Recurso vital

Sergio Marinelli: "Mendoza debe asumir la crisis hídrica como algo permanente y no transitorio"

En entrevista con MDZ, el superintendente del Departamento General de Irrigación expone los desafíos que en adelante se plantean para Mendoza en el marco de la actual crisis hídrica. Asegura que es clave reformar la Ley de Aguas y que al consumo medido se debe sumar el reuso del recurso. Detalles.

Zulema Usach
Zulema Usach jueves, 29 de diciembre de 2022 · 11:30 hs
Sergio Marinelli: "Mendoza debe asumir la crisis hídrica como algo permanente y no transitorio"
El superintendente del Departamento General de Irrigación estuvo en entrevista exclusiva con MDZ. Foto: Maximiliano Ríos/MDZ

Los desafíos a la hora de gestionar el recurso hídrico en Argentina, y en Mendoza en particular, son profundos y complejos, asegura el superintendente del Departamento General de Irrigación (DGI), Sergio Marinelli. El funcionario se explaya en su discurso al explicar las medidas que en un breve lapso de tiempo y en adelante, se requieren para administrar el agua de una manera más eficaz y consciente en relación a sus diferentes usos. Asegura que pese al leve incremento de los caudales en los principales embalses, crisis hídrica por la que atraviesa el territorio no es un hecho aislado de un contexto marcado de este lado del mapa nacional, por la retracción de los glaciares, la menor disponibilidad de nieve en la cordillera y la sequedad creciente de los principales ríos que alimentan los oasis productivos.

Contundente en su determinación para cobrar el agua, endurecer medidas que se aplicarán a los usuarios que "gasten más" y agilizar tratativas a la hora de establecer medidas de acción con el sector productivo, los municipios y los organismos involucrados, Marinelli busca afrontar un desafío clave en su gestión: redireccionar los planes que de ahora en adelante podrían marcar la diferencia entre ser una provincia sustentable o transformar a este territorio en un páramo condenado a la desertificación.  

El 26 de abril de 2017, el por entonces gobernador Alfredo Cornejo aceptó el juramento por el cual Marinelli fue nombrado en su cargo. Y también en abril, pero de 2022 y con Rodolfo Suarez a la cabeza de la provincia, el funcionario se transformó en el primer mendocino en extender su gestión en un segundo mandato como titular del DGI. Una responsabilidad no menor, pues en sus manos están las decisiones centrales que determinarán la vida de las actuales y futuras generaciones. "Esperamos llegar a un porcentaje del 52 al 54% de disponibilidad de agua en el embalse Potrerillos y a más del 73% en los del sur. El sistema del Atuel ya ronda el 75% y en el caso del río Diamante hay mayor disponibilidad de agua", evalúa Marinelli  casi sobre el cierre de la entrevista con MDZ. Detalla demás, que en la zona más poblada de Mendoza la cantidad de agua que se entrega por hectárea es mayor y que a nivel país, los mendocinos se llevan un cuarto del total de hectáreas cultivadas que se riegan, a diferencia de otras jurisdicciones donde el agua de lluvia que cae de manera más frecuente, colabora a mantener los suelos hidratados.

- Dentro del mapa Nacional, ¿Cómo situaría a Mendoza en relación a la disponibilidad de agua en el marco del actual contexto de calentamiento global?
- Nuestro país es muy diverso en materia de recurso hídrico. No es lo mismo la zona de la Patagonia o el Centro o la pampa húmeda, el NEA o el NOA que tienen diferente disponibilidad de agua. La zona más árida es la cordillera central, donde se ubican todas las provincias cuyanas y también las provincias de Catamarca y La Rioja, que son zonas áridas y donde la posibilidad de tener agua que proviene de la nieve de la cordillera. Mendoza tiene el 25% de las hectáreas que se riegan en el país, ya que el resto de las provincias (San Juan y el Valle de Río Negro son muy parecidos a nosotros) se riega con la lluvia o se combinan, riego y lluvia. Buenos Aires, por ejemplo, tiene una gran superficie irrigada con agua subterránea, combinando con eso la oferta disponible a partir de las lluvias.

