Recomendador serial

Luca Prodan, un artista para ser más auténtico

El próximo 22 de diciembre se cumplen 34 años de la partida de Luca Prodan, el elegido del recomendador serial de esta semana.

Diego Villanueva jueves, 16 de diciembre de 2021 · 08:25 hs
Luca Prodan, un artista para ser más auténtico

Antes de la pandemia, un día fui a hacer un trámite aburridísimo y estaba desayunando en un bar típico de San Telmo, sobre Humberto Primo y Bolívar. De esos bares que quedaron en el tiempo, con fotos muy poco tentadoras y superdesgastadas de pizzas y milanesas con muzzarellas vencidas. Venía escuchando una playlist azarosa de rock nacional, y segundos después de finalizar “Pronta Entrega” de Virus, el algoritmo de Spoti me lanzó “Pinini Reggae”, uno de mis temas favoritos de Sumo, la banda de Luca Prodan. Esto sucedió cuando me estaba sentando.

Y mientras Luca gritaba "Don´t laugh, don´t cry", veo en la esquina un mural de Prodan sonriendo con sus gafas negras en la cabeza, en musculosa y con un gesto de estar pidiendo limosna. El mural está pintado sobre dos columnas, al lado de la puerta principal de lo que parece un bar nocturno llamado Comunidad del Cisne. Al otro lado de la puerta, lo acompaña Pappo en un tamaño mucho menor y en una sola columna,  y en la otra se ve al Rey del Blues, el gran BB King. Un Top 3 de músicos favoritos bajados a una pared, quizá pensado y pedido por el dueño del bar, o realizado en su momento por un artista a las 3 am de un martes y sin permiso de nadie. Quién sabe.

Un mural de tres leyendas

En ese momento me copé con Luca y me fui directo a una playlist llamada "this is sumo". Con el correr de las canciones, todas aprendidas de memoria aunque ya no las escuche tanto, viajé en el tiempo hacia los quince años en los ’90.

Cerca de esa zona está su última casa. Hace unas semanas me fui para Alsina 451 y, como un turista feliz en Buenos Aires, me saqué la foto en la casa donde pasó sus últimos días. La casa estaba cerrada pero llena de emotivos mensajes de fans. Si te divierte ir a conectar con él, te recomiendo ir.

Diego Villanueva, recomendador serial, en la última casa de Luca Prodan

Si bien nunca fui tan fan al comienzo, recuerdo esas entrevistas muy graciosas y demasiado sinceras de Luca que se conseguían no sé cómo en casetes. Casi la totalidad de los músicos de rock argentino son unos pajeros. Yo no los invitaría a comer a mi casa. Bah! …, a Pipo Cipolatti, sí, porque es divertido… Gustavo Cerati es un chetito con toda la guita de papi, se pinta, se pone el pelito así, es un pelotudo. Sin filtro, el extranjero exadicto a la heroína no se bancaba mucho al rock nacional de esos años, salvo a Pipo y a Calamaro con quien hizo una versión moderna del tango "Años".

Las cuatro cosas de Luca Prodan que me llamaron la atención cuando me enteré de su existencia fueron:

  1. Su look desaliñado.
  2. Que ya se había muerto.
  3. Su idioma, ¿de dónde fucking era?
  4. Sus canciones rarísimas, algunas más pegadizas que otras, pero muuuy raras: frases como estoy rodeado de viejos vinagres..., dale nena quiero nesquik…, no sé lo que quiero pero lo quiero ya…, yo estoy al derecho, dado vuelta estás vos..., Yo quiero cruzar por la barrera, y que me pisen. Todo muy raro y diferente. También temas en inglés y versiones extrañas de clásicos, como la versión punk del villancico “Noche de Paz”. O la bizarrez de meter una parte del jingle del Shampo Wellapon en medio de un tema que habla de la heroína: Soltate con Wellapon soltate, soltá tu pelo con Wellapon, soltá tu brillo, soltá la belleza de tu pelo con Wellapon.

Hablo de una era en la que no había Wikipedia y donde si querías conocer más de un artista tenías que buscar en las revistas de música como Pelo o Rock & Pop, o escuchar la Rock & Pop, que era la única radio que le daba bola al rock nacional.

