Milei: el desafío de sumar votos en el Congreso y la prueba de fuego que espera antes de enero
Diálogo con gobernadores y una prueba ineludible: aprobar el Presupuesto 2026. La economía espera una prueba. Los vencimientos que deba enfrentar el BCRA

La definición del poder en el Congreso se ha vuelto un elemento clave para el gobierno. Desde hace dos semanas toda la acción política de la Casa Rosada puede resumirse a un “poroteo” diario en la cuenta de fusiones y adquisiciones que logra o demora el oficialismo en negociaciones con gobernadores, radicales.
Mientras tanto, alguno PRO que aún no deciden si mantenerse en la vereda dura que propone Mauricio Macri o pasar a las filas del bloque de LLA sin demasiado disimulo.
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Esa actividad febril, casi empresaria, en el ejercicio de captura de votos en la Cámara de Diputados, pero también en el Senado, tiene algunas explicaciones políticas, pero mucho más económicas, aunque no parezcan tan evidentes en la superficie.
El resultado de las elecciones de octubre le dio al presidente una renovación de fuerzas justo en el momento en que el horizonte parecía complicarse. El “riesgo K”, que existe y no debe negarse, mucho menos en el mercado, se había sumado a inconsistencias que la economía venía reportando y que generaron una expectativa electoral multiplicando riesgos.
La prueba de gobernabilidad de Javier Milei
Scott Bessent y la decisión geopolítica de Donal Trump de reforzar su apuesta en Latinoamérica aparecieron y dieron vuelta a tiempo una situación de crisis, pero en ningún caso hubo cheque en blanco, ni crisis terminada y sí un pedido de rectificación de acciones concretas. Ese es el escenario que recorremos en estos días, por si algunos no se dieron cuenta.
Javier Milei, en primer lugar, debe recomponer gobernabilidad. Las elecciones le dieron un espaldarazo absoluto para eso, pero no la solución completa. No es un tema para postergar y de ahí la actividad política de estos días y los encargos que se le hicieron a Diego Santilli, figura nueva en cuanto a confianza entre los libertarios que debió hacerse cargo de la crisis por la mala praxis electoral de la candidatura de José Luis Espert y después de la atención de gobernadores que necesitan un interlocutor que hable de política y de números.
El bloque de La Libertad Avanza en Diputados es el campo de batalla donde actúan desde los Menem de Karina Milei hasta el producido de las negociaciones de Santilli, que desde la semana pasada sumaron la billetera más abierta de Luis “Toto” Caputo.
Tanto esfuerzo tiene su lógica. El gobierno, en primer lugar, necesita demostrar en breve que logró la capacidad de operar en el Congreso, algo que tuvo en algunos momentos desde la llegada de Javier Milei al gobierno, pero siempre de la mano del PRO. Guerra con Mauricio Macri mediante y acuerdo en listas de todo el país después, llevaron la situación al juego actual donde Karina Milei demuestra el triunfo que tuvo en octubre al ganar su estrategia por encima de la de Santiago Caputo y el resto del gobierno apura un reordenamiento de fuerzas.
La primera batalla en el horizonte
El Presupuesto 2026 será la primera batalla de ensayo; conseguir el número para aprobarlo es un termómetro ineludible. Está claro que hasta el propio Milei sabe que no puede continuar otro año más con la anomalía de no contar con una ley de presupuesto. En estos dos años se gobernó con el Presupuesto Nacional que hizo votar Sergio Massa durante la presidencia de Alberto Fernández, lo que presume un antecedente contable ya prehistórico, aunque a Milei le haya permitido, vía reconducción, distribuir partidas y fondos con discreción absoluta. Como contracara, los costos políticos fueron enormes: muchas de las crisis como las protestas por fondos para discapacitados o hasta la batalla con las Universidades Nacionales podrían haberse evitado de contar con una ley de presupuesto que fijara los límites.
Milei ahora impulsa el Presupuesto 2026 y esta dispuesto a hacerlo votar. El dictamen que ya se firmó en la Comisión de Presupuesto y Hacienda deberá volverse a firmar después del 10 de diciembre, porque con el recambio de Diputados pierde estado parlamentario. Será una buena chance para introducir modificaciones, muchas de ellas que se negocian estos días con gobernadores, pero el número para votarlo sigue siendo esencial.
