Negociaciones

La oposición apoyaría nuevo acuerdo con el FMI, pero sólo para endeudarse

El acuerdo que rigió desde marzo de 2022 cayó esta semana por la decisión del Ministerio de Economía de intervenir en el mercado de bonos para frenar los dólares financieros, algo que no está contemplado en el acuerdo. Ahora se discute un nuevo acuerdo que deberá pasar por el Congreso.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño jueves, 27 de abril de 2023 · 14:20 hs
La oposición apoyaría nuevo acuerdo con el FMI, pero sólo para endeudarse
Las negociaciones con el FMI tuvieron un giro esta semana a raíz de la necesidad del Gobierno de intervenir con bonos en el mercado de dólares financieros. Foto: Ministerio de Economía

Los principales economistas de la oposición, consultados por sus jefes políticos, recomendaron apoyar la vía legislativa en el caso que el gobierno de Alberto Fernández y Sergio Massa decidan enviar al Congreso el acuerdo revisionado de Facilidades Extendidas que el equipo del Palacio de Hacienda discute en estos momentos en Washington.

La recomendación de al menos cinco referentes económicos de Juntos por el Cambio (JxC) es que los representantes legislativos de la principal oposición en el Congreso es dar quorum primero, y que se levante la mano en el momento de votar por sí o no por el potencial nuevo acuerdo.

Esto, independientemente de lo que decida el kirchnerismo, que hace algo más de un año votaba en contra del proyecto enviado por Martín Guzmán. Unas semanas después, el entonces ministro de Economía, debía renunciar con polémica, iniciando tres semanas de corrida en la Argentina.

La votación del acuerdo con el Fondo en 2022 no tuvo el acompañamiento del kirchnerismo duro.

Los referentes económicos de JxC recomendaron el voto positivo, pero con la misma estrategia utilizada en la votación de marzo del año pasado del acuerdo de Facilidades Extendidas hoy virtualmente suspendido. Fue el 18 de marzo del 2020, cuando el Senado (antes lo había hecho Diputados) votó a favor del permiso del Ejecutivo para endeudarse.

Ese día Guzmán declaraba, “nuestra responsabilidad era dar tranquilidad y certeza de rumbo” y que “logramos un acuerdo radicalmente diferente a todos los que históricamente se han alcanzado con el FMI. No hay quita de derechos ni a trabajadores ni a jubilados”.

Un año y un mes después, y sequía mediante, el crédito de Facilidades Extendidas queda suspendido, a la espera de una renegociación. Y una aprobación en el Congreso. Ésta repetiría la fórmula de marzo del año pasado, donde la oposición avalaría el permiso para endeudarse y firmar un nuevo acuerdo, pero no las condiciones y el contenido del Facilidades Extendidas. Las medidas de ajuste que incluya el acuerdo, sería responsabilidad directa y exclusiva de lo que se negocie en Washington con el equipo económico. 

El acuerdo está suspendido desde el martes a las 14:35 horas. A la espera de la llegada de Gabriel Rubinstein, Leonardo Madcur y Marco Lavagnaa la sede del organismo en Washington, lo que ocurriría mañana a última hora.

Gita Gopinath, la número dos del FMI es la voz cantante del organismo en la negociación con Argentina.

El viernes, el viceministro de Economía, el jefe de asesores de Sergio Massa y el encargado de las relaciones del Palacio de Hacienda con los organismos financieros internacionales, se sentarán frente a frente a la subdirectora gerente del Fondo Gita Gopinath y al delegado para el caso argentino Luis Cubeddu.

Los cinco, más algún que otro protagonista extra, tendrán la misión más importante de los últimos tiempos: cerrar un nuevo acuerdo entre el país y el FMI; que reemplace al de Facilidades Extendidas firmado el 25 de marzo del año pasado, y que ya no tiene vigencia desde ayer.

Acuerdo caído

¿Por qué ya no está en funciones el acuerdo? Porque oficialmente el Ministerio de Economía le comunicó al organismo que utilizaría títulos en dólares emitidos en la reestructuración del canje de deuda de agosto del 2020 por Martín Guzmán, para contener el tipo de cambio en los mercados del dólar MEP y el CCL, operación que comenzó a ejecutarse el miércoles llevando el tipo de cambio en el mercado a $447 pesos contra los $495 del cierre del dólar blue el martes pasado.