Recursos de una época en la que no había Wikipedia.

Con los años fui interesándome más en la historia de Luca y entendiendo de dónde venía toda esa música que era diferente a lo que se escuchaba en el rock nacional, en esos días. Luca trajo de Europa ritmos y artistas que acá no se conocían: el ska, el reggae de Marley, el punk de los Clash, la sensibilidad de Bowie y el post-punk de Joy Division, entre otros. De ese cocktail nació la música de Sumo, y de a poco nació también una cultura que se reflejó primero en varias bandas, desde los Cadillacs a los Caballeros de la quema, y luego en los fans que fueron creciendo con el mito del personaje una vez muerto.

Joy Division

¿Por qué Luca llegó en los ’80 a la Argentina? Eso es lo que más me llamaba la atención. Quizá te contaron la historia, pero siempre es lindo revisarla. A nivel personal es una historia triste, de rebeldía y de querer mejorar y sanarse y no poder.

Nacido en Roma en una familia de clase media alta, lo mandaron a estudiar a un colegio de Tinchos en Escocia -iba con el príncipe Carlos de Inglaterra-. Ya de chico fue rebelde, y se hizo una rata del colegio que duró meses, y lo buscó hasta la Interpol. Algo que todos soñamos con hacer de chicos y nunca nos animamos. Una rata siempre duró no más de seis horas, al menos en mi caso. Cuando lo encontraron meses después, él volvió al colegio y a su casa, pero ya nunca iba a ser el mismo.

Retrato de infancia

En Italia fue hippie: empezó con la marihuana y después con la heroína. Cayó preso varias veces y se escapó para Londres donde estaba la movida. Y ahí vivió con su amigo Timmy -personaje clave de esta historia-, laburando en una disquería, armando su primer grupo y escuchando y absorbiendo todas las bandas que te nombré antes.

Timmy se mudó a vivir a Córdoba, y Luca hizo lo que pudo en Londres, enroscándose cada vez más con la heroína, hasta provocarse un coma que duraría una semana y lo dejaría con el cuerpo amarillo y los ojos naranjas, como contaría Andrea, su hermano.

Hablando de hermanos, Luca en esa época tenía una hermana a la que quería mucho, llamada Claudia, y que se suicidó con su pareja inhalando monóxido de carbono. Una muerte que hundiría más a Luca, que nunca se recuperaría del todo. “Warm Mist” es una canción supertriste que habla de la muerte de su hermana. Una parte del tema dice En el mar que siempre es gris, tal vez recuerdes a Claudia. Se fue a la deriva hasta que se hundió, tan triste. Ella se llevó con ella a su amante. Era lo único que tenía. Pero no quiero ir por ese camino. Oh, señor. ¿No puedo decir algo? No me dejes morir rodeado de este gris. Todavía estoy a la deriva a través de esta cálida (warm) niebla (mist).

En el peor momento de su vida, recibe una señal -algo como una señal de Dios- hecha carta, junto a una foto familiar de su viejo amigo Timmy, invitándolo a las Sierras de Córdoba, a una especie de retiro espiritual para limpiarse y empezar de cero.

Cuando llegó a las sierras argentinas, 1981, tenía pelo largo, andaba a caballo, jugaba con los perros -Perra y Agosto- y grababa mucho en una mini portátil que llevaba a todos lados. De ahí salieron un par de primeras grabaciones, que recién se editaron post morten a mitad de los ’90. Te recomiendo Time Fate Love, que tiene algunas primeras versiones pre-Sumo, como “Regtest” y “Virna Lisi”, y algunos inéditos muy lindos como “Strange Things” y “Brighton Past” que en YouTube tiene un video clip que te lleva a ese momento tan personal de alguien lejos de casa, una melancolía tana con una gran inspiración en el tristemente célebre Nick Drake. “Brighton Past” es uno de los temas más lindos de Prodan, que no se dio a conocer mientras vivió.