- Después de muchos años de declarar la emergencia hídrica, se determinó no declararla más. ¿Qué implica esto y qué mecanismos se deben poner en práctica? 
- Cuando hay una emergencia hídrica, se supone que es algo temporal, algo que va a pasar y por lo tanto las medidas son reactivas, se trabaja sobre las consecuencias de lo que pasó, mientras que uno asume como decidimos hacerlo nosotros, entendiendo que esto es una situación permanente que además puede agravarse en un futuro. Más allá de que hay una variabilidad que puede implicar algunos años buenos, esto implica un enfoque distinto, un enfoque reactivo, un enfoque que tiene que ver con la predicción que implica que la planificación apunte a una situación permanente. Ese enfoque, que antes era basado en la oferta, que siempre era superior a la demanda, ahora tiene que ver con un enfoque apuntando a la demanda, que es cada vez más creciente.

Sergio Marinelli es el único funcionario en permanecer en dos mandatos consecutivos a cargo del DGI.

Al explicar el "cómo" se podrá establecer medidas de acción concretas para avanzar hacia recursos más actualizados en relación al contexto y las demandas (frente al aumento de la población y con ello de la demanda de alimentos y como consecuencia de más cultivos a producir), el funcionario explica que el modelo para administrar el agua en Mendoza debe ser predictivo. Detalla, que para encarar las políticas en adelante, en todas las áreas y esferas de la vida en Mendoza se debe incorporar que la crisis hídrica es una situación permanente y no pasajera o provisoria. "Es una etapa de aprendizaje, pero que sirve siempre y cuando tengamos la plena conciencia de que la situación es permanente y que más allá de que pueda haber un año bueno el agua va a tener a ser cada vez menos", enfatiza Marinelli.

Trabajar en red y cambiar leyes: la apuesta hacia adelante

Dice Marinelli  que con organismos como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) y el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) se busca trabajar de manera más coordinada de manera de afrontar la sequía. En esa línea Marinelli asegura que en Mendoza es necesario contabilizar más el agua. "Hay una resolución que se ha trabajado hace poco y que describe lo que estamos haciendo. Esto es tener una cuenta de agua sabiendo el pronóstico, cuánta agua va a haber en cada río, cómo la vamos a repartir y haciendo esos controles cada tres meses para que cada usuario sepa cuánto y cómo se gasta el agua", asegura.

Aclara que en el mediano y largo plazo, tres ejes serán prioritarios de cara a 2023: el área técnica, el convenio que lleva adelante la Provincia con la empresa israelí Merokot y el plan maestro que permitirá conocer con datos más específicos la situación actual y futura en relación al agua disponible en Mendoza. "Confiamos en que pronto tendremos la foto de lo que va a pasar en 2030, 2040 y 2050, con la demanda y con la oferta y cómo son las acciones y las obras que necesitamos para acercar una demanda creciente a una oferta cada vez menor", destaca Marinelli. 

Que la centenaria Ley de Aguas de Mendoza vigente desde 1884 (y que ya ha tenido más de cien reformas) necesita, ser revisada en su totalidad y actualizada, es una de las deudas más significativas que según Marinelli pesan sobre los mendocinos. Destaca además, que la provincia debe tener su propio Código de Aguas que dé respuestas y establezca pautas de acción a futuro para dar respuesta a las problemáticas actuales. 

- ¿Cuánto se destina de agua, al consumo humano, cuánto a la industria y cuánto a la actividad agrícola?
- Aproximadamente 83 % del agua total en Mendoza se usa para el riego agrícola, 11% para consumo humano, 1% a la industria y el petróleo tiene el 1% . La energía eléctrica es no consultiva, porque usa el agua de paso pero no consume. Eso es un tema a nivel provincial. Si dividimos la cantidad de agua que usamos por río disponible por la cantidad de habitantes, nos vamos a dar cuenta que en la cuenca del río Mendoza, por ejemplo, un habitante tiene la disponibilidad de un 25% de un habitante de otra cuenca.

- ¿Por qué?
- Porque acá tenemos al área metropolitana donde el consumo humano se lleva un tercio del agua disponible en un año y dos tercios van para el agro. Es muy importante la cantidad que se fija. Cuando uno tiene un consumo fijo, cuando disminuye la cantidad total ese consumo fijo se hace más significativo dentro del total. En el invierno, cuando el río trae poca agua, toda esa agua va a parar al consumo humano. Esto genera, por ejemplo, que cuando empieza la temporada agrícola en setiembre y todavía no hay derretimiento de la nieve, sacamos más agua de la que ingresa al dique Potrerillos. Cuando empieza la época de noviembre, el dique se empieza a llenar de nuevo, por eso han visto que ahora el embalse está nuevamente de a poquito empezando a tomar un poco más de volumen. 

