Tras la coronación, Javier Milei debe definir cómo será el nuevo equilibrio entre Karina, Francos y Santiago Caputo
El contundente triunfo electoral no alcanza para resolver los roces internos que acosaron al Gobierno en los últimos meses. Por eso, Javier Milei debe resolver cómo se reparte el poder en esta nueva etapa de su gestión.
En su discurso, Javier Milei hizo equilibrio y elogió a Santiago Caputo y Karina Milei.
EFEEl triunfo abrumador de La Libertad Avanza en todo el país abre una nueva etapa para el Gobierno de Javier Milei, que deberá poner fin de una vez por todas a la ruidosa interna entre sus principales actores de poder: la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, el asesor Santiago Caputo, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Sigue Guillermo Francos y Javier Milei hace equilibrio entre Karina y Santiago Caputo
En su discurso triunfal, sobre el escenario montado en las entrañas del Hotel Libertador, Milei dedicó buena parte de su discurso a elogiar a los integrantes de su Gabinete, cuyas diferencias en las últimas semanas se volvieron indisimulables. Con una mención inicial a Guillermo Francos, el libertario ofició de equilibrista sobre el final y destacó por encima de todos a "los dos colosos que han sido los arquitectos de este milagro, Santiago Caputo y Karina Milei".
Te Podría Interesar
Al cierre de esta nota, cerca del jefe de Gabinete confirmaban a MDZ que el ministro coordinador seguiría firme en su puesto --al menos de momento-; y el Triángulo de Hierro presidencial continuaba con el asesor al frente de la estrategia, la comunicación y la administración del Gobierno, mientras que "El Jefe" seguiría al frente del armado.
Sin embargo, en la previa de la elección todas las tribus del Ejecutivo reconocían que la tensión entre los vértices del Gobierno paralizaba la gestión y anticipaban que después de los resultados del domingo llegarían los cambios, de una forma u otra.
Karina Milei, la gran vencedora de la noche
Indiscutiblemente, los resultados empoderaron a la hermana presidencial, quien en las semanas previas parecía navegar debajo de los radares luego del escándalo por las supuestas coimas en la Andis y la durísima derrota en la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, cuando parecía que estaba más debilitada que nunca, finalmente el armado electoral que construyó con sus propias manos se impuso en 15 distritos, aplastó al peronismo y sumó 64 bancas en Diputados y 14 en el Senado.
Por extensión, la victoria también blindó a los inmediatos colaboradores del 'Jefe': Eduardo 'Lule' Menem, su primo lejano Martín -quien pareciera haberse asegurado su lugar al frente de la cámara baja- y el armador bonaerense Sebastián Pareja. "Tenían razón", se limitan a decir cerca de los riojanos, con aire triunfal.
La tríada se encontraba profundamente enemistada con el asesor presidencial y sus seguidores de Las Fuerzas del Cielo, quienes no esperaron al domingo y comenzaron a apuntar directamente en el cierre de campaña de Rosario contra Sebastián Pareja y sus armadores en el conurbano bonaerense con insultos y amenazas de golpes de puño.
Por su parte, Santiago Caputo y sus colaboradores chocaban con los herederos políticos de Carlos Saúl por su estrategia electoral que tuvo como efecto secundario la confrontación con los gobernadores que habían sido aliados -empujando al surgimiento de Provincias Unidas- y tensionando el panorama para La Libertad Avanza en el Congreso.
Tras el triunfo, pareciera más difícil que el presidente tenga los argumentos para despojar a alguno de ellos de las facultades a las que él mismo atribuyó el triunfo durante su discurso. Sin embargo, si no lo hace, las internas en la Casa Rosada no harán más que escalar, a medida que los roles de Guillermo Francos, Karina y los Menem, y Santiago Caputo sigan superponiéndose en las negociaciones políticas y las estrategias electorales.
Los cambios en el Gabinete y las dudas por resolver
Una semana atrás, cuando todos se preparaban para el impacto de una posible derrota, un Javier Milei en modo bilardista prometió que "reacomodaría" el Gabinete para lograr los resultados prometidos y reconoció que había áreas que no funcionaban tan bien como debían.
Si bien se negó a adelantar nombramientos, el libertario sí confirmó que su asesor Santiago Caputo pasaría a tener un rol preponderante en el Gabinete, y se dispararon las especulaciones sobre una posible llegada a la jefatura de Gabinete. Esto no tentaba al consultor, que disfruta tanto de su anonimato y de su falta de responsabilidad legal como del poder real, pero cerca suyo reconocían que él haría lo que pidiera el presidente.
Espantado por ese posible escenario, el excanciller Gerardo Werthein emitió su renuncia anticipada y detrás suyo lo siguió el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, cuya salida ya se rumoreaba hace tiempo. A esas salidas, se sumaban las esperadas partidas de Patricia Bullrich de Seguridad, Luis Petri de Defensa y Manuel Adorni de la Vocería por sus respectivas candidaturas. Todo esto forzaba una maniobra ingeniería política que se vería condicionad por el mensaje que hubiera que enviar tras la sentencia de las urnas.
Finalmente, con un triunfo tan inesperado como arrasador, Milei tiene oxígeno para decidir las modificaciones a gusto, sin verse forzado a correr en búsqueda de aliados como el PRO, la UCR o los gobernadores aliados para ganar gobernabilidad. Si bien esas puertas no están cerradas -todo puede pasar- el triunfo muy similar en características al ballotage de 2023 podría permitirle al Gobierno continuar como lo hizo desde un principio: sin hacer lugar a coaliciones.


