Revelan quién será "El Padrino" de Felipe Fort en su ingreso a los negocios de Miami

Desde que Felipe Fort terminó el colegio y comenzó a viajar seguido a Estados Unidos, más precisamente a Miami, la ciudad preferida de su padre, el joven comenzó a interesarse por el negocio del mercado inmobiliario. Por esta razón, el hijo de Ricardo se acercó al empresario Eduardo Constantini.

Fascinado por la construcción, Felipe Fort quiso conocer a Constantini. El encuentro se realizó el lunes por la tarde, mediado por Gabriel Rydz, que fuera amigo del empresario mediático. En ese camino, fueron juntos a conocer uno de los emprendimientos del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).

Según publicó el medio Teleshow, en esa reunión se habló de proyectos arquitectónicos y de su parte artística. Sucede que la idea de Felipe, además de conocer los demás complejos del empresario, es junto con quien fuera amigo de su papá dedicarse al sector de bienes raíces y seguir aprendiendo a su lado.

Si bien seguirá en la fábrica de chocolates, incluso ya compartió en sus redes sociales varias ideas para modificar el emblemático bocadito Marroc, la idea del joven es armar proyectos paralelos y propios.

Por su parte, su hermana Marta está viaje. Además de ir a Miami, estuvo en Las Vegas y en Los Ángeles. Allí hizo algunas producciones como modelo y también estudia canto. De esa manera, el legado artístico que dejó Ricardo seguirá vigente en la familia.

La parte accionaria de los mellizos Felipe y Martita en la fábrica familiar, tras la partida de su abuela Marta, quien era dueña de la mitad del negocio, ronda en un 33 por ciento entre los dos.

Como dueños de la empresa de chocolates Felipe y Marta están incluidos, al igual que sus tíos, en su división de ganancias. Es decir, que cuando la empresa distribuye utilidades ellos perciben los dividendos correspondientes, aunque hasta ahora no habían podido disponer de ellos por ser menores de edad.

Luego de la muerte de Ricardo Fort, en 2013, los chicos quedaron a cargo de quien fuera su pareja, Gustavo Martínez, quien, como tutor, veló por ellos hasta su muerte. Nueve días antes de que cumplieran la mayoría de edad, el personal trainer se arrojó del balcón del departamento donde vivían en el barrio de Belgrano.