Informe privado

El socio invisible: el Estado se queda con el 61,4% de la renta agrícola

Descontados los costos el Estado, en sus tres niveles nacional, provincial y municipal, captura más del 60% de la renta pero en algunos cultivos lleva a casi 68%. El impacto de los precios, el atraso cambiario y los insumos en la rentabilidad del negocio agropecuario.

Carlos Boyadjian
Carlos Boyadjian lunes, 24 de octubre de 2022 · 16:30 hs
El socio invisible: el Estado se queda con el 61,4% de la renta agrícola
La Argentina llegó a un punto en el que cualquier mejora de rindes o de precios termina dejando más dinero en las arcas del fisco.

Dos de cada tres camiones cargados con soja se los queda el Estado, lo mismo que la mitad de la producción de trigo y girasol, e incluso un poco más en el caso del maíz. Es un reflejo de la virtual sociedad que los productores agropecuarios tienen con el fisco y no deja de sorprender, con fuerte impacto de la carga que tiene los derechos de exportación en los diferentes cultivos, aunque no es sólo eso.

Un relevamiento de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) señala que la "participación de los impuestos en la renta agrícola fue del 61,3% para el promedio ponderado de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol". 

El cálculo se realiza considerando el valor de la producción menos los costos, y evaluando allí cuánto de eso se va en impuestos nacionales, provinciales y municipales.

Pero la participación de los tributos no es necesariamente igual en todos los cultivos. De acuerdo al relevamiento, en el caso de la soja el peso de los impuestos llega al 67,7%, mientras que en el maíz es de 53,4%, en el trigo 50,9% y para el caso del girasol la participación en la renta es 49,9%.

Caso por caso, todos los cultivos

Los datos denotan una leve baja de la participación en la renta producida por la soja y el maíz, pero que responde a una mejora de los rendimientos y no a una menor carga impositiva. Y en cuanto al trigo y al girasol hubo incluso un crecimiento de renta que va hacia el Estado.

Los porcentajes no dejan lugar a dudas. En la medición de junio los impuestos en la soja pasaron de 68,4% a 67,7%, mientras que en maíz fue de 53,9% a 53,4%. En contraste, en trigo "subió de 50,4% a 50,9% y girasol subió de 44,8% a 49,9%".

La baja porcentual de la renta en algunos cultivos no oculta, sin embargo, el fuerte peso que tienen en la producción por hectárea. En la soja, por caso, pasaron de $ 89.986 a $ 104.056, mientras que en maíz fue de $ 54.480 a $ 69.264, en trigo de $38.069 a $41.527 y en girasol bajó de $ 42.693 a $ 34.357.

Justamente, el perfil de impuestos que tienen más peso en el sector hace que el Estado sea un socio de los productores ante una mejora en los rindes, en los precios o en la producción. 

Toma todo

Una mejora de precios o una mejora en los rindes, se traduce automáticamente en un mayor nivel de recaudación fiscal, principalmente de impuestos nacionales como derechos de exportación e impuesto a las ganancias que tiene una correlación directa con los ingresos y la rentabilidad". 

Esto se observa también en el peso que tienen las alícuotas de derechos de exportación o retenciones. Por ejemplo, la soja y los derivados tributan el 33% de los valores exportados, mientras que el maíz y el trigo, pagan el 12% y el girasol, el 7%. Esto mismo se refleja, en parte, en la magnitud de la participación del Estado en la renta agrícola por cultivos.

 

El impacto de los precios internacionales, que subieron tras la disparada de las commodities agropecuarias y energéticos por la guerra en Ucrania, hizo que la participación de los impuestos en la renta bajara algunos puntos porcentuales. Sin embargo, en un contexto de atraso cambiario como el actual, los costos terminan subiendo dólares.

Desde Fundación FADA destacan que el costo de la siembra "se encareció un 66% en dólares en los últimos dos años", mientras que los fletes subieron un 88% en dólares. "Esto sucede con todos los costos pesificados, es la consecuencia típica de los procesos de atraso cambiario, los costos en pesos comienzan a encarecerse al medirlos en dólares", remarcó FADA.

Otro tanto pasa con otros insumos. Por ejemplo, los fertilizantes vienen presentando las mayores subas en dólares desde comienzos de 2021, remarcó el informe. En ese sentido, la urea y los fertilizantes nitrogenados "han cedido levemente", pero terminaron con un incremento del 84,9% en dólares en relación a septiembre de 2021.

Y el PDA y los fosfatados "muestran una suba del 44,6% en dólares", versus septiembre de 2021. Pero si la comparación es con septiembre de 2020, el salto en dólares fue de 176% en el PDA y de 119% en la urea.

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