lograr el premio mayor, y también con Argentina. En poco tiempo, la Cámara de Apelaciones de Nueva York deberá definir el otro gran juicio que mantiene contra el país: el que le compró a Petersen Energía de España por la manera en que se renacionalizó YPF y que dejó a los socios minoritarios fuera de los pagos que hizo el gobierno de Cristina de Kirchner.

Según había anunciado Burford Capital Limited en su página oficial de julio del 2017, luego de conocerse el fallo definitivo a favor del grupo Marsans por Aerolíneas Argentinas, obtuvo unos US$ 140 millones de los 324.254.807 dólares que el país deberá pagar por la decisión del CIADI, el organismo de solución de controversias con privado. 

En poco tiempo la Cámara de Apelaciones de Nueva York deberá definir el otro gran juicio que mantiene contra el país: el que le compró a Petersen Energía de España por la manera en que se renacionalizó YPF y que dejó a los socios minoritarios fuera de los pagos que hizo el gobierno de Cristina de Kirchne

En el CIADI, tribunal del Banco Mundial, se había asociado a la empresa Teinver (del grupo Marsans) para financiar el litigio a cambio de un porcentaje de una eventual victoria final. Para esto "invirtió" unos 13 millones de dólares para poner en marcha el juicio, acumular las pruebas y desarrollar la estrategia ante el CIADI.

Marsans no podía concentrarse en estas acciones por un detalle particular: su dueño del hoy quebrado grupo turístico, Gerardo Díaz Ferrán, fue condenado en septiembre de 2015 a cinco años y medio de prisión y al pago de una multa de 1,2 millones de euros por el vaciamiento de su compañía y el lavado de activos, precisamente, en el proceso de compra de Aerolíneas.

La estrategia de Burford fue separar los problemas legales de Marsans en España y concentrar la causa en una acción de una nacionalización de un país a una empresa de capitales extranjeros, sin negociar y liquidar una retribución por ese capital expropiado.

Ayer, las acciones de Burford Capital en Londres treparon 2,68%; un hecho que se viene repitiendo cada vez que el fondo vence a la Argentina en los tribunales mundiales. Ahora Burford viene por el cetro mayor: llevarse una bolsa de más de US$ 5.000 millones por el juicio por la manera en que Argentina renacionalizó YPF en 2012; sin reconocer los derechos de los accionistas mayoritarios.

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