Quién es Emiliano Dionisi, el dramaturgo que copa la escena teatral mendocina este fin de semana
Tiene 37 años, cofundó la Compañía Criolla y los Premios Konex lo reconocieron en 2021 como la figura más relevante del espectáculo argentino de la última década.
Cuando a Emiliano Dionisi le dicen que le encanta salir de su zona de confort, él siempre responde: “Es al contrario, no saber cómo se hace es mi zona de confort”. Es que al joven actor, dramaturgo, docente y director porteño le fascinan los desafíos y aprender cosas nuevas. Cuando se sienta a cranear un espectáculo, cuenta, intenta ser honesto con lo que le divierte en ese momento y no especula con lo que ya hizo o lo que le convendría hacer.
En 2009 cofundó la Compañía Criolla y, en casi 15 años, creó más de una decena de espectáculos. “Por lo general, siempre el proyecto nuevo es bastante distinto al anterior. Es ahí donde se aprende más. Planteo hacer algo en donde tenga que aprender algo para hacerlo, que necesite desarrollar un nuevo lenguaje o una nueva forma. Cuando no sé muy bien cómo contar algo, es cuando más me divierto porque me encanta trabajar”, admite en diálogo con MDZ.
En este deseo de probar nuevas formas, nacieron Papanatas, Los Monstruos y El Brote, tres espectáculos que se presentan este fin de semana en Mendoza. Los dos primeros, con elenco y dirección local; y el tercero, última creación de Dionisi que estrenó en febrero y es un suceso de la cartelera teatral porteña, llega a la provincia con la actuación de Roberto Peloni.
Los tres tienen un significado especial para el artista. En el caso de Papanatas, inspirado en El atolondrado o los contratiempos de Molière, porque marcó un antes y un después en su carrera. “Quería una obra que me quedara relativamente práctica y cómoda para dirigir, entonces empecé a adaptar un clásico y fue una trampa porque empecé a escribir y no paré -señala-. Entré en la dramaturgia por eso y es muy loco… pensás que sabés lo que vas a hacer el resto de tu vida y de repente te encontrás con algo nuevo, inesperado”.
Por su parte, Los Monstruos, el multipremiado musical que habla sin tabúes sobre la crianza de los hijos, surgió por una convocatoria de la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires y lo llenó de satisfacciones. “Nació para ser una prueba, algo para estudiar y aprender. Me presenté con Martín Rodríguez, que no nos conocíamos, pero nos habían presentado porque vivíamos cerca. Desarrollamos la obra sin expectativas de estreno -recuerda-. Después, todo lo que trajo… Mucha tela para cortar, mucho viaje, mucho reconocimiento, versiones en otros países. Todo eso me parece que fue el premio a un intento muy genuino, porque fue por el deseo de probar formas, cómo se cuenta a partir de la música, cómo correrse un poquito de las formas convencionales y, sin embargo, ser muy efectivo”.
Y El Brote, unipersonal que con humor y mucha ironía indaga sobre las emociones cotidianas y sus inevitables desbordes, le significó cambiar las formas de producción que el grupo tenía hasta ese momento. “Empezamos a ensayar sin fecha de estreno, sin teatro y dándole el tiempo necesario. Fue prácticamente un año de ensayo, de work in progress. El recibimiento tan intenso que tuvo la obra reafirmó que uno puede seguir aprendiendo de cómo produce y cómo genera. Es un espectáculo del cual estamos muy orgullosos”, indica.
Para Dionisi, cada obra tiene algo particular y, cuando las ve en perspectiva, reflejan mucho del momento personal que transitaba cuando las escribió. “Sobreviven tanto al paso del tiempo, que son como una cápsula para entender que vos fuiste ese en ese momento. Eso es lindo. Te ayuda a conocerte”, expresa.
Muchos de sus espectáculos son adaptaciones de clásicos. ¿El motivo? Le apasionan. Los conoció gracias a una maestra de la escuela secundaria y fueron su refugio en la adolescencia. “Nos pueden seguir contando cosas hoy y no simplemente porque hablan de la humanidad en general, sino de las cosas más potentes y, entonces, son indestructibles -asegura-. Podés seguir destruyéndolos y convirtiéndolos en otra cosa y siguen siendo buena madera, siguen resonando de mil formas distintas. Siempre hay un desafío nuevo en encontrar cómo se pueden reestructurar. En ese sentido, el culmine de esa búsqueda fue El brote que se alimenta de los clásicos para contar una historia contemporánea y, al mismo tiempo, suena muy shakesperiana, muy clásica y está acá, a la vuelta de la esquina. Poder reflejarnos tan potentemente con una estructura que pareciera tan clásica, me parece que es el gran valor del material”.
Tiene 37 años y una prolífica carrera tanto como actor, director y dramaturgo. Si tuviera que definirse, diría que es “una persona de teatro en general”. Es el espacio donde más pleno se siente y el cual descubrió de muy chico. “De pibe me llevaron a ver teatro y me cautivó completamente. Mi juego era hacer teatro, mis mejores salidas eran al teatro y siempre pensé en teatro. Contaba los años en la escuela para terminarla y poder dedicarme 100% al teatro -revela-. Empecé siendo niño actor, primero en los grupos amateurs, después a los 11 años de forma profesional y no paré”.
En 2021, los Premios Konex, que reconocen a las personalidades e instituciones más distinguidas en las ramas del quehacer nacional y sirven de ejemplo a la juventud, lo destacaron como la figura más relevante del espectáculo argentino de la última década. “Los premios son un abrazo al trabajo duro y eso me encanta, me da mucho ánimo y me motiva un montón. Tienen una cuestión práctica, que no es para nada despreciable. Hacen que los trabajos sean vistos. Un espectáculo premiado, o cuando me premian por un trabajo, llama la atención, entonces la gente lo va a ver. Después, cuando vas a presentar otro proyecto, teniendo ese backup de reconocimientos, hay más libertades, se abren más puertas”, sostiene.
A él le encanta trabajar, el escritorio, leer, los ensayos pero, explica, hay una cosa que nunca se puede olvidar: lo que hace es para un otro. “Siempre digo que el teatro es un servicio, entonces que la gente a raíz de los premios y los reconocimientos se acerque a la sala, que uno pueda tener distinto tipo de espacios de exhibición y de promoción, hace que la rueda se cierre, y que esa cosa que uno pensó en el escritorio, que trabajó tanto en un ensayo, que preparó con tanto esfuerzo y tanto amor, llegue a su destinatario final que son los espectadores”, afirma.
Es ahí cuando el teatro tiene sentido, dice Dionisi. “Cuando se da el encuentro entre los intérpretes y quien escucha el cuento que, con suerte, se lo lleva para siempre”.
Para agendar
- Papanatas: viernes 13, a las 22, en el Teatro Tajamar (Av. San Martín 1921, Ciudad de Mendoza). Entradas en EntradaWeb.
- El Brote: sábado 14, a las 21:30, en el Teatro Independencia (Chile 1184, Ciudad de Mendoza). Entradas en EntradaWeb.
- Los Monstruos: domingo 15, a las 20:30, en el Teatro Independencia (Chile 1184, Ciudad de Mendoza). Entradas en EntradaWeb.