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"Eran unos hijos de puta": el testimonio de Pescarmona y por qué IMPSA sigue vinculada a la causa cuadernos

La Justicia determinó que el empresario no está en condiciones de afrontar el juicio. En su declaración ante Bonadio en 2018 admitió pagos ilícitos y relató presiones, amenazas y reuniones con De Vido.

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Alf Ponce Mercado / MDZ

"No queríamos darle un mango a estos tipos porque eran unos hijos de puta". La frase fue dicha en 2018 en la Justicia por parte de Enrique Pescarmona, y dirigida contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en medio de la investigación por la causa cuadernos de la corrupción, que recién lleva tres audiencias en el juicio en los tribunales federales de Comodoro Py.

El extitular de Impsa quedó sobreseído de la megacausa que tiene a más de 80 personas, entre empresarios y exfuncionarios del kirchnerismo, luego de un planteo de su defensa, que presentó un informe donde señala que padece de “incapacidad mental sobreviniente derivada de una enfermedad neurodegenerativa progresiva, de carácter crónico e irreversible”, afección que le impide comprender, y participar activamente en un proceso judicial.

Esto fue tomado por los jueces tras el análisis que realizó el Cuerpo Médico Forense, que concluyó que el empresario “presentó facultades mentales no conservadas” y un deterioro cognitivo “de moderado a grave”, por lo que no contaba con la aptitud necesaria “para estar en juicio”.

Pescarmona, y su mano derecha en Impsa, Francisco Valenti, fueron señalados por el juez Claudio Bonadío como parte de los empresarios que pagaron coimas en 13 oportunidades a través del subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta; y su secretario Nelson Lazarte; con dirección a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Aunque Pescarmona quedó desafectado personalmente del juicio, el "Caso IMPSA" sigue porque los pagos fueron reconocidos, ejecutados y serán analizados por la justicia.

El eslabón que se mantiene unido es el rol de Valenti, que era el valijero; quien llevaba los dólares y los vinos Lagarde que se entregaban como cortesía además de las coimas. Justamente en la última jornada del juicio se leyó la participación de Valenti en los hechos relatados.

En el juicio, que era seguido por Zoom por los imputados, fueron leídos los testimonios de varios imputados, entre ellos el de Rubén Francisco Valenti, que hoy tiene 78 años, y está acusado de "Cohecho activo, en carácter de partícipe necesario reiterado en 13 oportunidades", según el artículo 258 del Código Penal, delito que cometió, según la acusación, como directivo de Industrias Metalúrgicas Pescarmona (IMPSA). Esa empresa siguió un recorrido errático, al punto de perder su nombre original y el control: la familia originaria no controla la empresa, que pasó por manos del Estado y hoy la controla una firma norteamericana.

Desde IMPSA, particularmente Pescarmona, acusaron en la causa que el kirchnerismo buscaba apropiarse de la empresa o sumar un socio. Valenti ratificó eso en su declaración, acusando a Julio De Vido de querer quedarse con la empresa y, ante la negativa, comenzaron las presiones y el "ninguneo" en licitaciones clave.

El ex ministro de Planificación seguía ese testimonio por Zoom. Una de las obras clave mencionadas por Valenti fue la represa de Santa Cruz: Condor Cliff-La Barrancosa, rebautizada como Néstor Kirchner-Jorge Cepernic. El ex ejecutivo de IMPSA no solo reconoció los pagos de coimas, sino que describió la cantidad de obras de las que fue marginada supuestamente la empresa mendocina y que llevaron, según él, a la quiebra.

La trama en la que se reconoce el pago de coimas ocurrió 2006 y 2014 y otro capítulo clave fue la relación de IMPSA con Venezuela. Según la trama descripta por Pescarmona y Valenti, los pagos de coimas sirvieron para destrabar pagos que estaban demorados en ese país. En el testimonio leído en el juicio, Valenti admitió haber pagado en total 1,8 millones de dólares de coimas en al menos 13 pagos.

Las coimas que confirmaron Pescarmona y Valenti que pagaron al kirchnerismo

Al recordar las declaraciones de Pescarmona ante Bonadio en 2018, el empresario señaló que pagó coimas tras las presiones que —según afirmó— recibió durante el gobierno kirchnerista para mantener a la compañía metalmecánica a flote y afirmó también que "es cierto lo que dicen los cuadernos en general" .

Pero además, Pescarmona aseguró que el entonces ministro de Planificación, Julio De Vido, intentó imponerle socios y que las negativas derivaron en represalias y pérdidas millonarias para la compañía.

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Imagen de los cuadernos escritos por el exchofer de Baratta, Oscar Centeno.

Imagen de los cuadernos escritos por el exchofer de Baratta, Oscar Centeno.

“Me llama el arquitecto Julio De Vido diciendo que quería reunirse con nosotros. Así vino a comer, estaban el ingeniero Valenti, mi hijo Lucas y yo. Los primeros 20 minutos fue todo muy bien, pero en un momento el ministro dice: ‘vos necesitás un socio’, a lo que le respondí que no lo necesitábamos”, declaró Pescarmona.

