Historias de vida

Viajar sin límites: la historia de una pareja de jubilados que recorre el país a bordo de un viejo colectivo

Una pareja de jubilados de Santa Cruz tomaron la decisión de viajar por Argentina en un colectivo viejo. Aventureros, durante la travesía, se adentran en los pueblos escondidos cercanos a la Cordillera disfrutar de su belleza. En la nota, su historia.

Iván Zirulnik
Iván Zirulnik domingo, 5 de febrero de 2023 · 09:01 hs
Viajar sin límites: la historia de una pareja de jubilados que recorre el país a bordo de un viejo colectivo
Dardo Argañaraz, junto a su compañera Betty, recorren el país a bordo de un viejo colectivo. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

¿Quién no sueña con poder vivir viajando y recorrer infinidad de lugares? Las opciones hoy en día son varias, pero imaginen embarcarse hacia la aventura a bordo de un colectivo viejo refaccionado con todas las comodidades necesarias. Esa es la experiencia de una pareja de jubilados, oriundos de Santa Cruz, que lo han hecho posible y disfrutan con su “viejo tortugón”.

Es la historia de Dardo Argañaraz y su compañera Betty, quienes hace más de cuatro meses se subieron al vehículo y comenzaron una travesía que los ha llevado a recorrer Argentina desde su pequeño pueblo Comandante Luis Piedrabuena, en Santa Cruz.

“Venimos recorriendo desde Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén y ahora Mendoza. Por ahí no recorremos tanto la Ruta 40, si no que vamos metiéndonos más adentro de los pueblos porque los lugares más lindos para mí están metidos sobre la Cordillera”, inició su relato el hombre.

“Viajamos tranquilos pero lento, por ejemplo, salimos de El Nihuil hace algunos días y allí estuvimos una semana. De acá queremos ir a Potrerillos, El Manzano, Uspallata, Puente del Inca y todos esos lugares, que ya los conocemos, pero volvemos porque siempre te queda pendiente algo más para mirar”, continuó.

También explicó que, durante la aventura, los trayectos que hacen no son extensos, sino que se trata de tramos cortos: “no somos viajeros que hacen 500 kilómetros por día, sino 50 o 60, hasta 100, más de eso no hacemos”. "Lo disfrutamos de esa manera. A mí me gusta sacar muchas fotos, tengo un dron y filmo. Me tomo mi tiempo. También llevo mi kayak, mi bicicleta y mi moto”, agregó.

Apostados durante algunos días en la Villa 25 de mayo, localidad de San Rafael, en Mendoza, Dardo contó a MDZ que viajan a bordo de un viejo colectivo, propiedad suya desde hace 30 años, al que ha ido refaccionando y agregando comodidades hasta llegar a tomarlo como su propia casa: "Tengo antena de DirecTV, tengo mi televisión, mi baño, agua caliente y fría, mi cocina, mi heladera. Tengo todo acá y lo disfruto bien".

Además de las comodidas con las que cuenta en su interior, sobre el colectivo Dardo carga su kayak, su bicicleta y su moto. Foto: Alf Ponce Mercado / MDZ

"Lo tuve que ir adaptando, por ejemplo, le puse paneles solares, porque ahora tengo televisión. Le fuimos agregando cosas. allá en el Sur hace frío, por eso le puse una salamandra. Entonces le pongo leña o papeles y con eso me calefacciono. Siempre hay que hacerle algo para mejorarlo, incluso tenía freno de mano a palanca y le puse un bloqueo de aire", explicó.

Dardo se definió como un aventurero y contó que no es la primera vez que realiza una travesía de este tipo y ya a recorrido otras veces diferentes provincias de Argentina: “Después de que me jubilé dije ‘voy a disfrutar de esto’ y así salí. La única vez que estuve parado fue en pandemia, pero hace 10 años que todos los años salgo de viaje. Y no salgo 15 días, salgo durante tres, seis o hasta ocho meses”.

Dardo Argañaraz, junto a su compañera Betty, recorren el país a bordo de un viejo colectivo. Foto: Alf Ponce Mercado / MDZ

Sobre los preparativos para viajes tan largos, comentó que es un hombre que sabe administrar el dinero: “Aprendí por otras personas que con este tortugón no puedo andar 500 kilómetros por día, sino cada dos días tendría que llenar el tanque y eso cuesta. Lo máximo que puedo llenar el tanque es dos veces al mes y así mi economía está bien. Entonces, me quedo más días en cada lugar y aprovecho para disfrutar”.

“Uno va diagramando el viaje con su bolsillo. Yo no puedo gastar más de lo que tengo y espero a fin de mes para cobrar, entonces ahí sé cuánto dinero hay para el combustible y la comida. Creo que no es tan difícil hacerlo, uno se tiene que saber administrar”, añadió.

Durante la charla recordó a su padre y le agradeció por heredarle ese impulso aventurero, “si no, no estaría acá, estaría en mi casa mirando la televisión”, dijo.

Dardo Argañaraz, junto a su compañera Betty, recorren el país a bordo de un viejo colectivo. Foto: Alf Ponce Mercado / MDZ

“Yo soy como mi padre, que decía ‘voy para allá’ y el viejo iba. Y si había una pared, siempre buscaba una manera para cruzarla. Agradezco a mi viejo porque mi mamá no era aventurera, era de perfil bajo, pero mi viejo era un capo. Era un tipo muy inteligente y capaz que me contagió todas esas cosas, más en la aventura y los viajes. Esto le hubiera encantado, pero nunca lo pudo hacer. Entonces yo lo hago con una pasión y disfruto porque sé que él desde allá arriba disfruta conmigo”, agregó emocionado.

Además, contó que a todos los lugares de Argentina donde van son recibidos con alegría y hospitalidad: “La gente la verdad es que se pone contenta. El tortugón este debe tener más fotos que yo, porque le han sacado fotos por todos lados”.

“La gente grande me ve y me felicita por lo que hago, por disfrutar mis últimos años. Porque es así, uno llega a una edad no sabe hasta cuándo va a estar. Mi idea es disfrutar hasta el final, hasta que mis pies digan ‘hasta acá llegaste’, la idea es viajar. Siempre digo que cuando me venga a buscar el de allá arriba, no me va a encontrar en mi casa, me va a tener que salir a buscar. Va a tener más trabajo para llevarme”, contó.

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