Advierten que los diferentes tipos de cambio acrecientan los problemas de las economías regionales

En medio de la implementación del llamado dólar Qatar y de la finalización de la ventana abierta para exportar por el dólar soja, los pequeños y medianos productores piden que se tenga en cuenta su situación y se piense en salidas de mediano plazo para aliviar al sector. 

Aunque las propuestas tienen focos diferentes, el reclamo general es una suerte de unificación cambiaria o, dicho de otra manera, la eliminación ya sea de tratos preferenciales o de distintos tipos de cambios que, lejos de mejorar la situación de las economías regionales, terminan por hacerle peor. 

Desde la Federación Agraria Argentina (FAA), pedirán al Gobierno nacional algún subsidio para el primer eslabón de la cadena: tambos, productores de maíz, trigo, carne y verduras; entre otros. 

El eslabón más débil

Se trata de los productores que no fueron beneficiados por ningún tipo de cambio y le venden a las industrias que –pese a las dificultades macro, la inflación y la incertidumbre reinante- han podido exportar, debido a los buenos precios del mercado internacional.

“Nosotros advertimos las desigualdades que iba a generar la implementación del dólar soja y fue lo que pasó”, aseguró Carlos Achetoni, presidente de la FAA. Adelantó que se reunirán con el secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo, con el objetivo de pedir una ayuda para los pequeños y medianos productores de las economías regionales. 

“El dólar soja fue un subsidio a los grandes productores y, por eso, pedimos que también se sostenga a los chicos ya que, desde hace tiempo, vienen en una situación complicada”, explicó Achetoni. Agregó que la medida tomada por el ministro de Economía, Sergio Massa, solo sirvió para profundizar la crisis de la producción. 

Por su lado, Rodolfo Vargas Arizu, empresario de los sectores olivícola y vitivinícola, opinó que la salida no es la fragmentación del tipo de cambio sino, por el contrario, su unificación. “Pensamos que deben quitarse la mayor cantidad de regulaciones posibles porque, con el otro camino, tampoco se pudo frenar la inflación”, sostuvo Vargas Arizu.

Hacia la unificación cambiaria

Para él, el camino no es pedir refuerzo para los distintos sectores y lejos de la idea de dólar “malbec”, “aceituna” o “limón” – pide liberar el tipo de cambio. “El dólar soja fue un manotazo de ahogado, con un beneficio puntual que no redituó en una mejora general”, opinó el empresario.

“No se trata de una salida fácil, pero la incertidumbre de hoy es peor”, agregó Vargas Arizu para quien no se ha logrado el cometido de frenar la inflación, sino todo lo contrario.  

En este sentido, el economista del Ieral, Fundación Mediterránea, Jorge Day, explicó que si el valor del dólar fuera una suerte de intermedio entre el oficial y el blue, estaría en torno a los $230 y que eso provocaría un salto inflacionario; una medida claramente impopular para el Gobierno.

El problema es que esto igual afecta las exportaciones debido a que el dólar continúa por debajo de la inflación y también a la compra de dólares ya que hay una suerte de puja por hacerse de dólar oficial, que está barato. “Todos quieren importar con ese valor y los que quieren producir no consiguen dólares para comprar insumos”, dijo Day.

Gastos o insumos 

En este sentido, la buena performance de los exportadores se ha dado por los buenos precios internacionales existentes, algo totalmente ajeno al control del país. “De lo contrario y en este contexto, no convendría exportar”, expresó el economista. 

Con los diferentes tipos de cambio, no se solucionaría el problema estructural y se afectaría así la actividad económica, ya que las regulaciones nuevas, los cambios y la incertidumbre no solucionan los problemas de fondo sino, por el contrario, los complican aún más. 

Aunque sin un salto repentino si se hiciera una devaluación, Day estimó que la inflación va a seguir alta ya que las nuevas restricciones afectan a precios en distintos sectores. Por caso, el encarecimiento de viajar al exterior impactará en los precios del turismo nacional y las restricciones de importación van a implicar en una suba del costo de la ropa.