Recurso hídrico

Nuevas exigencias para habitantes de Alta Montaña: medidor de agua y cisternas

El Departamento General de Irrigación aplicará este año un sistema por el cual busca gestionar el agua y garantizar que cada lote cuente con 300 litros de agua cruda por día por persona. Está en marcha un relevamiento para saber el uso que se le da al recurso. Buscan evitar "abusos" y contaminación.

Zulema Usach
Zulema Usach viernes, 3 de febrero de 2023 · 20:34 hs
Nuevas exigencias para habitantes de Alta Montaña: medidor de agua y cisternas
La gestión adecuada y equitativa del agua cruda en las zonas altas de la montaña es uno de los desafíos de los mendocinos. Foto: Imagen ilustrativa

Replantear la forma en que se aprovecha el agua que baja de la cordillera, es uno de los objetivos que Mendoza busca redireccionar en su mapa de prioridades durante 2023, en un contexto que plantea profundos desafíos para permitir, nada menos, que la vida siga siendo posible en sus tierras. Hoy, mientras desde distintos frentes se busca avanzar en la toma de conciencia para evitar derroches y al mismo tiempo instrumentar los mecanismos que ayuden a distribuirla con estrategias más eficaces y controladas, la mirada está puesta también en cómo se gestionará el recurso aguas arriba, es decir, en la montaña.

La problemática que viven las familias, comerciantes y pobladores de muchos años en las zonas de Alta Montaña, como Potrerillos, El Salto, Valle del Sol y Los Zorzales, es compartida todos los años y se intensifica cada vez que una tormenta hace colapsar los sistemas de almacenamiento y distribución del recurso hídrico. Que el agua escasea y que la que hay se distribuye de manera inequitativa e irregular en esos sectores, son dos hechos atados a una misma necesidad: establecer un sistema integral que permita en líneas generales, "equilibrar la balanza".

El desafío no es menor, sobre todo cuando la cordillera mendocina es uno de los fuertes con los que Mendoza se posiciona frente al mundo, por sus paisajes y el entorno que ofrecen. En los últimos años, ese "imán" para viajeros, mendocinos e inversores de diferente talla presentó un crecimiento poblacional y comercial desordenado, impulsado por el auge de emprendimientos de alquiler de cabañas y servicios turísticos, entre otros.

La "radiografía" para hacer un diagnóstico

Desde mediados de 2022, el Departamento General de Irrigación (DGI) comenzó a realizar un inédito relevamiento en las zonas lindantes a los márgenes del río Mendoza y los arroyos aguas arriba. El objetivo es obtener un pálpito sobre el uso que se le da al agua no potabilizada, la cantidad de personas que habitan esos lugares y de qué forma es administrada. Hasta ahora, si bien aún queda avanzar en el procesamiento de los datos y expandir el relevamiento a otras zonas, una de las primeras conclusiones es que el recurso no solo no está siendo gestionado de manera óptima y equitativa, sino que además existe un grave riesgo de contaminación del agua subterránea como consecuencia, por ejemplo, de la existencia de pozos sépticos.

Sergio Marinelli, superintendente del DGI adelantó a MDZ que durante 2023 una de las metas sobre las que se centrará el organismo tiene que ver con lograr implementar un sistema provisorio para administrar el agua en Alta Montaña hasta tanto se establezcan nuevos operadores de agua (que puede ser una unión vecinal o una entidad) que puedan hacerse cargo de la adecuada gestión del recurso en esas zonas. El funcionario aclaró que el presupuesto aprobado para este año en relación a la gestión del agua en la provincia es de 5.800 millones de pesos, el equivalente al 0,6% del presupuesto total provincial, detalló. 

"El objetivo de este plan es que a nadie le falte el agua. Vamos a entregar 300 litros de agua por día por persona. Esto equivale, a unos 1.200 litros de agua por familia, atendiendo a un promedio de cuatro personas por cada lote", indicó el funcionario y detalló que para esto se concretará un plan de empadronamiento de cada propietario.

Pero entre los cambios a aplicar en el transcurso de 2023, el DGI buscará establecer el sistema medido también en Alta Montaña. "Será una solución provisoria que permitirá que el agua no potable al menos esté garantizada pero que no haya derroches indebidos ni abusos. El agua tiene que ser contabilizada; es la única forma de controlar que no se desperdicie en una provincia como Mendoza, que es y seguirá siendo un desierto", insistió Marinelli al referirse a la complejidad de la situación hídrica en la provincia, en el marco de la actual sequía.

Mitigar la contaminación y crear jardines xerófilos

El objetivo central del plan, que podría comenzar a ser aplicado hacia finales de 2023, consiste en "hacer un uso eficiente del agua cruda hasta tanto se constituyan los operadores de agua". En ese concepto de "uso eficiente" también se ubica la idea de evitar y mitigar el uso inadecuado del recurso en los arroyos y canales derivados del principal río que irriga a la provincia. Esto es porque si si sigue habiendo usuarios que sacan directamente el agua de los arroyos o dan de beber, por ejemplo a los caballos -en el caso de los emprendimientos relacionados a cabalgatas- se plantea además el problema de la contaminación aguas arriba, es decir, en los sectores más altos de la montaña, antes de llegar hacia el dique Potrerillos. La problemática se agrava en los casos en que se arrojan desperdicios en zonas cercanas a los acuíferos.

Los arroyos, como fuente prioritaria de abastecimiento deben ser adecuadamente protegidos de la contaminación.

En ese sentido, agregó Marinelli, que además de solicitar a los usuarios emplazados aguas arriba que instalen cisternas en cada parcela habitada, se apliquen los recursos necesarios para diseñar jardines y espacios verdes con vegetación xerófila, es decir, que no requieren de mucho riego y que esté adaptada a la biodiversidad y las características climáticas de la provincia. "No se puede seguir planteando que en un desierto haya jardines con pasto como si no estuviésemos en Mendoza. Todo debe estar focalizado a aplicar métodos que permitan priorizar la gestión del agua, de manera que no le falte a nadie para satisfacer sus necesidades prioritarias", enfatizó Marinelli. En cada lote así mismo -según este diseño- cada propietario deberá contar con un caudalímetro. 

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