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El Estado se queda con más del 60% de la renta agrícola

Tratándose de la actividad económica más productiva de la Argentina, el negocio agropecuario cede más del 60% de su renta al Estado nacional, provincial y municipal a través del cobro de impuestos, según un informe elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).
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Tratándose de la actividad económica más productiva de la Argentina, el negocio agropecuario cede más del 60% de su renta al Estado nacional, provincial y municipal a través del cobro de impuestos, según un informe elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).

Ello significa que de cada $100 de renta neta (ingresos menos costos) que genera una hectárea de cultivos de soja, maíz, trigo y girasol, $62 se lo llevan los distintos niveles del Gobierno. Además, la participación del Estado en la renta de una hectárea de maíz es de 52,9%, en una de trigo, es de 57,2%; en una de girasol, es de 56,3%, y en una soja es de 66,7%.

En cuanto a la distribución impositiva, el informe señala que los impuestos nacionales no coparticipables incrementaron su participación en un año, pasando del 55,7% al 62,6%, mientras que todo el resto cayó. Este comportamiento “es resultado del incremento de las retenciones, que son un impuesto no coparticipable, que al mismo tiempo reduce un impuesto coparticipable como es el impuesto a las ganancias”, añade la FADA en un artículo publicado por Infobae.

Por otro lado, en el último trimestre hubo una mayor participación de los impuestos nacionales coparticipables por una mejora en los precios, que también impactó en los márgenes y un mayor aporte del impuesto a las ganancias. David Miazzo, economista jefe de FADA, comentó: "Un tema recurrente con este trabajo es el tema del federalismo. Tenemos un esquema fiscal en el que casi dos tercios de los impuestos son nacionales no coparticipables, en una actividad que por definición es federal y está arraigada regionalmente”.

“La vigencia de los derechos de exportación impacta de manera negativa sobre el federalismo por tres vías. La primera, es que se incrementan los recursos no coparticipables en manos de Nación. La segunda, es que se reducen los recursos coparticipables por reducción del impuesto a las ganancias. Y la tercera, es vía los recursos que salen de las regiones productivas en el marco de la suba de derechos de exportación”, agregó.

Otro grave problema en la producción agropecuaria reside en las nuevas medidas cambiarias anunciadas días atrás por el Banco Central. Desde FADA, consideran que la profundización del cepo cambiario “limita la entrada de divisas e impulsa mayores importaciones. Hay un incentivo a mayor retención y ventas con precio a fijar o sin liquidar, tratando de no quedarse con pesos que pierden valor. Pero además, provoca un incentivo de stockearse con productos dolarizados como maquinaria, fertilizantes y fitosanitarios".

Para Miazzo, “el cepo es una restricción que se pone sobre el tipo de cambio oficial. En este último tiempo tuvimos un dólar oficial a $75, dólar bolsa a $130 y dólar blue a $140. Esa brecha, superior al 70%, desincentiva la inversión y la producción, porque cada dólar ganado, una vez que afronta los costos y riesgos, vale menos. Por ejemplo, si la producción de una hectárea de soja genera un resultado después de impuestos de 140 dólares oficiales, en realidad son 80 dólares billete”.