Por Gonzalo Andrés Castillo (@gzcasti)

A pesar de la reciente baja de los commodities agrícolas, en los últimos meses el crecimiento ha sido sorprendente. Por ejemplo, en el caso de la soja, el retorno acumulado desde el año pasado alcanza el 60%, mientras que en el caso del maíz el aumento fue del 98%. Para aprovechar estos movimientos, es importante conocer cómo invertir en esta clase de activos.

Futuros

En primer lugar, la forma más común de invertir en materias primas es a través de los futuros. Estos instrumentos financieros, pertenecientes a la categoría de derivados financieros, consisten en un contrato entre dos partes, en el cual se establece un precio y una fecha futura para operar un activo.

Según el mercado, los futuros incluyen la entrega del activo (cuidado) o las diferencias diarias. Los inversores minoristas tendrían que escoger la segunda opción. En este caso, la diferencia entre el precio del activo subyacente y el establecido en el futuro será ganancia o pérdida y la cantidad se tendrá que cobrar o pagar, respectivamente.

Es muy importante tener en cuenta que los futuros son instrumentos financieros muy riesgosos y complejos que solo se recomiendan para inversores con muchos conocimientos y experiencia.

Empresas relacionadas

Por otra parte, se puede invertir de manera indirecta en commodities mediante la compra de compañías relacionadas al sector. Por ejemplo, en el caso de las materias primas agrícolas, empresas como John Deere tienen una buena correlación, lo que significa que se comportan de manera similar.

Si el commodity en cuestión es el oro, entonces mineras como Barrick Gold saldrán beneficiadas de una suba y perjudicadas por una baja del precio. Si se trata de petróleo, las petroleras como Exxon o Chevron serán las inversiones indirectas indicadas.

Fondos cotizados

Otra de las formas para invertir en commodities es mediante los ETFs. Los Exchange-Traded Funds podrían considerarse la fusión entre un fondo de inversión y una acción. Se asemejan a un fondo porque su evolución depende de una serie de activos y se comparan con una acción porque se negocian en el mercado secundario de manera rápida y sencilla.

En este caso, se puede optar por un fondo cotizado que replique el comportamiento directo de la soja, el trigo o el maíz, o un promedio de ellos, o bien escoger uno que se guíe por la evolución de las empresas vinculadas.

Armando una cartera diversificada que combine todos estos activos, cuando los commodities suban de precio se podrá obtener un beneficio económico.