PAMI en diciembre: los dos beneficios gratis que muchos jubilados aún no usan
En diciembre de 2025, PAMI ofrece anteojos recetados y elementos de apoyo para la movilidad sin costo extra para millones de jubilados y pensionados.
Estos dos beneficios de PAMI son indispensables para los jubilados.
Para quienes dependen de una jubilación o pensión, el presupuesto se vuelve una cuenta fina. En ese contexto, PAMI reforzó dos beneficios que apuntan directo a necesidades básicas: el acceso a anteojos recetados sin pagar un peso y la entrega de equipamiento especial para personas con movilidad reducida.
Son prestaciones que alcanzan a más de cinco millones de personas afiliadas y que buscan aliviar el costo de la salud cotidiana y del cuidado en casa.
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Anteojos gratis: qué incluye la cobertura
El programa de lentes de PAMI permite renovar la graduación sin que el afiliado tenga que desembolsar dinero. La cobertura contempla distintas combinaciones: se puede optar por un par para ver de cerca y otro para visión lejana, o elegir un solo par bifocal que reúna ambas funciones. En todos los casos, el organismo cubre el valor completo del armazón y de los cristales, siempre según la indicación del profesional que atendió al paciente.
Para acceder al beneficio, se necesita una receta emitida por un oftalmólogo. Esa prescripción tiene una validez de 150 días, por lo que es importante no dejar pasar demasiado tiempo entre la consulta y el inicio del trámite. Además, se deben presentar el documento de identidad, la credencial de PAMI y una Orden Médica Electrónica (OME). Si no se cuenta con esa orden digital, se puede avanzar igual con una indicación escrita por el médico de cabecera o el especialista y un breve resumen de la historia clínica, donde figuren datos como peso, talla y diagnóstico visual.
Equipos gratuitos para el cuidado y la movilidad de los jubilados
El otro beneficio central apunta a afiliados que necesitan apoyo para moverse o permanecer muchas horas en cama. PAMI cubre sin cargo distintos elementos que suelen ser costosos y fundamentales para mejorar la calidad de vida. Entre ellos se encuentran los colchones especiales para prevenir escaras en personas que pasan gran parte del día recostadas, los inodoros portátiles pensados para quienes tienen dificultades para desplazarse hasta el baño y los trapecios que se colocan en la cama para ayudar a incorporarse o cambiar de posición con menos esfuerzo.
Luego, con la OME ya cargada o con la orden en papel, el afiliado, un familiar o un apoderado pueden acercarse a una óptica que trabaje con PAMI, elegir el armazón entre los modelos incluidos y esperar el tiempo de fabricación de los lentes. La entrega se realiza en el mismo local donde se inició el trámite.
Para obtener colchones, trapecios o inodoros portátiles, el circuito es similar: el médico tratante indica el elemento que la persona necesita y emite la orden correspondiente. Con esa documentación, el pedido puede gestionarse por internet, en la página oficial de PAMI o de manera presencial en una agencia, con turno previo. En algunos casos, cuando el profesional carga la Orden Médica Electrónica, el afiliado no debe hacer ningún paso adicional, ya que la gestión queda iniciada desde el consultorio.
Un alivio en el bolsillo y en el día a día
Estos dos beneficios apuntan a algo más que a sumar servicios. Buscan que jubilados y pensionados no tengan que elegir entre comprar un par de lentes nuevos o pagar otra cuenta, o postergar la incorporación de un colchón adecuado por su precio. Al asumir el costo de anteojos y equipamiento de apoyo, PAMI intenta cubrir necesidades básicas que impactan directamente en la autonomía, la seguridad y el bienestar en casa.
Antes de que termine diciembre de 2025, vale la pena que cada afiliado revise si ya usó estos programas o si todavía tiene pendiente renovarse los lentes o mejorar las condiciones de cuidado en el hogar. Muchas veces, el beneficio está disponible, pero no se conoce en detalle cómo funciona o se asume que el trámite será complicado. En este caso, los pasos son claros, la receta es la llave de entrada y la posibilidad de que un familiar, un apoderado o el propio médico gestionen la solicitud facilita aún más el acceso.


