El Gobierno paga el costo de recesión para que no suba el dólar
Los costos del equilibrio fiscal impactan en la economía. El sector privado sigue bajo una presión tributaria intolerable. El debate de las inconsistencias monetarias.

Javier Milei dio un discurso en Rosario el viernes tras el escándalo en la Andis.
Javier Milei y sus funcionarios repiten sistemáticamente que el equilibrio fiscal no se negocia, como si el equilibrio fiscal fuese lo único importante de una política económica exitosa. Como decía mi amigo y economista cubano nacionalizado argentino, Armando Ribas, prefiero tener un déficit fiscal de 2% del PBI con un gasto público del 15% del PBI, a tener equilibrio fiscal con un gasto público del 50% del PBI.
En el segundo caso, la contrapartida del equilibrio fiscal es una feroz carga tributaria que paraliza al sector privado, desincentiva las inversiones, no crea puestos de trabajo y, por lo tanto, no baja la desocupación ni mejoran los ingresos reales.
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Concentrados solo en el equilibrio fiscal, el gobierno está enredado en un problema monetario y cambiario que afecta el sector real de la economía, por las altas tasas de interés.
La Secretaría de Finanzas, como un BCRA paralelo
El problema monetario surge de las inconsistencias que hay actualmente. Supuestamente, debería ser el BCRA el que se encargue de regular la liquidez del mercado. Sin embargo, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, hizo un posteo en X el 14 de agosto que dice: “En el marco de los anuncios realizados por el BCRA con el objetivo de absorber los pesos excedentes en el mercado, la Secretaría de Finanzas anuncia una licitación fuera de calendario para este próximo lunes 18 de agosto”.
Si uno entra al sitio de la Secretaría de Finanzas, puede ver que tiene 22 objetivos. Ninguno de ellos dice que es función de dicha secretaria, regular la liquidez del mercado. Esa es, en todo caso, función de BCRA. En otras palabras, la secretaria de Finanzas estaría actuando como un Banco Central paralelo.
Recordemos que, en la campaña electoral, Milei no se cansó de afirmar que iba a cerrar el BCRA y que iba a dolarizar la economía. Hoy, no solo tenemos al BCRA interviniendo activamente en el mercado de cambios para defender el peso y en el mercado monetario, sino que, además, también interviene la secretaría de Finanzas.
Lo cierto es que el BCRA dispuso aumentar los encajes bancarios y obligar a los bancos a tener un promedio diario de encajes del 50%, cuando antes podían promediar en el mes del 40%, con días con menos del 40% y días con más del 40%. El promedio mensual tenía que dar 40%. Ahora es por día. Si un día no tienen el encaje del 50%, los bancos sufren fuertes sanciones.
Pero esta medida, junto con la suba de las tasas de interés para renovar las letras y bonos del tesoro, llevaron las tasas de interés a niveles tan disparatados que no solo van a aumentar el gasto público, sino que van a hacer agonizar la actividad económica.
Basta recordar la guarangada de Milei diciendo que la economía iba a subir "como p… de buzo" y cotejarlo con lo que está pasando para advertir el grado de improvisación con que se está manejando la política económica.
Gráfico de la actividad económica desde que asumió Javier Milei
Todos los meses, el INDEC publica el Estimado Mensual de Actividad Económica (EMAE) que es un indicador que anticipa el comportamiento del PBI. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del mes de junio tuvo una leve baja del 0,7% respecto a mayo en su versión desestacionalizada.
El gráfico 1 muestra claramente que la actividad económica viene estancada desde diciembre, con alguna suave tendencia a la baja desde abril.
Es de imaginar que julio y agosto, con las fenomenales tasas de interés que impulsó el gobierno para frenar el tipo de cambio, va a tener impacto en el nivel de actividad, con lo cual deberíamos esperar una más marcada tendencia a la baja en los meses de julio y agosto.
Es más, de acuerdo a los datos de FIEL, el índice de actividad industrial de julio, en su versión desestacionalizada, dio una caída del 1,4%. Dato que podría estar marcando la tendencia a la baja que puede mostrar la actividad en julio y agosto. Esto seguiría hasta octubre y luego se verá qué hace el Gobierno en materia económica.
Otro indicador, este es del mes de agosto, muestra preocupación en la gente por la marcha de la economía. En efecto, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que publica la UTDT, se ubicó en 39,94 en agosto, lo que representa una caída del 13,87% frente a julio (46,37).
La mayor contracción fue en CABA y GBA, puesto que en el interior la disminución fue del 7,07% en el mes. En CABA cayó el 21,48% y en el GBA el 15,68%.
En definitiva, el Gobierno prefiere pagar el costo de un proceso recesivo con tal de llegar a octubre con un IPC que no supere el 2% y un tipo de cambio lo más pisado posible.
Pero hay un dato que el mercado, es decir la gente, sabe. Y es que estas piruetas financieras y cambiarias no son sostenibles en el mediano plazo. Lo que no se sabe a ciencia cierta es cuándo el gobierno va a tener que resignarse a dejar de pisar el tipo de cambio subiendo las tasas de interés. En ese momento, podemos asistir a un tembladeral en el mercado de cambios.
Repito, no sabemos cuándo, pero sí sabemos, cómo lo enseña la teoría económica y lo confirma la evidencia empírica, que el mercado siempre se anticipa. No espera a que el Gobierno tome alguna decisión para cubrirse. El mercado se anticipa y toma posiciones antes.
No sabemos cuándo va a ser ese antes, si en septiembre, octubre o en algún momento después de las elecciones, pero que se va a producir es inevitable.
En definitiva, solo hay que revisar el final de la tablita cambiaria del 79/81, el plan primavera de 1988/89 y el juego de las LEBACs de Juntos por el Cambio, y ya sabemos cómo termina la historia.