Claves de la crisis

La crisis, el acuerdo con el Fondo y la negociación entre Alberto y el Gobierno

Dujovne fue el catalizador del mal humor por la economía. Ahora queda en duda el acuerdo con el Fondo. El tridente de poder del Frente de Todos que negocia con dos referentes políticos del oficialismo.

domingo, 18 de agosto de 2019 · 00:24 hs

Las causas de la anunciada renuncia de Nicolás Dujovne como ministro están enmarcadas en el tsunami que desató el triunfo de Alberto Fernández en las PASO del domingo pasado.

Luego de la estrepitosa derrota oficialista, muchas miradas internas y análisis de especialistas políticos, apuntaron como responsables directos de ella al jefe de gabinete Marcos Peña y al ministro de Economía y Hacienda Nicolás Dujovne, a quien señalaron como catalizador del descontento de gran parte del electorado por las desventuras económicas sufridas.

Una de las consecuencias inmediatas tiene que ver con el acuerdo con el fondo. Quedo aparentemente en suspenso el viaje de la misión del FMI prevista para la semana próxima. Esto pone entre paréntesis el desembolso de la última cuota por 5.400 millones de dólares del préstamo Stand by. Pero además deja en evidencia el malestar que produjo puertas adentro del organismo internacional la adopción de las medidas impulsadas por Macri sin realizar ningún tipo de consulta con ellos.

Hay que recordar que una de las condiciones básicas que monitorea el Fondo de manera permanente es la convergencia hacia el déficit primario en cero.

Las últimas medidas dispuestas por el gobierno nacional implican un aumento significativo, cuestión que no era avalada por un debilitado Dujovne, quien señalaba que debían conseguirse los recursos para afrontar el incremento erogatorio y para evitar el ”descontento del Fondo”. Es más, numerosos analistas y economistas consideran caído el préstamo en las actuales circunstancias. La negativa de Dujovne a las decisiones nuevas dispuestas aceleraron su carta renuncia.

La fragilidad económica y provincias en alerta

Si el Fondo no desembolsara la última cuota prevista, la estabilidad económica y financiera del país pendería de un hilo lo suficientemente delgado que pondría en crisis la gobernabilidad hasta las elecciones.

La mayoría de los recursos que se pretenden trasladar a los bolsillos de numerosos argentinos, por las medidas adoptadas, saldrán de los tesoros provinciales. Las provincias que fueron las receptoras durante el gobierno de Macri de gran cantidad de fondos, al punto de convertirse en superávitarias, al igual que muchísimos municipios. Tanto que numerosos de ellos cuentan con dichos fondos en plazo fijo e incluso en dólares. Ahora serán las que sufrirán en gran medida las recientes decisiones anunciadas.

Todas están en estas horas protestando y considerándose las perjudicadas, por encima del erario nacional, y preparándose a disponer, a su pesar, de los recursos en su poder.

Un tridente de poder y dos negociadores

El poder central del Frente para Todos, luego de su estruendosa victoria en las Paso, transcurre por un trípode integrado por Alberto Fernández, Maximo Kirchner y Wado de Pedro.

Cristina Fernández ha dado señales explícitas e implícitas a dirigentes calificados, que su principal interés es no interferir para nada sobre el candidato presidencial mayoritariamente votado y que sus desvelos son la salud de su hija Florencia y en segundo lugar su tranquilidad personal.

El vínculo más directo y casi exclusivo del tridente peronista para la relación con el Gobierno nacional, en la severa turbulencia actual, es con el ministro del Interior Rogelio Frigerio y con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. Son dos de los referentes políticos que tuvo el Gobierno nacional en su gestión. Paradojas de la realidad política. Ambos fueron negados y excluidos permanentemente y hasta separado Emilio Monzo, por el presidente Macri y por Marcos Peña.

En las peleas internas del oficialismo hubo siempre tensión y ahora para ilustrar una de las causas de la crisis toman una frase de Bil Clinton y la amplían, no era solo la economía estúpidos, era la Política también.