Reparación Histórica bajo la lupa: pagos que nunca llegaron y la salida que tienen hoy los jubilados
La abogada especialista en derecho previsional María Pía Molgatini explica por qué muchos jubilados quedaron atrapados en acuerdos de Reparación Histórica.
La abogada especialista en derecho previsional María Pía Molgatini habló con MDZ sobre la Reparación histórica.
La Reparación Histórica llegó con un enorme aparato de marketing político. Se presentó como la gran respuesta para millones de jubilados: mejorar haberes, bajar la cantidad de juicios y corregir años de errores en el cálculo de las prestaciones. El compromiso central del Gobierno de Mauricio Macri tenía dos patas.
Por un lado, un aumento mensual. Por otro, para quienes ya tenían una demanda presentada, un pago retroactivo que supuestamente iba a compensar años de malas liquidaciones. En el texto del programa se fijó incluso un esquema preciso de cancelación. Allí se establecía que la mitad del retroactivo se abonaría al homologarse el convenio y el resto en cuotas cada tres meses.
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Lo que prometía el plan y lo que pasó en la práctica
En diálogo con MDZ, la abogada especialista en derecho previsional María Pía Molgatini (matrícula SCJM 12756, CSJN T150 F829) resume el desfasaje entre el relato y la realidad. “A muchos jubilados se les dijo que la Reparación Histórica era la solución final. Aceptaron el acuerdo, renunciaron a su juicio y nunca vieron el retroactivo”, plantea. El mecanismo tenía una lógica clara sobre el papel. Anses ofrecía un reajuste en el haber mensual.
A quienes tenían juicio se les agregaba una suma retroactiva como compensación. Para acceder a ese paquete, el jubilado debía apretar el botón de aceptación y firmar la renuncia al proceso judicial en curso. Luego el expediente se enviaba al juzgado para que un juez lo homologara. Con esa firma, el organismo quedaba obligado a pagar en los plazos previstos.
Sin embargo, en miles de casos esa cadena se cortó. Hubo personas que empezaron a cobrar el nuevo haber, pero nunca recibieron el retroactivo. O lo cobraron de manera parcial y sin explicación. “Eso dejó a muchísimos adultos mayores atrapados en acuerdos que no se cumplieron como estaban redactados y que encima intentaron cerrarles el camino a futuros reclamos”, advierte María Pía Molgatini.
El valor del expediente homologado y la ejecución del retroactivo
La clave jurídica está en lo que pasó cuando se aceptó el acuerdo. Cada vez que un beneficiario ingresó a la Reparación Histórica, Anses generó un expediente para que el convenio fuera homologado por un juez. Una vez otorgada esa homologación, ese documento se transforma en un título con una obligación concreta: el organismo debe pagar el retroactivo que ofreció. Si eso no ocurrió, o se pagó solo una parte, existe una herramienta específica.
“Cuando el retroactivo nunca se acredita, se puede iniciar una ejecución del convenio homologado para reclamar exactamente lo que Anses prometió y no pagó”, explica la abogada. No se trata de discutir de nuevo el índice o el cálculo original, sino de exigir el cumplimiento de un compromiso que ya quedó registrado en el expediente judicial.
La cláusula de renuncia y por qué no bloquea nuevos juicios
Uno de los puntos más sensibles del programa fue la famosa cláusula de renuncia a futuros reclamos. Muchos jubilados sintieron que firmaban algo irreversible. La abogada especialista en derecho previsional es tajante frente a ese temor: “Esa cláusula es abusiva y choca contra principios básicos del derecho previsional. Los derechos de la seguridad social no se pueden resignar por contrato”. Recuerda que el artículo 14 bis de la Constitución establece el carácter irrenunciable de estos derechos. Si a eso se suma que, en la práctica, Anses no cumplió de manera íntegra lo que ofreció —por ejemplo, no pagó el retroactivo o utilizó un índice menor al que correspondía—, el acuerdo se debilita.
La especialista señala que la jurisprudencia actual habilita nuevos pasos. “Aunque se haya firmado la Reparación Histórica, es posible iniciar un nuevo juicio de reajuste cuando el haber sigue mal calculado o el perjuicio económico continúa”, sostiene. Es decir, el convenio no funciona como un candado definitivo si el organismo no hizo su parte.
Al final, todo se resume en un trabajo fino sobre cada expediente. La abogada María Pía Molgatini insiste en no generalizar: “La clave es estudiar caso por caso. Hay que revisar qué se prometió, qué se pagó y qué quedó pendiente. Solo con un análisis técnico personalizado se puede definir la mejor estrategia para maximizar el beneficio del jubilado”. Para quienes sienten que la Reparación Histórica fue una promesa incumplida, ese paso puede marcar la diferencia entre resignarse a un haber mal calculado o avanzar para recuperar parte de lo que la ley todavía les reconoce.

