El drama de los pacientes y pediatras del Hospital de Niños de San Justo
Atendían 500 pacientes por día y hoy sólo pueden recibir como máximo a 6. Fuga de profesionales y deterioro edilicio, entre los principales problemas.
El único éxodo que conoce en estas vacaciones de invierno el Hospital de Niños de San Justo, partido de La Matanza, es el de pediatras. Cada vez menos profesionales quieren trabajar ahí. Los que pueden renuncian y se van a trabajar a otro lado. Los de más antigüedad, aguantan y se jubilan, pero no hay quién los reemplace. Los que quedan, no saben bien por qué lo hacen. En gran medida, por amor, por vocación, por dedicación al otro. Porque detrás de la precarización que ellos atraviesan y mientras la infraestructura se cae a pedazos, las principales víctimas son los cientos de chicos que día a día se quedan sin atención.
"El hospital en toda su extensión se va apagando, lentamente", dice a MDZ Sandra Berta, médica pediatra internista, que trabaja allí desde hace ocho años. Y se lamenta: "No tenemos posibilidades ni de detener ese sangrado, ni de convocar a otros profesionales".
La pediatría está enferma y el diagnóstico dice que la crisis es generalizada, que cada vez hay menos pediatras, pero además en el Hospital de Niños de San Justo hay otros problemas que agravan el cuadro. "Nuestro hospital tampoco es competitivo con los sueldos que estamos cobrando y eso hace que uno de alta complejidad como este, que siempre atendió a una gran cantidad de pacientes y con patologías de las más diversas, lentamente se vaya debilitando", dice Berta.
Ella tiene un cargo de 36 horas y ocho años de antigüedad. Un profesional en esas condiciones puede cobrar entre $220 mil y $250 mil, apenas poco más que la última Canasta Básica publicada en junio por el Instituto Nacional de Estadística y Censo, que fue de $217.915,79. Sin embargo, el sueldo básico es de $35 mil y la diferencia se constituye, según la especialista, de ítems no remunerativos "que no van ni al aguinaldo, ni a la jubilación". Además, los profesionales no siempre están en blanco, muchos trabajan como cooperativistas, monotributistas o becarios. Es decir, precarizados.
Según Berta, lo que sucede en el Hospital de Niños de San Justo no es nuevo. "La situación actual se viene dando desde hace más de 5 o 6 años. Tiene que ver con muy malas condiciones salariales y laborales, en donde nuestros sueldos se dirimen en unas paritarias y en una mesa sindical con un único sindicato, que es el de trabajadores municipales y que abiertamente dice que no representa a los profesionales, por lo cual nuestros sueldos están atados al del resto de los municipales de La Matanza", explica.
El Hospital de Niños de San Justo no sólo atiende la demanda de La Matanza, también a niños de Cañuelas, Ezeiza, Merlo, Pontevedra, Ituzaingó, Castelar y Moreno. Los que llegan allí después de haber peregrinado por otros tres o cuatro centros de salud, si no logran ser atendidos, tienen que seguir buscando un lugar que los reciba. Muchos no pueden hacerlo por distancia o falta de recursos y, sencillamente, regresan a su hogar sin atención.
La guardia, en terapia intensiva
El Hospital de Niños de San Justo recibe entre unos 300 y 500 chicos por día, pero ya no puede atenderlos. "Para poder asistir esa demanda, cada guardia tendría que estar dotada de siete médicos por día, pero lentamente se fueron yendo", señala Berta y explica: "Hoy no contamos con más de uno o dos en el contexto del aumento de la demanda por el brote de infecciones respiratorias y el aumento de bronquiolitis. Los especialistas se vieron sobrecargados por el alto volumen de pacientes, por el trabajo, por los malos sueldos y por jornadas de 24 horas sin descanso. Eso hizo que se empezaran a ir del hospital y las guardias fueron quedando cada vez más vacías hasta que en los últimos dos meses hubo un éxodo que llevó al punto de tener que cerrar la guardia externa. Hoy no estamos atendiendo más que los códigos rojos, que son los riesgos inminentes de vida".
En este contexto, todos los pacientes que se atendían con patologías más cotidianas como bronquiolitis o faringitis hoy no tienen lugar en el hospital, a la vez que, por ejemplo, los que tienen una patología quirúrgica traumatológica que no sea de urgencia tampoco reciben atención y deben ir a otro lugar. Actualmente, sólo 5 o 6 niños por día pueden ser atendidos ahí. El resto debe irse.
"Llevamos adelante distintos reclamos durante todo este tiempo sin obtener ningún tipo de respuesta. Hoy llegamos al punto que el hospital cuenta con el 30% del personal que debería tener", dice Berta sobre el centro de salud, que actualmente tiene 250 profesionales, entre pediatras, odontólogos, psicólogos y trabajadores sociales. Además, hay 154 enfermeros que se suman a los empleados de ordenanza, limpieza y administrativos.
Población vulnerada
Los pacientes que llegan al Hospital de Niños de San Justo pertenecen a sectores socioeconómicos vulnerados, en muchos casos que viven por debajo del índice de pobreza y con severos problemas sociales. En este contexto, varios chicos viven ahí porque no pueden volver a su casa o hasta porque son abandonados en ese lugar. Son los pediatras los que los cuidan, los bañan, juegan con ellos y hasta los educan.
"Este lugar es también un centro de derivación de salud mental de todo partido de La Matanza. Aunque contábamos con un sólo psiquiatra que venía tres veces por semana, hoy ya no lo tenemos. Muchos de los chicos que se atienden, además de tener problemas de salud mental, tienen problemas de consumo de sustancias, no tienen padres y desde el Poder Judicial dictan medidas de amparo y permanencia en el hospital hasta que les salga una guarda", describió Berta.
El Hospital de Niños de San Justo tiene una sala de internación con 70 camas, una Unidad de Terapia Intensiva de alta complejidad con 12 camas, una Terapia Neonatal, un servicio cerrado de nefrología con 10 camas, un área de diálisis peritoneal y consultorios externos, pero no puede recibir pacientes por falta de profesionales. Berta insiste: "Cada vez somos menos" y no hay quiénes los reemplacen.