Medio Ambiente

La advertencia sobre el tiempo que tarda un árbol en crecer y ser vital

Teresita Capezzone es representante de la Asamblea por el Árbol y desde hace más de una década viene trabajando en pos de la conservación de este patrimonio clave para Mendoza. Asegura que en los últimos años la provincia afronta un retroceso en cantidad, calidad y preservación del arbolado.

Zulema Usach
Zulema Usach miércoles, 15 de marzo de 2023 · 09:03 hs
La advertencia sobre el tiempo que tarda un árbol en crecer y ser vital
Los árboles de Mendoza han sufrido de una retracción en la última década. Para tener un árbol vital se necesita al menos de dos a tres décadas. Foto: Gentileza

Proteger la cantidad y calidad de los árboles que dan vida a Mendoza es una de las puertas de entrada a la hora de afrontar los desafíos ambientales presentes y futuros, asegura una de las mujeres que a lo largo de décadas ha invertido todos sus esfuerzos para defender este patrimonio atado a la cultura y el trabajo trazado a lo largo de generaciones. Teresita Capezzone es la representante en la provincia de la Asamblea por el Árbol, una de las entidades con mayor representación en relación a la temática del arbolado público y el cuidado de los espacios verdes en la provincia.

Capezzone no titubea al referirse a las problemáticas urbanas y a la inadecuada planificación que -entiende- desde el Estado provincial como así también los municipales no logran ser resueltas. Dice, por ejemplo, que la falta de un plan de manejo apropiado ha generado una retracción de las especies arbóreas.

Apunta que el avance de la urbanización y la construcción de ciclovías, entre otros cambios, se están llevando a cabo a costa de este retroceso ambiental. "Para que un árbol, sea de la especie que sea, crezca, se mantenga robusto, cuente con vitalidad y una copa adecuada, se necesita, un mínimo de veinte a treinta años", advierte. Su aclaración se sitúa en un contexto que arrastra numerosas aristas de fondo: dice que ha existido (más allá de los Gobiernos de turno) una falta de conciencia a nivel provincial en relación a la trascendencia que guarda contar con árboles.

Sostiene de hecho, que en el marco de la actual crisis hídrica en un territorio semidesértico el arbolado se puede mantener mediante sistemas de riego adaptados. Pero además, su acento está puesto en la necesidad de que este recurso sea una de las prioridades a conservar a la hora de planificar obras, construir nuevos emprendimientos o trazar ciclovías. Justamente, el fin de semana pasado, Capezzone apoyó el reclamo de los vecinos de Vistalba (Luján de Cuyo), luego de que la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza autorizará al Municipio a erradicar 52 ejemplares (álamos y sauces) sobre la calle Guardia Vieja.

Ese hecho, destaca la representante de la Asamblea por el Árbol no es ajeno a la complejidad que reviste la problemática del arbolado en toda la provincia. Inclusive, destaca esta mendocina, que no se trata de un hecho nuevo: "El arbolado se encuentra en riesgo o en crisis desde hace décadas, no es de ahora, lo que pasa es en que en este último tiempo se ha agravado bastante la situación", profundiza.

¿Qué importancia tiene para Mendoza cuidar y preservar el arbolado público?
- La importancia del arbolado en una provincia como Mendoza, con un clima semiárido, es fundamental porque el agua, la conducción del agua es lo que hace habitable a los pueblos y las ciudades de Mendoza. Tenemos un clima bastante seco, con viento con tierra, calientes muchas veces esa situación ambiental es difícil de sobrellevar. El árbol atenúa todas estas cuestiones y de hecho, por ejemplo, la construcción del parque General San Martín fue ideada y pensada para aclimatar la nueva ciudad después del terremoto de 1861. Los parques, las plazas, los arbolados de las veredas son fundamentales e indispensables. Basta con alejarse un poco de estos lugares e ir a zonas más pobladas, donde no hay arbolado y se nota inmediatamente cómo el clima y las condiciones ambientales cambian".

- A lo largo de los años, ¿cuál ha sido la mayor problemática que ha tenido que afrontar este patrimonio ambiental de los mendocinos?
-A través de todos estos años no ha habido avances para proteger el arbolado.  Esto a pesar de que desde 2008 tenemos una buena Ley de protección del arbolado del patrimonio público, (la N° 7. 874) y dos normas más: una que mandaba a hacer el censo del arbolado en toda la provincia y otra que lo declaraba ya en emergencia. En realidad, cuando se habla de arbolado es fundamental tener un plan de manejo, una proyección que abarque como mínimo 30 a 40 años. Estas políticas públicas no han estado, han faltado y se ha trabajado sin pensar en el futuro, sobre las emergencias.

