La crisis del consumo deja sin margen de error a más de un sector en Mendoza
Los principales sectores de la economía de la provincia están enfrentando duras cifras en el cierre del año. El análisis de la situación y las perspectivas.

El consumo en Mendoza no repunta y más de un sector enfrenta bajos niveles de rentabilidad.
Santiago Tagua/MDZLa caída generalizada del consumo en el país ha dejado un panorama complejo en más de una industria en Mendoza. Combinado con un aumento en los costos y baja en la capacidad productiva, la economía de la provincia atraviesa un difícil momento que parece dejar sin margen de error a más de una empresa.
Como lo contó Santiago Laugero, presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), en MDZ Radio, esta situación ya se ha cobrado en 18 meses el cierre de unas 1.000 compañías y la pérdida de casi 2.500 puestos de trabajo, con las pymes como sus principales víctimas.
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Con servicio de transporte y almacenamiento, la industria manufacturera, información y comunicaciones, explotación de minas y canteras, servicios de alojamiento, hotelería y gastronomía como los sectores más afectados, Laugero aseguró que la provincia está por debajo del 60% de la capacidad productiva, con una baja de 3% respecto a 2024 y casi 7% si se compara con 2023.
Para muchos de esos rubros, la baja del turismo y del consumo han sido cuestiones que han impactado en sus cuentas, pero no los únicos. Alejandro de Borbón, referente del sector de la cafetería en Mendoza y las franquicias, explicó que la actividad en sus locales distribuidos en diferentes puntos de la provincia ha sido dispar.
Mientras que los del centro mendocino si se han visto afectados por la falta de visitantes extranjeros, los que se ubican en centros comerciales han mantenido un nivel de ventas similar al de años anteriores, aunque sin crecimientos. Sin embargo, un factor que ha afectado al rubro cafetero en general es el gran aumento de costos que ha llevado a una baja en la rentabilidad.
“La mayor afectación en nuestro rubro es el aumento de de costos y gastos fijos, que es lo que ha hecho perder rentabilidades grandes, y, amén de tener buenas ventas, nuestros negocios ya no son rentables como eran antes”, declaró De Borbón en diálogo con MDZ Online.
Al rojo vino
Con números teñidos de tonos rojizos, pero no precisamente de los agradables de un vino tinto, la vitivinicultura no está pasando el mejor momento en cuanto a las ventas y el consumo en el mercado local y en las exportaciones.
De acuerdo a los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la comercialización de vinos en el mercado interno acumula una baja de 3,5% en el acumulado entre enero y agosto de este año en comparación con el mismo periodo del 2024. En el caso de Mendoza, esa disminución llega al 1,6%, principalmente por la caída de los vinos sin medición varietal que disminuyeron 6,3%.
Con cuatro meses consecutivos con números negativos, agosto marcó la baja más pronunciada en lo que va del año con -17,1% respecto al mismo mes del año anterior. A esa situación se le suma una preocupante caída en el consumo per cápita, que, pese a todavía tener un promedio mensual mejor al del 2024, en el octavo mes del año disminuyó un 18,3%, con 1,42 litros consumidos por los argentinos.
Si vamos a las exportaciones, lo números provisorios de septiembre dan como resultado una disminución del 6,3% en los primeros nueve meses del año, en el acumulado de los vinos fraccionados y el granel respecto al mismo periodo de 2024, pese a que los despachos en el último mes habían crecido en un 13,4%.
Este complejo panorama ha llevado a más de una empresa vitivinícola a estar acorralada por los números y “remarla” para poder cumplir con sus obligaciones. Incluso, fuentes de la industria han comentado que en algunos casos, compañías de renombre han tenido complejidades para cumplir con sueldos de sus colaboradores, rechazo de cheques y atraso en el pago de proveedores.
Sin excepción al regla
La caída del consumo en el mercado interno se suma a otra complicación para las empresas mendocinas: la baja en las exportaciones. Mario Bustos Carra, gerente general de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, comentó a este medio, los datos muestran una baja de 7% en promedio durante el período 2014-2025.
“La baja se sintió con más fuerza en los precios que en los volúmenes. Hay casos excepcionales, como el del aceite de oliva, que en 2023 redujo el volumen exportado pero aumentó su valor. En otros productos ocurrió lo contrario: bajaron los precios mientras se sostuvo o incluso creció el volumen. En el caso del vino, el impacto fue más notorio en los valores”, argumentó.
Para Bustos Carra, la incertidumbre sigue siendo el principal obstáculo en la industria mendocina para concretar negocios. “Todos estamos a la espera de reformas en las leyes tributarias y laborales, porque esos costos inciden directamente en la competitividad del sector exportador”, planteó.
De cara al cierre de 2025, la expectativa es favorable, principalmente en los productos del agro mendocino. Esto se explica en los volúmenes disponibles y las posibilidades que trae la nueva cosecha para el ajo, las hortalizas, las frutas industrializadas y el vino. “Falta ver cómo evolucionan los próximos días y el impacto de las elecciones, porque no puede ser que cada dos años el país enfrente comicios que se viven como una cuestión de vida o muerte. Necesitamos mayor estabilidad, porque los mercados reaccionan con mucha sensibilidad”, marcó Bustos Carra.
“Es alentador que se hayan eliminado varios trámites y flexibilizado ciertas importaciones, sobre todo para el ingreso de insumos y tecnología, lo que resulta positivo. Ahora falta complementar esas medidas con un impulso a las exportaciones para avanzar de manera más ágil. Lo que sí es seguro es que el empresario mendocino seguirá aportando al crecimiento de la provincia”, concluyó.
Día de la madre, por debajo de lo esperado
Aunque las cifras son a nivel nacional, bien aplican a la realidad que vive la provincia. De acuerdo al relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas en los comercios minoristas pymes durante el Día de la Madre mostraron una retracción del 3,5% frente al mismo período del año anterior, medidas a precios constantes. Este saldo negativo se convirtió en el cuarto descenso interanual consecutivo, lo que desde la entidad lo asocian al deterioro del poder de compra de los hogares y a una fecha que, en la actualidad, no logra impulsar de manera significativa el consumo minorista.
Pero la baja se vio reflejada también en el ticket promedio, que alcanzó los $37.124, lo que representó un incremento nominal del 9,8% frente a los $33.819 registrados en 2024. Sin embargo, al ajustar por inflación, la variación real fue negativa en 16,7%, lo que indica que las familias destinaron menos dinero que el año pasado para celebrar el Día de la Madre. A pesar de que el 83,5% de los comercios aplicó descuentos, promociones y cuotas sin interés, las ventas no lograron repuntar en términos reales.
“La caída de ventas por el Día de la Madre se inscribe en una tendencia general de retracción del consumo. La pérdida del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, junto con la caída del empleo, está afectando la demanda interna”, explicó Santiago Laugero, presidente de la FEM.
Para el empresario, a eso se suma “el fuerte aumento en las tasas de interés, que dificulta el acceso al crédito tanto para las familias como para las empresas, encareciendo las compras en cuotas y limitando la posibilidad de financiar inversiones o capital de trabajo”. “Todo esto configura un escenario de enfriamiento económico que se refleja con claridad en los niveles de venta”, completó Laugero.