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La elefanta Kenya llegó al santuario en Brasil y nunca más vivirá en una jaula

Tras seis días de viaje la elefanta Kenya disfrutará de la vida en libertad. Era el último elefante en cautiverio de Argentina.

Después de 40 años en cautiverio, la elefanta Kenya vivirá en libertad en un santuario para elefantes en Brasil. El viaje desde el Ecoparque de Mendoza hasta el predio en Mato Grosso duró seis días. La caravana circuló por rutas de Argentina y Brasil sin inconvenientes y custodiada.

Las primeras imágenes de la elefanta Kenya en el santuario de Brasil

El viaje de la Kenya

La elefanta Kenya se fue del Ecoparque de Mendoza el viernes 4 de julio cerca de las 19 y llegó hoy al santuario en Brasil. En total, recorrió 3.600 kilómetros en una jaula especialmente preparada en la que podía alimentarse y los cuidadores limpiar el recinto.

La elefanta Kenya.
La elefanta Kenya en Mendoza.

La elefanta Kenya en Mendoza.

El lunes salió de Argentina en la frontera entre Misiones y Brasil. En la aduana de Puerto Iguazú las autoridades demoraron solo dos horas en hacer todo los trámites porque llevaban a la elefanta Kenya cumpliendo con las normativas internacionales de CITES, que dan pautas estrictas para el transporte de animales vivos.

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La elefanta Kenya tomó agua de coco cuando llegó a Brasil.

La elefanta Kenya tomó agua de coco cuando llegó a Brasil.

Durante el traslado, Kenya tuvo contacto con el fundador del santuario Scott Blais, la veterinaria experta Trish London y el entrenador Marcos Flores. Los especialistas aseguraron que viajó tranquila, durmió, comió frutas y hasta tomó agua de coco cuando llegó a Brasil.

El santuario

El Santuario de Elefantes de Brasil donde vivirá a partir de ahora la elefanta Kenya, está ubicado en Mato Grosso y es una organización sin fines de lucro única en Sudamérica. Su objetivo es transformar las vidas y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur.

Su origen se remonta a 2012, a partir de la alianza internacional entre Elephant Voices y Scott Blais, cofundador de The Elephant Sanctuary en Tennessee, EEUU. Esta alianza dio lugar a Global Sanctuary for Elephants, que en 2013 sienta las bases de la Asociación SEB en suelo brasileño.

El santuario obtuvo la habilitación de operación por parte del Gobierno brasileño en 2018 y, recientemente, certificó estándares de excelencia por parte de The Global Federation of Animal Sanctuaries, convirtiéndose en la única institución latinoamericana con este prestigioso aval.

Los elefantes en el santuario de Brasil.
Los elefantes en el santuario de Brasil.

Los elefantes en el santuario de Brasil.

En el santuario natural de 1130 hectáreas, Kenya tendrá espacio para deambular, tomar sus propias decisiones y explorar comportamientos naturales como buscar alimento y bañarse en el barro. Además, vivirá con Pupy, la elefanta africana que estaba en el ecoparque de Buenos Aires

La elefanta podrá vivir al aire libre todo el año porque las condiciones climáticas del lugar lo permiten. Estar en contacto con la naturaleza ayudarán a mejorar su salud, tanto física como emocional. Además, ejercitará sus músculos recorriendo laderas y derribando árboles en su hábitat. También tendrá espacio para revolcarse en el barro, la tierra y la hierba, lo que mejorará la salud de sus patas y le permitirá exfoliar toda la piel muerta de su cuerpo.

40 años en cautiverio

La elefanta Kenya nació en 1981 y llegó al zoológico de Mendoza con solo 4 años por canje con el zoológico alemán Tierpark Hagenbeck. Hace 7 años, Kenya empezó un estricto adiestramiento para obtener su colaboración para las revisiones veterinarias, la obtención de muestras para el Certificado Veterinario Internacional y aprender a entrar a la jaula de traslado.

Después de vivir 40 años en cautiverio, el viernes pasado fue llevada al santuario de elefantes de Mato Grosso en Brasil. El traslado de Kenya, cerró la historia de 136 años de elefantes en cautiverio en Argentina.

Kenya en la jaula de transporte
La elefanta Kenya en la jaula de transporte.

La elefanta Kenya en la jaula de transporte.

FUENTE: tamy