Este movimiento de bonos hacia el mercado cambiario colocando bonos para contener un precio de la divisa, está estrictamente prohibido en el acuerdo con el FMI, con lo que la información de la gente de Massa hacia Washington de ayer por la tarde, a minutos del cierre de la jornada financiera del martes, implicó la suspensión unilateral de los compromisos mutuos.

No fue un rompimiento total, porque el compromiso de Buenos Aires era enviar a Washington a Rubinstein, Madcur y Lavagna para cerrar las negociaciones, que hasta ayer se venían manteniendo vía zoom, entre la sede del organismo y el Palacio de Hacienda, y que están por llegar a una propuesta concreta.

El dólar blue está desbordado desde hace dos semanas, y el Gobierno apenas pudo frenar la corrida a un costo muy alto.

Ésta se cerraría en las próximas cinco jornadas de negociaciones frenéticas, que comenzarán el jueves y terminarán, en lo posible, antes que culmine el lunes primero de mayo, día feriado donde en Argentina no operan mercados. Para el martes, habrá definiciones, sí o sí. Y no se descarta que el propio Sergio Massa vuele a Washington si hay fumata blanca. }

Nuevo escenario

¿Cuál sería ese acuerdo que reemplazaría, o reestructuraría el acuerdo de Facilidades Extendidas vigente? Pese a la complejidad de la situación, los puntos serían simples de explicar.

1) No habría nueva deuda, sino una aceleración de los giros comprometidos hasta fin de año por parte del FMI. El organismo debía girar unos U$S 4.500 por trimestre hasta fin de año, lo que implica unos U$S 13.500 millones totales. Ese dinero, según el acuerdo vigente, debe usarse para pagar al propio FMI en los vencimientos trimestrales del acuerdo Stand By, lo que implica pagos por unos U$S 3.500 millones.

En síntesis, esos US$ 13.500 millones tienen que derivarse a las liquidaciones trimestrales de julio, setiembre y diciembre por un total de U$S 10.500 millones. El resto del dinero, unos U$S 3.000 millones corresponden a otros gastos generales que el país tiene con el FMI.

Lo que el organismo propone, es que los tres pagos comprometidos por el Stand By firmado en el gobierno de Mauricio Macri se corran a un nuevo cronograma que comenzaría en marzo del 2023, pero con la aceleración de la totalidad de los desembolsos a julio. O antes. Así, el Gobierno recibiría unos US$ 10.500 millones, los que, al no tener que ser girados al FMI, quedarían para reforzar las reservas del Banco Central. 

2) Argentina debería comprometerse a cambio a ejecutar políticas de contracción fiscal de manera inmediata, incluyendo la eliminación de subsidios a las tarifas de servicios públicos, avanzar en el muy demorado revalúo inmobiliario, obra pública y otros frentes de gastos e ingresos. Se duda en el FMI de negociar la meta final de un déficit fiscal primario de 1,9% del PBI. 

3) Los US$ 10.500 millones no pueden utilizarse para ejecutar política cambiaria para contener el valor actual de la divisa en los diferentes mercados, con lo que operaciones como la que comenzó a aplicar el Gobierno el martes en el MEP y el CCL estarían prohibidas. Queda para la negociación si, además, se reclama una devaluación del peso o algún tipo de intervención directa en los mercados cambiarios con estas divisas. 

4) El FMI reclama acuerdos políticos. Esto incluiría algún tipo de apoyo de la oposición, dado que parte de la negociación implica el corrimiento de vencimientos de este año al próximo, cuando, algo seguro, ya no estará Alberto Fernández en la Casa de Gobierno; sea de quién sea el color político que venza en las elecciones de este año. 

Tira y afloje

Mientras la mayoría de los actores económicos del país miran, con razón, el mercado cambiario, comienza la etapa final de un proceso del que dependerá la suerte de la situación financiera y fiscal del país durante el 2023. Según lo que pactaron las partes, el próximo viernes el equipo negociador del Palacio de Hacienda y el Fondo Monetario Internacional (FMI) deberían comenzar a llegarse a conclusiones definitorias sobre la reestructuración del acuerdo de Facilidades Extendidas firmado el 25 de marzo del año pasado.

