Encuentro clave

El FMI y Argentina, negociación de un fracaso anunciado

Silvina Batakis y la cúpula máxima del organismo se reunirán hoy en Washington para discutir cuándo se cae el acuerdo con Argentina. Hay cierta coincidencia de tiempo para encontrar en qué momento político terminaría el Acuerdo de Facilidades Extendidas.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño lunes, 25 de julio de 2022 · 13:03 hs
El FMI y Argentina, negociación de un fracaso anunciado
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, desempeñará un rol clave en la visita de la ministra Silvia Batakis a Washington. Foto: EFE

Este lunes se hablará en la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) de algo concreto, que ya se sabe en Buenos Aires y Washington. Y tanto en el Ejecutivo local, el staff del organismo y todos los despachos económicos públicos y privados. Argentina no cumplirá con ninguna de las tres metas pactadas con el organismo financiero internacional dentro del Acuerdo de Facilidades Extendidas cerrado el 15 de marzo del 2022.

El gobierno de Alberto Fernández no podrá cerrar el ejercicio 2022 con un déficit fiscal de 2,5% de techo, una emisión monetaria no superior al 1% del PBI y unas reservas superiores a los U$S 5.800 millones. No cumplirá con ninguna. Y, lo peor, las distorsiones podrían duplicar los objetivos.

Será con este panorama en el que en sólo horas Silvina Batakis tendrá que pedir clemencia ante los tres principales referentes del staff técnico del FMI: la directora gerente Kristalina Giorgieva, su número dos Gita Gopinath y el director gerente para el Hemisferio Occidental Ilan Goldfajn.

Kristalina Georgieva, la titular del FMI que forjó una buena relación con el exministro Martín Guzmán, y hoy tendrá su primer encuentro con Batakis.

Precisamente los tres funcionarios del organismo, que más defendieron ante el Board la necesidad de firmar el acuerdo, de ser contemplativos y flexibles con la Argentina y la de imponerle pocas metas y no duras para que no haya problemas para que ya el débil (marzo 2022) gobierno de Alberto Fernández pueda cumplir.

Será a estos tres altísimos funcionarios a los que la ministra de Economía, en el primer encuentro directo cara a cara con la conducción del Fondo; que la funcionaria tendrá que reconocer el fracaso local (fundamentalmente político) del acuerdo. Y, como ya se sabe en Washington lo que la ministra tiene que decir, ya tienen preparada la respuesta.

Poco margen de acción 

En la mesa de la discusión habrá entonces tres opciones: se da por caído el acuerdo en algún momento del segundo semestre; se negocian las tres metas y se imponen otras más flexibles; o se busca una solución política que deje bien paradas a las dos partes.

Lo primero, imposible. Sería reconocer el fracaso también del FMI, que sabe que aplicar esta decisión implicaría llevar a la Argentina a una crisis económica y financiera terminal; cuyo culpable a los ojos del mundo, incluyendo dentro del país, serían Giorgieva y su gente. Para cierta parte del oficialismo sería una situación ideal. Amigos de encontrar culpables de todos los males propios, el Fondo sería el enemigo perfecto.

La segunda opción, aún menos factible. Y ya se lo dejó en claro el board a Goldfajn, el verdadero responsable de fiscalizar el caso argentino, por mandato estricto del directorio de la entidad.

Entonces, queda la tercera alternativa. Se traduciría en postergar la caída del acuerdo hacia delante, procrastinando la resolución para teóricos momentos fututos, cuando la realidad local sea menos traumática. O haya en el horizonte cercano de resolución de los dramas políticos locales, siempre por la vía constitucional. ¿Cuándo sería ese momento?.

Nadie lo dirá hoy públicamente. Pero se considera que los tiempos mostrarían que entre febrero y marzo del 2023 podría haber una resolución final, bajo el argumento de ser el período donde una misión del FMI fiscalizaría si el país logró o no cumplir con las metas pactadas para este año. Algo obvio que no sucederá, pero que por magia de las reglas administrativas del organismo, podría postergarse hasta controlar todo el año y no a través de lo comprometido por la argentina trimestre por trimestre.

Una vela al factor Guzmán

Si esto sucede, habrá que agradecerle la gestión a Martín Guzmán, que en abril de este año durante la cumbre conjunta del FMI y el Banco Mundial negoció con Giorgieva una nueva flexibilidad al Facilidades Extendidas cerrado sólo un mes antes; y que ya para esa altura se sabía que era de cumplimiento irreal.

Dada la cercanía de la búlgara con el argentino, y la necesidad de evitar papelones inmediatos, ambos resolvieron que en lugar de sacar conclusiones trimestrales, estas sean anuales; lo que implicaría que la caída del acuerdo se extienda hasta el ejercicio terminado y no cada tres meses.

No fue poco lo que había conseguido el ex ministro. Y sería la plataforma sobre la cual Batakis abriría una negociación hoy en Washington y sobre la que se podría trabajar con más tranquilidad ante el Fondo. No solucionaría ningún problema, un clásico ya de esta etapa del país. Pero llevaría tranquilidad ante los mercados, en la inminencia de la crisis.

El juego de la administración Biden

Falta un dato para que todo esto pueda ser posible. El apoyo de los Estados Unidos, quién, como se sabe, maneja el FMI en términos estratégicos al detentar la mayoría de las acciones del board. Donde en serio se toman las decisiones finales. Por esto deberá sondear Alberto Fernández ante Joe Biden, cuando sea que ambos se encuentren, la eventualidad de un pedido de nuevo apoyo de ese país ante el Fondo.

El Presidente ya tuvo un encuentro con Joe Biden pero esperaba lograr empatía del norteamericano para lograr el acompañamiento al desvío de las metas acordadas con el FMI.

Saben en Buenos Aires que para reestructurar los términos del acuerdo, que la única manera de que una alternativa de este tipo pueda lograrse es con el apoyo total y explícito de los Estados Unidos. Esto incluye que este país acepte defender la posición local ante el board del FMI, un ámbito donde la Argentina tiene las peores referencias, y donde se dejó claro que muchos socios importantes (Japón, Gran Bretaña, Países Bajos, entre otros), no apoyarán ningún cambio en el Facilidades Extendidas.

El exministro Guzmán, por otra parte, le dejó al abandonar el cargo un mensaje a su sucesora. No habrá posibilidad alguna de que el board del organismo acepte cambios en el Facilidades Extendidas vigente, salvo que, obviamente, haya algún tipo de acuerdo político de altísimo nivel entre Fernández y Biden. Y que luego, el presidente norteamericano influya directamente para que los otros países miembros del directorio del FMI se plieguen a la misericordia que pediría el jefe de Estado norteamericano para ayudar, otra vez, a Argentina.

Guzmán había tomado contacto con los hombres del FMI el sábado por la tarde, ya cuando su operativo salida-venganza había sido concretado. La conversación era esperada con la misma intensidad tanto en Buenos Aires como en Washington, desde donde se quería entender lo que sucedía en Argentina.

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