De Mendoza a revivir proteínas ancestrales: quién es la científica que investiga el origen de la vida
Laura Mascotti es investigadora del Conicet. La científica -que hace dos años volvió a Mendoza- recibirá el Premio Estímulo de la Fundación Bunge y Born.

Laura Mascotti de niña sintió curiosidad y hoy en científica.
Marcos Garcia / MDZJoven, descontracturada, con una sonrisa amplia y el pelo suelto, Laura Mascotti rompe con todos los preconceptos sobre el mundo de la investigación. La científica de Mendoza lleva la mitad de su vida sumergida en un laboratorio y ahora recibirá el Premio Estímulo de la Fundación Bunge Born por sus estudios en bioquímica evolutiva y proteínas ancestrales.
La larga trayectoria de Mascotti en la investigación científica en Argentina y el exterior, sus años de docencia y su capacidad de liderazgo decantaron en que fundara el primer grupo de investigación en bioquímica evolutiva en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM-UNCuyo).
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Laura Mascotti en el laboratorio
El sueño de ser científica
“De chiquita me gustaron las ciencias naturales. Siempre tuve curiosidad, veía las señales, las conexiones. En la escuela secundaria me gustó mucho Química y Biología”, cuenta a MDZ la investigadora con más de 30 publicaciones en revistas internacionales de alto impacto.
Cuando terminó la secundaria en San Martín no dudó y -con el apoyo de su familia- se fue a estudiar Biología Molecular a la Universidad Nacional de San Luis. Cuando se recibió aplicó para una beca doctoral del Conicet y desde ese momento no dejó de investigar.
El origen de la vida
Su carrera la llevó a formar parte de proyectos de investigación en Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos. Antes de la pandemia tuvo la posibilidad de integrar un consorcio de investigadores en Países Bajos del programa “El origen de la vida” de la Universidad de Groningen.
“Para que la vida surgiera en la Tierra tuvieron que ocurrir un montón de cosas antes. Hay una prebiótica antes de que surja una célula formada. Y cuando surge una célula y empiezan a existir los microorganismos hay una complejidad biológica muy grande que tiene que venir de algún lado. Entonces, yo empecé a estudiar el rol de las enzimas en particular en esa transición de la no vida hacia la vida”, explica la investigadora.
“Fue fundamental porque las enzimas hacen que las reacciones que son necesarias para una célula ocurran en el tiempo preciso para que esa célula sobreviva. Las enzimas permiten que las reacciones ocurran en un tiempo compatible con la vida”, agrega mientras resalta que además de su estudio volvió de Países Bajos con muchas líneas de investigación, experiencia y una gran red de contactos.
Proteínas ancestrales como en Jurassic Park
Laura Mascotti fue reconocida el año pasado por reconstruir -junto a un equipo internacional- la evolución de una familia de enzimas Baeyer-Villiger monooxigenasas (BVMOs). Aunque su trabajo no tuvo la parte paleontológica del mosquito con el ADN de dinosaurios de Jurassic Park, la investigadora sí pudo inferir la secuencia del gen con herramientas bioinformáticas.
“Con herramientas bioinformáticas, predecimos la secuencia del gen y después se encarga el gen sintético a una empresa que vende ADN. Una vez en el laboratorio se expresa como si fuera una proteína que existe hoy, pero en realidad la proteína no existe en ningún organismo”, comenta.
El trabajo de Mascotti tiene un gran potencial en cuanto a campos de aplicación concretos. Por ejemplo, en medicina podría ayudar a tratar células con problemas respiratorios, en la industria sustentable las enzimas rediseñadas podrían reemplazar procesos químicos contaminantes y en biotecnología, permitiría crear proteínas a medida para fines específicos.
Premio de la Fundación Bunge y Born
Los premios científicos de la Fundación Bunge y Born son una valoración de la persona y de la obra científica para la sociedad. Se trata de uno de los reconocimientos más importantes a la actividad científica argentina que se entregarán el 15 de septiembre en Buenos Aires.
Este año se premió al campo de la Bioquímica y Biología Molecular. El premio mayor se lo llevó el doctor en Química Alberto Kornblihtt. El investigador superior contratado del Conicet realizó su posdoctorado en la Universidad de Oxford, ha sido International Research Scholar del HHMI y es miembro de academias científicas de Argentina, América Latina, EEUU, Francia, Brasil y Europa.
Por su parte, Laura Mascotti recibió el premio estímulo. La investigadora adjunta del Conicet en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM) lidera un grupo de investigación con fuerte
orientación en Bioquímica y Biología Molecular, que conjuga evolución molecular, bioinformática avanzada y enzimología.
“Es una joven brillante con una producción científica destacada que se ha convertido en una referente en su tema que ha llevado a Mendoza una nueva línea de investigación liderada por ella en la que probablemente se formarán otros jóvenes para aportar al conocimiento de la ciencia nacional e internacional”, fundamentó el jurado de la Fundación.