Luca en Traslasierra, Córdoba

La mítica banda arrancó en Córdoba con Luca y Germán Daffunchio, cuñado de Timmy. Después apareció Alejandro Sokol, y empezaron a tocar. Semanas después, Luca invitó a Córdoba a su amiga Stephanie, de Londres, a tocar la batería. Y el resto es historia más o menos conocida. Se tuvo que volver Stephanie -era abril de 1982-, y se sumaron Petinatto en saxo, Diego Arnedo en bajo, Mollo en guitarra. Y empezaron a tocar con base, en el mítico Hurlingham y a grabar una música totalmente nueva para la Argentina. Duraron siete años, tres discos oficiales y muchos inéditos y piratas. Fue una de las primeras bandas -junto a los Redondos de Ricota- que hacían lo que querían y ni miraban al resto del rock nacional que lideraban Charly y Spinetta. Además tenían un look y un humor deforme y bizarro. Te recomiendo buscar en YouTube a Sumo en programas como Feliz domingo o Badía y compañía, ahí los podés ver en vivo. Una locura total.

Luca ya era grande cuando empezó con Sumo, y le llevaba varios metros de experiencia a los demás artistas argentinos. Quizá por eso tenía un ego y una intolerancia donde solo respetaba a un par, y del resto se burlaba. Lo obsesionaban esos pelos de los Virus y los Soda, acaso como espejo de su incipiente calvicie, que un día solucionó de una manera que nadie lo había hecho hasta el momento: máquina de afeitar y a la mierda. Una bocha calva que daba miedo con ese look de dejado. Lo que nunca imaginó es que millones de pelados en el futuro copiarían lo de la maquinita —incluyéndome—.

Sumo, primera formación en Córdoba

Cantaba en inglés cuando aún estaba medio prohibido por el efecto post Malvinas, y también cantaba en un castellano rarísimo para alguien que lo escuchase por primera vez. Hizo temas que hoy serían censurados ya por el nombre. Uno es “La Rubia Tarada”, donde se mete en el boliche New York City y vive ese mundo de la noche con la gente que él más odiaba, y es el primero en etiquetar a una rubia de tonta y le dice que se peló por el asco que da su sociedad careta y cheta. Por otro lado, grababa canciones muy tranquilas y brillantes como “Mañana en el Abasto”, que para mí describe al barrio mejor que cualquier tango argentino. Estos temas son un buen ejemplo de lo Dr. Jeckyll y Mr. Hyde que era Luca. Este efecto también se veía en muchas cosas que hacía. Se vestía como reo, pero era más culto que cualquiera. Escribía temas como “La Rubia…”, pero era un romántico y un caballero con las mujeres -tuvo varias novias que nunca pudieron olvidarlo-. La posta es que a Sumo no lo veía tanta gente. Siempre está el chiste que dice que si fuera verdad que todos los que declaran que fueron a ver a Sumo fueron, deberían haber llenado cinco estadios como mínimo.

Luca, con Mollo y Arnedo

Luca reemplazó la heroína por la ginebra. Si lo ves en notas de videos y audios, nunca estaba manso: tenía la mirada de los inquietos y los sufridos, los genios sufridos. Esa intensa vida y una cirrosis fueron las causas de un paro cardíaco, en su casa que queda a un par de cuadras de donde escribo esto. Era diciembre de 1987 y tenía solo treinta y cuatro años. Ahí nació el mito, precisamente desde un grafiti callejero mal escrito que decía Luca Not Dead, que hoy se reproduce en miles de remeras, tatuajes y banderas. Y especialmente en dos de las bandas más importantes del actual rock nacional, que son Divididos y Las Pelotas, donde, si prestás atención a sus primeras canciones como “Paisano de Hurlingham”, “Sisters”, “El 38”, “Músculos”, “Corderos en la noche”, “Shine”, tranquilamente podrían haber sido compuestas y cantadas por Luca.

Luca not dead, un grafiti callejero que se reproduce en remeras, banderas y tatuajes

Y acá te dejo con una playlist de todo lo que te conté y terminando como arranqué, turisteando. Andate un día al Abasto que está más lindo que nunca y recorré esas calles donde Luca vivió con una de sus novias, exactamente en Gallo y Humauaca, donde podés tomarte una ginebra en su honor tipo en el Bar El Destino donde él iba. El 22 de diciembre podría ser un buen día, ya que es aniversario de su muerte a sus jóvenes 34 años. Quien sabe, quizás haya alguien homenajeándolo.

 

*Diego Villanueva es autor de "Casi 30 artistas para antes de dormir"

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