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Siete días para una elección que puede cambiar todo: nuevo gabinete y la paciencia de Scott Bessent

El mercado sigue convulsionado. Una montaña rusa de incertidumbres siguen asolando a bonos, acciones y dólar. Los tuit de Scott Bessent parece que ya no alcanzan. Cómo deberá leerse esta elección y a quién favorece el miedo.

Scott Bessent y Luis Caputo tras negociar los términos del salvataje vía swap. 

Scott Bessent y Luis Caputo tras negociar los términos del salvataje vía swap. 

X | @EmbajadaEEUUarg

Entre todas las dudas que hay en el horizonte argentino hay una que comenzó a despejarse definitivamente en Washington, le guste o no a muchos libertarios. No hay otra forma de interpretarlo: el gobierno de Donald Trump, a través de varios interlocutores, le pidió a Javier Milei que deje la era de la confrontación y que se dedique a armar un gobierno donde, al menos, no maltrate de sus aliados. Esos "consejos" que llegaron desde EE.UU, aliviaron algunos círculos del poder en Buenos Aires que saben de sobra que no habrá paz financiera en el país no existe gobernabilidad asegurada.

Esos términos implican que Milei y su grupo mas íntimo comprendan que el armado de listas a presión que comenzaron a fin del año pasado, ninguneando a los mismos gobernadores a quienes luego se pidió el voto para los temas mas calientes en el Congreso, fue un error infantil que no puede repetir en los dos años próximos.

Hizo falta que lo dijera Washington para que el Gobierno lo comprendiera. Ni siquiera con todos los mensajes que le enviaron Mauricio Macri y los gobernadores dialoguistas en el último año la Casa Rosada había entendido que el lenguaje de la confrontación cultural puede venirle muy bien para hacer campaña pero no para la política interna de un gobierno.

Los desafíos del Gobierno ante unas elecciones claves para Milei

Argentina enfrentará el próximo domingo una elección que quizás sea la legislativa más importante desde el regreso de la democracia. El Gobierno pone en juego aciertos y errores, que no son pocos en los últimos tiempos. Y lo hace, además, enfrentando cambios que exceden el poder que pueda ganar o perder Javier Milei después de que se cuenten los votos.

La milagrosa ayuda que le dio Donald Trump a la administración Milei tiene sus límites y no son precisamente los que pone Washington, sino los que deja en claro todos los días el mercado local.

La ayuda "récord" del Tesoro de los Estados Unidos

Nunca en la historia argentina se había registrado un nivel de involucramiento del Tesoro de los Estados Unidos en la vida financiera diaria del país. El impacto de la primera intervención en el mercado con la venta de dólares por cuenta y orden del Tesoro de EE.UU. y por parte de bancos como el Santander, el Citi o JP Morgan, posibilitó que la corrida que había comenzado se frenara.

Con los días, cada nuevo anuncio desde la administración Trump tuvo su efecto calmante, pero a las pocas horas la presión sobre el dólar y el temor en el mercado de bonos y acciones volvía. En esos términos parece que ni esos posteos de Scott Bessent alcancen para calmar al mercado en este último tramo hacia las elecciones del próximo domingo.

Demanda de certezas y la reacción del mercado

El Gobierno, debe reconocerse, no hizo mucho para ayudar al amigo Bessent en su cruzada por estabilizar a la Argentina. El viaje de Javier Milei a Washington y la cumbre con Donald Trump tuvo casi todo lo que tenía que tener, pero el país (mercado incluido) estaba con otras demandas en ese momento.

Por eso es que el malentendido sobre si el fin de la ayuda trumpista se terminaría, si el voto no le fuera amigable a Milei ahora o en el 2027, impactó de llenó en las expectativas sumándose a las otras incertidumbres en danza. Para un mercado que pide certezas políticas cuando el Gobierno no las dio hasta ahora y tampoco puede darlas al menos hasta el domingo que viene, esa discusión sobre lo que quiso decir Trump no fue tan grave como el hecho de no haber sumado en ese viaje ningún otro anuncio de Washington.

De hecho, hasta este fin de semana el equipo económico estuvo en la capital estadounidense reunido con funcionarios de Trump y en medio de la Asamblea Anual del FMI, mientras Kristalina Georgieva aparece cada vez mas involucrada en el plan de salvataje que lleva adelante Bessent. La letra chica de los acuerdos que faltan conocer sobre el funcionamiento del nuevo swap con el Tesoro de EE.UU. e inclusive el nuevo paquete sindicado entre cuatro bancos por otros US$ 20.000 millones tendrían el seguimiento del FMI como un garante de las condiciones.