Marinelli aclara que cada año "cuesta más mantener lleno a este dique clave para Mendoza. Esto genera, destaca, que el agua subterránea disponible también se vea afectada. "Cuando durante tantos años ha nevado menos de los habitual, no solamente bajan los caudales, sino que también bajan los niveles de los acuíferos. Como a los agricultores o a la industria les falta agua superficial, se hace una mayor extracción de agua subterránea, con lo cual nos sometemos a un mayor estrés el sistema y a futuro, si vamos a tener menos nieve y por lo tanto menos agua, va a haber menos disponibilidad en los acuíferos", explica al dar cuenta del efecto en cadena que genera la inadecuada previsión a la hora de administrar el agua en Mendoza.

Apuntar al reúso, la clave para garantizar la oferta 

Al referirse a las estrategias para lograr que el agua disponible a futuro sea la adecuada la demanda, Marinelli asegura que es necesario reutilizar el agua proveniente de los efluentes cloacales. Dice que Mendoza ya lo hace en un 50% pero que se necesitan más obras para lograrlo. Incluso, aclara el funcionario, sería ideal aplicar sistemas para que el agua proveniente de ese tratamiento sea devuelta al acuífero. Dice que Israel es un ejemplo en la materia y que de este modo "el agua se usa y se devuelve en la misma cantidad". 

La salinización creciente del agua subterránea es otro problemática compleja para Mendoza. Marinelli dice que en realidad esta situación se puede equilibrar aplicando mecanismos para eliminar parte de esas sales y reutilizarla. Pero también apunta que "lo que hay que hacer es usar lo necesario siendo más eficientes".  "La disponibilidad de agua proveniente de la nieve, no es la misma que la oferta en el dique, porque tengo una infiltración en el camino", ilustra el funcionario y detalla que aunque haya canales que están revestidos, hay pérdidas que se producen por evaporación.

- ¿Cómo se miden las pérdidas en los canales?
- "Desde la cabecera del canal hasta la finca también hay pérdidas, Por eso estamos haciendo un trabajo de medición a partir de la actualización del catastro real que ha hecho la provincia y sobre esa base trabajamos con el programador de riego del INTA que nos dice cuáles son esas demandas. De esa manera llevamos una cuenta de agua, medimos pérdidas en los canales. Por eso queremos hacer un mapa de eficiencia para saber dónde hay que invertir en obras y fundamentalmente hay que ir a un sistema de financiamiento posible para los agricultores para que puedan tecnificar su riego. cuando decimos que estamos entregando 100 litros en la cabecera del canal y la eficiencia es del 50% entonces es mucho lo que se está perdiendo. 

- ¿Cuáles serían los lineamientos concretos en el corto plazo para lograr estos objetivos?
- La primera es fundamental, es la toma de conciencia a nivel nacional. La gente tiene que entender que esta situación no es accidental ni casual, esto es permanente y le pasa a todo el país. Están alertando sobre lo que va a pasar con la sequía en la pampa húmeda con consecuencias económicas complicadas. Lo primero es hacer campañas, insistir en un manejo más flexible del agua, ser conscientes de que un manejo flexible de acuerdo a la necesidad de cada cultivo. Si a un productor, por ejemplo, le podemos dar el agua de acuerdo a sus necesidades y uno tiene una chacra y el otro tiene una viña, al de la chacra le tengo que dar el agua más seguido pero en menos cantidad, el de la viña más agua en menos oportunidades.

- Para el consumo humano, ¿qué medidas se van a tomar?
- Firmamos un convenio muy importante con Aysam que es el que da agua a 400 mil cuentas y llega a cerca del 60% de los pobladores de Mendoza. El 15% lo dan los municipios operadores que son Luján, Maipú y Tupungato y el otro 15% lo entregan los operadores comunitarios y privados, como cooperativas y uniones vecinales. En el caso de los principales que están en el área metropolitana, durante muchos años no se ha invertido y las cañerías se han ido rompiendo. Entonces estamos gastando 250 hectómetros cúbicos anuales, estamos gastando 750 litros aproximadamente por persona y por día. Eso es de agua superficial más las perforaciones, entonces ahí hay que trabajar en un plan de inversión pública para mejorar las redes y que haya menos pérdidas. También es fundamental aplicar la micromedición para que lo que no pueden lograr las campañas publicitarias o los controles de riego indiscriminado, lo logre la tarifa.