Según su relato, la conversación subió de tono cuando su hijo Lucas intervino al decir: “Si nosotros nos asociamos con usted vamos a ir presos”. De acuerdo con el testimonio, De Vido reaccionó furioso: “Nene, nosotros no nos vamos a ir nunca de acá, vos no entendés nada nene”, y terminó la reunión a los insultos.

Pescarmona habló de una segunda reunión, en la que De Vido habría ido “con un mensaje de la corona”. “Me dijo: ‘o te asociás o te asociás’. Con esa extorsión me hizo acordar al secuestro que sufrí en 1985. Le respondí que no, que no me iba a asociar con ellos, y terminó igual que la otra vez, con puteadas y enojo del ministro”, contó.

El empresario mendocino afirmó que tras esas negativas comenzaron las represalias: “Siempre aparecía alguien de ellos pidiendo el 10 o el 15% de las obras. Me parecía increíble que nos pidieran esas sumas, más cuando el margen de ganancia era del 5%. En todas las licitaciones, terminaba ganando Electroingeniería con ofertas mucho más caras que las nuestras”, dijo Pescarmona, quien señaló que se preparaban con la mejor tecnología y mejores ofertas, pero que aún así no ganaban, y puso como ejemplo Yacyretá, donde "se la dieron a los alemanes a precios exorbitantes. Hacían lo que querían con las licitaciones".

Pescarmona describió que la "asfixia" se trasladó incluso al exterior, cuando IMPSA trabajaba en Venezuela: “Nos dejaron de pagar, se iban los pagos a 240 días. El que nos paraba los pagos era De Vido. Baratta nos chantajeaba diciendo que si no les pagábamos no íbamos a cobrar en Venezuela. Decía que atrás estaba la señora Kirchner. Fue una extorsión impresionante”.

El empresario reconoció que, ante esa situación, dio luz verde a su entonces vicepresidente Valenti para efectuar pagos a los funcionarios. “Accedí, por lo cual asumo la responsabilidad de los pagos que efectuó Valenti. Le dije que usara la plata que tenía en la caja fuerte. No queríamos darles un mango a estos tipos porque eran unos hijos de puta, pero tuvimos que acceder”, señaló.

Y afirmó que cuando Valenti empezó a pagarles, "los pagos en Venezuela se empezaron a regularizar". "La plata con la que se hicieron los pagos era mía, era la que tenía reservada ante un eventual secuestro, como antes relaté. El suceso mencionado en el cuaderno en la que figuraba mi domicilio de la calle Libertad también es real. Allí le entregué a Baratta U$S 200.000", dijo en 2018 Pescarmona.

Los pagos de Valenti a Baratta en la habitación 410

Por otro lado, Valenti en su testimonio dio todo un panorama de cómo fue, según él, la "asfixia" financiera que vivió Impsa por parte del accionar del kirchnerismo, con licitaciones y contratos que no ganó la empresa mendocina en Argentina pese a ser "más competitiva" que el resto.

Respecto a los pagos de coimas que reconoció haber hecho, indicó que "se produjeron en el hotel Feir's en Buenos Aires".

"Mientras estuve en el hotel Feir's, hasta el 29 de octubre de 2010, efectué pagos por un monto aproximado de U$S 1,8 millones en distintas oportunidades a Baratta. Esos pagos fueron en distintos momentos, todos en dólares, que los entregaba en un sobre o en bolsa de supermercado o de tiendas comerciales".

Agregó que "el dinero lo ponía en un sobre papel madera y eso lo ponía dentro de una bolsa, y lo entregaba en la habitación 410 en la mayoría de los casos. Que yo recuerde Baratta entraba a la habitación siempre sólo y también quiero agregar que le obsequiaba vinos de la bodega Lagarde del grupo empresario Impsa, conducta que era una práctica de cortesía con clientes, asociados, bancos, consultores".

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Una de las anotaciones con un pago de 200 mil dólares más una caja de vino Lagarde.

Una de las anotaciones con un pago de 200 mil dólares más una caja de vino Lagarde.

Además, dijo que si bien no se acordaba de cuántos pagos fueron, indicó que el máximo fue por U$S 200.000 "por cada oportunidad". "Baratta recibía el dinero, nunca lo contó. Recuerdo que llegaba en auto, porque entraba al estacionamiento. Subía a donde yo estaba, quizá pude haber bajado alguna vez a despedirlo al estacionamiento. Recuerdo que una de las entregas, al comienzo, me refirió que el dinero era para Kirchner. También estaba implícito que los pagos eran en dólares", amplió. El total calculado por Valenti fue de 1,8 millones de dólares pagados en esa moneda, siempre acompañado de vinos de cortesía y envueltos en sobres de papel maderaf. "Me dijo que el dinero era para Kirchner", recordó Valenti.