Teresita Capezzone es la representante de la Asamblea por el Árbol. 

- ¿Qué influencia ha tenido el avance de las construcciones en esto?
-Siempre ha ganado la obra pública y la obra privada sobre el arbolado. Así que las autoridades están en una gran deuda porque esto ha llevado a que se pierdan no sabemos cuántos, pero son miles y miles de árboles, de arboledas de las zonas suburbanas y rurales. Basta con recorrer un poco cualquier pueblo y ciudad para ver la cantidad de árboles que faltan de las mismas veredas".

- ¿Cómo evalúa a las políticas ambientales municipales y provinciales en este sentido?
-Según nuestra visión, las políticas públicas, tanto de los organismos competentes como de la Secretaría de Ambiente y la Dirección de Recursos Naturales no son buenas porque eso no se proyecta, no se sitúa en la emergencia hídrica y ambiental que ya estamos. Todavía estamos en una ola de calor en un mes que antes era agradable, Estas cuestiones hacen ver que conservar el arbolado es indispensable. Hoy día plantar árboles jóvenes es toda una lotería.

- ¿Por qué?
-La tasa de supervivencia es muy baja, la mayoría no sobrevive, por distintas causas, porque se plantan y se descuidan; falta el riego, falta la protección, falta el tutor, a veces la especie no es la adecuada. No se toma la importancia real y todo lo que genera el arbolado. Porque además de todos los beneficios ambientales, en salud pública, en salud emocional, la belleza paisajística, también tiene que ver con la economía.

- ¿Qué cambia en este sentido?
-Una ciudad arbolada, con hermosas plazas, es mucho más atractiva, por ejemplo para el turismo que una ciudad donde tenés 45 grados de calor en una plaza. A esto hay que cuidarlo mucho; hay que protegerlo, no esperemos de ver a ver cómo nos va sin árboles porque esto se va a pagar muy caro. Y justamente en esta crisis climática- ambiental, de crisis hídrica, lo que corresponde es conservar. En realidad, lo que se debe lograr, para afrontar el cambio climático lo más real y accesible a todas las regiones, ciudades y pueblos es justamente esto, los árboles. No hay otras soluciones más viables hasta el momento.

- ¿Cuál es el nivel de supervivencia en Mendoza de un árbol nuevo al ser plantado?
-Las políticas que existen en la actualidad no son buenas. Con mucha facilidad se tala y erradica árboles que a esta altura van a ser irrecuperables; porque vos plantás un árbol y si tenés suerte de que sobreviva, tenés que esperar como mínimo, 20,25, 30 años (dependiendo de la especie), para que tenga un buen porte, esté consolidado, dé buena sombra y esté vital. Basta cualquier obra, cualquier situación, cualquier conflicto o desafío urbano para que lo primero que sea sacrificable es el árbol cuando no debería ser así, porque lo que hay que hacer justamente es conservarlo.

- ¿Qué aspectos actuales influyen respecto del retroceso del arbolado en Mendoza?
-Hay muchos aspectos que atentan en contra del arbolado. Nosotros hace poquito, con un grupo de vecinos de Chacras de Coria y una unión vecinal hemos presentado una nota ante la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial exponiéndole todas estas cuestiones porque consideramos que el mayor atentado es no cumplir con la ley. Entonces aquí pasa de todo: podas excesivas, tala y erradicación injustificadas, bloqueos de los sistemas de riego, acequias construidas fuera de los términos legales, sin nichos de plantación, sin fondos permeables, sin ventanas de humectación.

- ¿Qué consecuencias tienen estas situaciones?
-Esto lo que provoca es que se deja a arboledas enteras sin ningún tipo de riego y encima a veces se le construyen cordones alrededor del árbol, cosa que no está permitido en la ley. Entonces el árbol incluso no tiene ni siquiera la oportunidad de tomar el agua de las pocas lluvias que hay. El uso ineficiente del agua es una cuestión fundamental, casi no hay personal que la conduzca, no hay tomeros, no hay placeros y se termina regando con camiones; un riego que es caro que contamina y que es absolutamente insuficiente para los árboles.