El año entrante, en el presupuesto de Irrigación (ya que nosotros le cobramos la tarifa a ellos, por el agua en bloque), lo que vamos a hacer es establecer una cantidad razonable de consumo, que serían 250 litros por persona por día y vamos a poner un coeficiente, que es un plus, que es como una suerte de castigo, que así lo usan ya algunas cooperativas y algunas uniones vecinales en las zonas rurales.  A medida que se aumenta el consumo, el agua se cobra más.

Marinelli aclara que este año ese plus sería de cero pero para el resto de los años, en adelante, plantea aumentar los valores; quiere que ese plus se convierta en 10, 20 o 30%. apunta además a "obligar" a todos los prestadores del servicio de agua potable a colocar medidores, endurecer las multas y avanzar en una tarea conjunta de educación para tener una cultura distinta sobre el cuidado del agua.

A demanda

En la zona del campo mendocino, Marinelli asegura que es fundamental coordinar acciones para lograr que los cultivos sean regados a demanda, un planteo que desde las entidades que nuclean a los pequeños y medianos productores vienen realizando desde hace años. Dice que una de las prioridades es hacer reservorios y revestimientos en los canales, en tanto que el riego debe estar acordado con los productores. Para esto aclara, ya hay experiencias ligadas a la tecnificación del sistema mediante la utilización de un software, que permite entregar el agua de acuerdo a la necesidad de cada finca. Sabe Marinelli que estos recursos requieren de grandes inversiones.

- Uno de los pedidos más repetidos por parte del sector productivo tiene que ver con la posibilidad de tapizar los cauces para que el agua no se derroche ¿qué hará la provincia el respecto?
- Es necesario hacer más reservorios en la red terciaria pero hay que organizar a los usuarios, hay que buscar la convicción de ese grupo de usuarios, hacer el proyecto y administrar la obra, esto lleva tiempo, es muy bueno poder trabajar en conjunto para que quienes sean representantes nos ayuden a armar esos grupos para poder hacer la segunda etapa. San Rafael, por ejemplo, tiene el reservorio Vila, una experiencia muy exitosa donde se ha hecho una aplicación que usa el agua de manera más racional. Y tenemos obras en el Valle de Uco, donde mediante la utilización de un caudalímetro se calcula la cantidad de agua que debería ir al acuífero. A ambos sistemas los promovemos. 

- Una de las situaciones que se plantean en relación al crecimiento de emprendimientos inmobiliarios en zonas que antes eran destinadas a cultivos tiene que ver con el derroche que se genera al seguir permitiendo que los usuarios nuevos tengan acceso al agua en los mismos volúmenes que se regaba la finca ¿Cómo se evitaría que esto siga sucediendo?
- No existe tal derroche, salvo un caso puntual. Cada una de esas personas que viven en loteos que antes eran fincas paga lo que denomina uso recreativo. Esto en realidad cuesta cuatro veces lo que vale el uso agrícola, pero además paga fracción por entero. Hoy esos loteos privados están soportando el 34% de lo que recauda el río Mendoza y no reciben más agua que la finca previa al loteo. Pagan mucho más caro. Son una suerte de  subsidio cruzado de los agricultores. De alguna manera es un salvavidas para el agro. Un criterio que no me parece errado es que quien quiera tener un jardín verde en un desierto debe pagar más.

Ahora, el problema que surge es que esa persona que tiene hábitos urbanos y cuenta con una red de agua potable y una red de riego, va a usar la manguera. Por otro lado, hay que analizar si conviene mantener dos redes de agua en paralelo. Todas esas cuestiones son nuevas y se requieren de muchos cambios.

Un fondo para administrar el agua en la montaña

Frente al crecimiento de las actividades en la zona de Alta Montaña, Marinelli asegura que es clave regular el uso del agua y que para eso se va a avanzar en el cobro del recurso en áreas que antes no estaban reguladas. Para eso, asegura el funcionario, se entregará un máximo de 150 litros diarios por día por persona y a cambio de cobrará un canon que irá a al Fondo Potrerillos. "Ya hicimos el relevamiento y ahora hay que hacer un ordenamiento para ajustar en la cuenta de agua". 

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