Mientras eso sucede en EE.UU, en Argentina la presión sobre el dólar no bajó durante toda la semana. Hay un chiste que recorre la citi porteña desde hace unos días pero que tiene su costado de realidad: Argentina parece ser el único país que esta dispuesto a jugarle en contra al Tesoro de los Estados Unidos; Bessent compra pesos y aquí se compran dólares.

Por lo pronto, muchos argentinos están mas que dispuestos a comprar los dólares que el Tesoro de EE.UU. le ordene a los bancos vender cuando el billete mayorista se acerca al techo de la banda. Siempre fue así y ahora, curiosamente, la tendencia no cambia aunque este Bessent atrás mandaron ordenes de compra de pesos. Contado así, todo parece una novela increíble, pero esto es Argentina.

El "riesgo kuka" y el futuro de Milei

Toda esta presión sigue teniendo sus orígenes en dos puntos esenciales: el miedo del mercado al regreso de la era K (el "riesgo Kuka", como lo llama el Gobierno) y el temor que también le tienen a Javier Milei sobre el futuro que le espera al país después del 26 de octubre. Uno y otro temor van de la mano.

Si no hubiera existido crisis en los mercados la asistencia de EE.UU, no hubiera sido necesaria. Esa es una realidad, por lo que en la ayuda de Washington esta implícita la crisis. Milei no solo debe pensar en como seguir adelante con la economía real, castigada y en caída, después del 26 de octubre, sino también en que forma tendrá su gobierno.

El populismo que atrasa delira por estos días con supuestas exigencias de Washington como contrapartida de la ayuda financiera. En realidad el Gobierno de Trump le exige a Milei que clarifique esos dos puntos anteriores, que son los mismos que mantienen en vilo a buena parte de la Argentina.

El reordenamiento que se viene

Cuando Donald Trump dijo sin ponerse colorado algo así como "si pierde, nos vamos", estaba hablando también de la necesidad de Milei de reordenar su gobierno. De ahí vino la nueva convocatoria a Mauricio Macri y el reconocimiento de LLA del cambio en el gabinete que se viene después de las elecciones y no solo para reemplazar a los ministros que se van (¿serán todos?) a ocupar bancas.

En el macrismo esperan una oferta libertaria para saber cual será realmente el rol que tendrán dentro del futuro gabinete. No hay euforia sobre eso y si muchas dudas. El reconocimiento del presidente sobre el "blanqueo" de Santiago Caputo como funcionario nombrado aportó alguna idea pero tampoco demasiadas certezas.

Si entra Santiago Caputo a la jefatura de Gabinete ¿a dónde va Guillermo Francos? Con liviandad muchos dan por sentado un cambio en la Cancillería y allí lo ponen al actual Jefe de Gabinete, pero no hay certezas que en este marco de alianzas, Francos tenga suficiente buena relación con EE.UU, como para ocupar ese cargo. Es mas, algunos sostienen que en el norte no lo ven demasiado bien.

El PRO resultó una tabla de salvación para LLA en medio del escándalo que derivó en la salida de José Luis Espert del primer lugar de la lista bonaerense. Como lo define el mismo, Diego Santilli salió casi como cruzando el desierto a jugar una campaña a último momento y con parte de los libertarios en contra. Hasta se acusa a Sebastian Pareja de vaciarle caravanas y actos por celos pasados y presentes.

El ingreso formal de Santiago Caputo se da, además, en medio de una crisis interna que golpea a Francos, quién salió de su mesura y elegancia habitual para pedir que todo el elenco oficial pusiera la cara y la firma en este momento en directa mención al integrante del triangulo de hierro.

La campaña entonces entra en la recta final y no hay que esperar mucho cambio: las cartas están todas echadas. El kirchnerismo juega apostando a los errores y escándalos del gobierno. Milei hace campaña personalmente, pero en las provincias debe lidiar con una realidad que la ineficiencia política de LLA no hizo más que consolidar: de los 24 gobernadores, 19 van a defender posiciones propias y no las del presidente de la Nación. Muchos de ellos podrían haber sido sus aliados electorales y la soberbia los alejó.

Ese es el escenario que enfrentará el país el 26 de octubre cuando se defina mucho más que el apoyo de Trump en el futuro, en palabras del propio presidente de Estados Unidos. Desde ese día Milei debe relanzar su gobierno, garantizar que volverá a dialogar al menos con quienes mantenía negociaciones hasta el primer semestre del año pasado, pensar en qué cambios hará en su modelo económico y armar un nuevo gabinete. La lista de demandas de nuevo vuelve a ser casi infinita.