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Tormenta de Santa Rosa: lluvias y viento fuerte, a que zonas afectará

Con el cierre de agosto, los modelos apuntan a un episodio de lluvias y viento entre el sábado 30 y el domingo 31, por la tormenta de Santa Rosa.

La última semana de agosto trae una postal típica: nubosidad en aumento, aire pegajoso y el runrún de la tormenta de Santa Rosa. No es un mito vacío. Hay antecedentes y señales de inestabilidad para el cierre del mes. Los modelos ya muestran un escenario propicio para lluvias y ráfagas en la franja central y el Litoral.

El dato histórico también pesa: más de la mitad de los años registraron tormentas alrededor del 30 de agosto. Esa estadística viene de registros que abarcan todo el siglo pasado y lo que va del actual, y explica por qué el tema vuelve cada invierno tardío. Según una revisión estadística, el 57% de los años registró tormentas el mismo 30 de agosto, un porcentaje que le da sustento a la fama del fenómeno.

Cuándo podría llegar y qué intensidad se espera

Los pronósticos de esta semana ubican el pico de actividad entre el sábado 30 y el domingo 31 de agosto. Se habla de chaparrones y tormentas de variada intensidad, con acumulados que, en escenarios desfavorables, podrían ubicarse entre 40 y 70 milímetros en sectores del centro del país y el área metropolitana. También son posibles ráfagas y una elevada frecuencia de rayos.

En ciudades de la región pampeana y el Litoral, las chances de lluvia crecen a medida que se acerque el fin de semana. Algunos análisis incluso plantean una probabilidad alta de precipitaciones en la tarde del sábado, con continuidad durante parte del domingo. Meteored incluso habla de un escenario de ciclogénesis sobre el centro del país, con un 80% de probabilidad de lluvias entre la tarde del sábado y el domingo.

Según el SMN, “la tormenta de Santa Rosa” más que un fenómeno es una creencia popular que sucede pocas veces Foto: shutterstock.com

Según el SMN, “la tormenta de Santa Rosa” más que un fenómeno es una creencia popular que sucede pocas veces

Qué zonas podrían verse afectadas por la tormenta de Santa Rosa

El foco está puesto en la franja central y el noreste. Allí, el ingreso de aire templado y húmedo desde el norte, sumado a centros de baja presión que avanzan desde el oeste, puede detonar núcleos de tormenta. Patagonia, en cambio, rara vez ve un episodio marcado en estas fechas. Tampoco es habitual en el noroeste, una región que por ahora transita su estación seca.

Lo central es entender que la fecha exacta se mueve. No siempre el evento coincide el mismo día. El sistema puede adelantarse o correrse algunas jornadas, y por eso la vigilancia se extiende hasta comienzos de septiembre. El organismo nacional evita fijar día y hora con demasiada antelación, y mantiene el monitoreo por ventanas temporales que contemplan adelantos o retrasos del sistema.

Por qué suele activarse a fines de agosto

El pasaje del invierno a la primavera modifica la circulación. Los vientos de capas bajas empiezan a transportar humedad desde el Atlántico y el Amazonas hacia el centro del país. Ese aporte, sumado al ascenso térmico, favorece el desarrollo de nubes profundas. Cuando un frente frío baja desde el sur y se cruza con ese aire más cálido, la atmósfera se vuelve inestable.

Allí nacen los chaparrones, los truenos y las ráfagas. No hay milagro: es física de la atmósfera, con ingredientes que se repiten cada año en una ventana corta, justo antes del cambio de estación. En algunos casos, esa interacción se refuerza con centros de baja presión que se profundizan rápido, un proceso conocido como ciclogénesis, capaz de ordenar las bandas de lluvia y potenciar el viento.

La tradición nació en Lima en 1615, cuando una tormenta inesperada frustró un ataque pirata y el episodio fue atribuido a Santa Rosa. Con los siglos, la costumbre se expandió por Sudamérica y quedó como referencia popular de fin de agosto. La ciencia aporta matices: los registros de más de cien años muestran que en una proporción importante de 30 de agosto se observaron tormentas, lo que alimenta la percepción de recurrencia.

Para transitar estos días, vale una hoja de ruta simple: seguir avisos oficiales, revisar canaletas y desagües, sujetar objetos en balcones y patios, y evitar cruces de calles anegadas. Si hay actividad eléctrica, lo prudente es resguardarse bajo techo y desconectar equipos sensibles. Recordá que los pronósticos se actualizan varias veces al día: con nuevos datos, el foco de lluvia puede intensificarse o correrse algunas decenas de kilómetros. Prepará un plan B por si cambia rápido el tiempo.