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La Legislatura bonaerense vuelve a ser el campo de batalla cultural y político entre libertarios y kirchneristas

Con nuevos incidentes protagonizados por los seguidores de Mario Ishii en la puerta de la legislatura, Fuerza Patria ratificó su desorden de conducción. A pesar de la victoria de septiembre, Axel Kicillof no impuso sus condiciones y todos los días puja porque sus socios coincidan con sus posturas que, a su vez, no suele negociar. Sin más autoridades que Verónica Maggario y el libertario blue Carlos Kikuchi, el Senado bonaerense es un nuevo pantano político.

Axel Kicillof no puede resolver los problemas internos y en el Senado tampoco coinciden en su conducción.

Axel Kicillof no puede resolver los problemas internos y en el Senado tampoco coinciden en su conducción.

PBA

El Senado de la Provincia de Buenos Aires ratificó el bochorno vivido la semana pasada en medio del tratamiento de la ley de “financiamiento”, conocido en general por el “endeudamiento de Axel Kicillof” al no poder votar sus autoridades por la fortísima interna existente en el seno de Fuerza Patria que puso en jaque, por el apuro de sesionar, las licencias otorgadas a los senadores Gabriel Katopodis y Diego Valenzuela.

Para Sergio Berni, el promotor con un marco legal que lo avala, de la mayoría de las polémicas registradas este lunes feriado en el recinto, la composición de la sesión preparatoria no podía aprobar nada porque aún los senadores que juraron en esa oportunidad no tenían mandato sino hasta mañana 10 de diciembre.

El mandato de los legisladores y la validez de la sesión preparatoria

“Los legisladores tienen un período determinado. Quienes inician y terminan lo hacen el 10 de diciembre, y son ellos los únicos autorizados a tomar una determinación. Quienes se incorporan pueden jurar, elegir sus autoridades, pero no votar nada hasta que se inicie el momento por el cual fueron elegidos”, razonaron varios especialistas consultados por MDZ.

Este cronista buscó denodadamente que las autoridades legislativas le brindaran la copia de la Comisión de Poderes donde se aceptaba la incorporación al cuerpo de los 48 senadores que fueron votados en las elecciones del 7 de septiembre.

El regreso de Sergio Massa y el desembarco de la delegación libertaria

Si bien los nuevos senadores se vistieron para una fiesta, con sus familiares e invitados especiales en los palcos (donde nuevamente no pudieron estar los periodistas) y los salones anexos, lo sucedido fuera y dentro del recinto fue de máxima tensión. Del lado de Fuerza Patria, la asunción de Malena Galmarini posibilitó el reingreso a una actividad pública y política de su esposo, el ex superministro de Economía y último candidato presidencial del peronismo, Sergio Massa, aplaudido a rabiar por los cuatro costados cuando fue nombrado.

Sin hablar con la prensa, el líder del Frente Renovador se movió como un verdadero jefe de espacio, al cual oficialistas y opositores saludaban con suma amabilidad. Su contraparte fue la delegación libertaria encabezada por Martín Menem, Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja, quien en todo momento se mostró más que afectuoso con su antiguo rival directo Agustín Romo, representante, por ahora, de Las Fuerzas del Cielo.

La licencia de Diego Valenzuela y la competencia por el control político

El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación caminó varios metros abrazando a Diego Valenzuela, con quien entró al Palacio legislativo. El exintendente de Tres de Febrero había posteado hace una semana “habrá novedades” en su cuenta en X. La respuesta a ese enigma fue el pedido de su licencia como senador provincial, cargo al que asumió y del cual se licenció para asumir como director de una agencia o área dependiente del Ministerio de Seguridad. Algunos dicen que será Migraciones, pero nada fue confirmado oficialmente.

Massa, por un lado, y los Menem y Pareja, por el otro, parecían participar de una competencia por el control política de la escena. El socio político de Axel Kicillof siempre dejó trascender su rol de componedor en el hervidero que es el bloque oficialista mientras que los libertarios confirman sus deseos de conducir la Provincia en dos años.

La grieta en Fuerza Patria: polémicas y lucha por la presidencia del bloque

La sesión estuvo plagada de polémicas, tanto por la decisión de autorizar las licencias como por la crisis de representatividad que tiene el bloque oficialista, hoy diezmado de senadores que puedan constituirse en una síntesis o, al menos, construir un mínimo consenso.

Mientras que en el “afuera” las barras que acompañaron a Mario Ishii patoteaban a los seguidores de los senadores libertarios, al igual que lo habían hecho en el HCD de José C. Paz la semana pasada, adentro de la Cámara el nuevo legislador era uno de los que más operaba para ser vicepresidente primero, lugar por el que pugnaban Malena Galmarini y el propio Berni. Hasta este momento tampoco nadie sabe quién presidirá el bloque, ya que Cristina Fernández de Kirchner había pedido por Fernanda Raverta y Axel Kicillof pugnaba por colocar ahí a la bahiense Ayelén Durán, aliada del “cuervo” Andrés Larroque.

Quien antes era vice primero, Luis Vivona, no pudo ser reelecto y ahora es diputado provincial. Con mucho recorrido, su figura era ideal para salvar situaciones en las que todos tenían que ceder. Hoy no existe una personalidad que contenga a propios y extraños, algo muy aplaudido en la política legislativa pero muchas veces rechazado fuera de los ámbitos parlamentarios.

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Massa con Agustín Romo, jefe de bloque libertario. Foto, José Luis Carut.

Massa con Agustín Romo, jefe de bloque libertario. Foto, José Luis Carut.

Algo de eso dijo la propia Malena Galmarini, quien ante una consulta de José Luis Carut sobre los problemas que hay en el bloque para designar su reemplazante, dijo: “Es lamentable que nadie nos haya llamado nunca para discutir estos temas y lleguemos a la asunción teniendo que definir todo rápido y sin hablar previamente”.

Las cadenas de la alianza: Kicillof y Massa no se animan a romper

En vista de lo que sucedió la semana pasada y lo que pasó ayer, nadie sabe por qué motivo ninguno de los integrantes de esta alianza desgastada por rivalidades y desconfianzas rompe las cadenas que los atan con sus “primos”. Kicillof, al ya tener la aprobación para transitar su gestión con el endeudamiento, lo podría hacer. Pero no se anima. Massa, quien tiene como obligación recuperar su rol como dirigente de centro, prefiere actuar como “balance” y seguir participando de lo que queda del reparto de poder mientras que Máximo Kirchner esgrime sus razones. “Nosotros armamos este proyecto, no nos vamos. Si quieren, que se vaya Axel, al que pusimos nosotros”.

En el campo libertario, Pareja sí dejó en claro quién conduce el espacio. Criticó a sus “primos” del PRO por haber votado con el oficialismo provincial el endeudamiento y por impulsar los nombramientos de Adrián Urreli y Matías Ranzani como directores suplentes del Banco Provincia en la transacción realizada por el endeudamiento.

Guillermo Montenegro, que se puso el traje violeta en La Matanza cuando se lanzó la campaña Kirchnerismo Nunca Más, hoy es legislador PRO, sin lugar en el mundo libertario, al que pretendía ingresar vía Santiago Caputo en un cargo ministerial, lo cual también puso en riesgo su propia sucesión en General Pueyrredón, ya que debajo suyo quienes anhelan seguir en la gestión no son personas de su absoluta confianza.