"Extractivismo urbano"

El avance de las construcciones son una demanda de la sociedad, es una temática que desde el punto de vista de Capezzone está atada a la realidad de arbolado en Mendoza. Lo mismo advierte, sucede con las obra nuevas que se van concretando en los distintos municipios. A esos procesos, en los que la salubridad y permanencia de los árboles no es una prioridad, Capezzone le llama "extractivismo urbano".

El avance de las ciclovías y la urbanización han avanzado, según Capezzone sin un plan de manejo acorde.

Dice que las plantaciones de árboles jóvenes tienen una supervivencia insignificante, en relación a la replantación de la que hablan algunos Municipios. Y va más allá: "Los códigos de edificación permiten el avance de las construcciones sobre el espacio público. El resultado es que ee beneficia la construcción, la cartelería, los negocios y todo avanza sobre el arbolado, que es lo primero que se sacrifica", expresa Capezzone y agrega que otro aspecto ligado a ellos es el de la remodelación de los espacios verdes que poco a poco se quedan con muy poca sombra, con árboles rodeados de hormigón, muchas veces sin ningún sistema de riego.

Decisiones inconsultas

La representante de la Asamblea por el Árbol destaca que una de las deudas pendientes por parte del Estado es avanzar en materia de proyectos urbanos sin contar con el consentimiento de la población. "La mayoría de las obras que se realizan son inconsultas ante la comunidad. Ahí inmediatamente se genera un conflicto. Es muy raro que se consulte cómo se va a remodelar, para qué se va a remodelar o con qué sentido, una plaza, por ejemplo. Entonces los vecinos un día se levantan y encuentran la plaza toda cerrada y con las maquinarias adentro. No hay consideración por la comunidad", sentencia Capezzone.

- ¿Qué tipo de obras son las que están teniendo más impacto en este sentido?
-Las erradicaciones para la construcción de bicisendas son una realidad en toda la provincia, donde se están construyendo bicisendas a costa de los árboles. El lugar para los autos, el estacionamiento, las remodelaciones de las veredas, las construcciones de cordón con cuneta y banquina, son un ejemplo. Cuando se hace eso a veces pasan meses y meses con los árboles con las raíces expuestas y cortada, sin riego, con material de construcción acumulado encima.

Otro de los atentados es el despeje del frente de los barrios privados; grandes entradas con portones totalmente despobladas de árboles en lugares donde antes había. Siempre lo más rápido de sacrificar es el árbol en lugar de hacer los esfuerzos para cumplir las leyes y hacer participar a los ciudadanos de las decisiones.

-¿Qué departamentos son los más afectados?
-Podríamos decirlo por la cantidad de denuncias que tenemos de los vecinos. Muchas veces nos constituimos como una oficina de denuncias o de atención de reclamos y denuncias ante el silencio o la falta de respuestas ante los organismos estatales a los que representan los vecinos. Y últimamente en Guaymallén, tiene muchos reclamos y miles de árboles menos. Otro departamento es Luján de Cuyo. De todos modos, en todos los departamentos hay conflicto, desde Malargüe hasta Lavalle hay talas que la gente considera que son injustas e injustificadas de árboles sanos. 

-¿Cómo es la situación actual de los parques, plazas y espacios verdes por excelencia en la provincia?
-En el Parque San Martín ya hace años que tenemos conflictos por el mal manejo y distribución del agua, la destrucción de los bosques  por talas absolutamente injustificadas, de árboles que están en el medio de los prados y que se los poda como si estuvieran en una avenida. Hace años que no se riega bien el parque a pesar de que el agua que viene para riego no es la histórica, basta con recorrer un poquito el parque para ver que muchas veces se pierde al agua, se rebalsan las acequias. Ahí también se nota la falta de personal. 

-Frente al incremento de la sequía, ¿Cuál es el desafío de los estados municipales y en su conjunto, del provincial?
-El arbolado tiene derecho a riego. En muchos lugares se bloquea el agua directamente en canales, acequias, hijuelas, se construyen ciegos sin permitir que se humecte el árbol, no se le permite estar en contacto con el agua que pudiera pasar por allí. También hemos visto que muchas veces se deriva agua de barrios antiguos o abiertos para favorecer a los barrios privados. Esto es una realidad, así que el gran desafío es ser mucho más equitativo en la distribución del agua pero además es necesario revisar la eficiencia al momento de distribuirla. 

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