Sergio Massa y Kristalina Georgieva, buen diálogo para un acuerdo con metas complicadas.

Así lo habían resuelto hace dos sábados Sergio Massa y Kristalina Giorgieva y Gita Gopinath en los encuentros que mantuvieron en Washington, durante la Asamblea Conjunta de FMI y el Banco Mundial que se desarrolló en la sede del organismo.

En ese marco, la gente del Fondo, cumpliendo indicaciones que llegaban de la Casa Blanca, abrieron la posibilidad de discutir el acuerdo del 2022 y renegociar no sólo las metas fiscales y monetarias (la de reservas del Banco Central ya habían sido suspendidas 10 días antes), sino alternativas de alteraciones en los giros de dólares desde el organismo y vencimientos programados para el 2023. 

Mientras la semana pasada la tormenta se concentraba en el precio de los dólares financieros y del blue en el mercado cambiario, Marcos Lavagna y Leonardo Madcur le sacaban humo en Buenos Aires a sus pantallas, mientras desde Washington aparecían la número dos del FMI y el encargado del caso argentino Luis Cubeddu.

Los cuatro, más algún otro funcionario. El encargado de las negociaciones con los organismos internacionales designado personalmente por Massa y el jefe de asesores del ministro, completaron el viernes la primera semana de discusiones, y abrirán una nueva ronda desde mañana. Y, según lo pactado, para el viernes deberían comenzar a completarse los papers de un acuerdo, que no será fácil de aceptar para ninguno de los dos bandos.

En realidad, todo dependerá entonces de Gopinath y su espíritu negociador. La presencia personal y la toma de responsabilidades de Gopinath, sería a los ojos de los negociadores locales, una buena noticia para Argentina. Se considera que la economista de origen indio-norteamericano demostró tener en el casi ya año de gestión, buena predisposición ante Argentina, y voluntad de aceptación de las circunstancias internacionales y locales que afectaron la economía criolla.

De hecho, Gopinath cambió radicalmente la visión que desde el FMI se tenía de la Argentina. Sus antecesores, Geoffrey William Seiji Okamoto y David Lipton mostraban exactamente la actitud contraria. El primero, republicano, uno de los que más trabó la aceleración del Facilidades Extendidas en momentos claves de 2021 y que peor opinó sobre la marcha de la economía local.

El segundo, demócrata, se lo vio siempre desde Buenos Aires (quizá como error) como uno de los responsables del cierre del acuerdo stand by en los tiempos de Mauricio Macri, y (aquí sí con razón) como uno de los que más ajuste le reclamó siempre a la Argentina para cerrar el actual acuerdo.

Como contrapartida, se la ve a Gopinath fue la que siempre se tomó el trabajo de analizar la situación social del país para evaluar la marcha de los ajustes fiscales que se aplicaron en los últimos meses en Argentina, y quien evaluó con comprensión el incremento del gasto social de fin de año para atender cuestiones de ingresos sobre inflación.

En los últimos encuentros con funcionarios del Ministerio de Economía, mostró también cierta voluntad de aceptación en la aplicación de la moratoria previsional, pese a que se trata de un programa de incremento del gasto público no hablado originalmente con el FMI.

Gopinath es una histórica del organismo y como una representante del (siempre algo criticado desde el “board” del FMI) cuerpo de economistas técnicos que forman parte de la estructura diaria y semipermanente del Fondo. Además, debió pelear desde media tabla hacia arriba por llegar a ocupar el segundo cargo de importancia en la sede de Washington.

El hecho que sea Gopinath quien maneje el cumplimiento del contenido final del acuerdo de Facilidades Extendidas Reloaded, con sus metas y obligaciones hacia la Argentina, y quien, desde ahora, estudie sus cambios, da a priori cierta garantía de parcialidad. 

Nacida en Calcuta, licenciada en Economía en la Universidad de Delhi, tiene una maestría en la Universidad de Washington y su doctorado en Princeton. Luego, continuó su carrera como profesora en Chicago primero y Harvard después, especializándose en finanzas internacionales.

Con carrera de años en el FMI, sorprendió su ascenso al puesto más importante luego de la directora gerente, Kristalina Georgieva, como primera subdirectora Gerente, la persona que debe manejar técnica, económica y administrativamente el organismo financiero internacional, cargo que ocupa desde el 21 de enero del 2022.

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