Si hay Presupuesto 2026, podrá haber después reforma laboral y tributaria; también habrá renovación de crédito político y económico desde EE.UU. y el FMI. ¿El presupuesto, entonces, es lo esencial? No, es importante, pero lo esencial es que Milei comience a demostrar en esta nueva etapa que controla la política. Es el inicio que le piden todos.
Con la elección de octubre pasado Javier Milei logró el número para poder bloquear el desastre de rechazo a vetos y hasta derogación de decretos firmados en amparo de delegaciones legislativas a las que lo sometieron el kirchnerismo (con la eterna ayuda de la izquierda que atrasa) y algunos aliados del radicalismo Alejar a los enemigos de los temibles dos tercios es el comienzo, pero no la garantía absoluta de gobernabilidad.
Un bloque en construcción
LLA llega hoy a 91diputados, una enormidad comparados con los menos de 40 que tuvo hasta hora y sigue sumando. La semana pasada fusionó a tres ex radicales con peluca que ayudaron en otro momento y ahora directamente pasaron a ser “violetas”. Mariano Campero, Luis Picat y Federico Tournier ya fueron presentados en público y con todo como nuevas adquisiciones libertarias.
No son el producto de una negociación con gobernadores, sino sumas autónomas. Mientras eso sucede Diego Santilli sigue viajando por el país y cosechando “amigos” que no se suman a LLA, pero que desde el peronismo deciden armar bloque propio y despegarse de la pollera de Cristina Fernández de Kirchner. Catamarca ya aportó una bancada autónoma del PJ y no son los únicos. El peronismo tucumano esta dispuesto a hacer lo mismo y hasta los salteños de Gustavo Saenz, con el gobernador a la cabeza, nunca se niegan a dialogar, aunque vivan planteándole disidencias a la Casa Rosada.
A Gerardo Zamora le sigue pasando algo parecido, aunque con un espíritu más crítico. En Santiago del Estero saben que no hay forma de pelearse al miedo electoral a un regreso de Cristina Fernández de Kirchner al poder, pero al mismo tiempo no hay seducción posible por parte de Javier Milei. Fuera de eso la expresidente sigue intentando mostrar una simulación de libertad desde su departamento-cárcel de San José 1111, con visitas multitudinarias más que frecuentes, y violación de sus condiciones de detención que dispararon algún reto desde la Justicia. Veremos si se cumple porque la situación ya implica una vergüenza nunca vista frente al principio de igualdad ante la ley que no puede evitar sea cual fuere el apellido del reo preso.
Cristina en un camino sin retorno
El poder político de Cristina esta agónico como nunca se había visto y todos sus intentos por mantenerse como jefa del PJ semejan mas a una comedia de enredos mediocre que a una posibilidad concreta. El miedo a que ella vuelva a tener poder no solo movilizó el voto que le dio el triunfo a Milei en octubre, sino que hoy también sirve para acomodar la interna PJ. Además, nada de lo viene por delante para Cristina en materia judicial puede ser bueno, empezando por la causa Cuadernos, pero con varias causas mas por delante.
En cuanto a las negociones libertarias con gobernadores, los cruces en la Casa Rosada entre Karina Milei, ambos Menem y Santiago Caputo, con poder actual aun no demasiado claro, terminan de complicar el panorama de confianza en el dialogo que ofrecer en los acuerdos con los caiques provinciales. Saber quién va a “pagar” los acuerdos que firmen no es un tema menor y complica a Santilli en sus negociaciones.
Ese debate es esencial para llegar al 10 de diciembre en buen estado físico. Es lo que sabe de memoria Santilli. Al mismo tiempo el PRO puro no parece ayudar mucho al gobierno. Mauricio Macri, tras algunas apariciones, volvió a la trinchera, sin olvidar la noche de espanto que pasó en la Residencia de Olivos cuando lo invitaron a cenar para mostrarle en la cara en vivo y en directo como renunciaban a Guillermo Moreno. Fue otra demostración de poder de Javier Milei con resultado que hoy está a prueba y debe resolverse antes de enero.
¿Que ruidos molestan a la economía?
Mientras el debate político-institucional se da entre la Rosada y el Congreso, en Economía algunos ruidos volvieron a escena. Luis Caputo debió reconocer esta semana que no habrá, por ahora, préstamo sindicado de bancos estadounidenses para enfrentar los vencimientos que vienen en lo inmediato.
Un ambiente optimismo se instaló en la economía en las últimas semanas y con bastante razón. Tras las elecciones empresas y provincias salieron al mercado a buscar fondos para renovar “deuda vieja y cara” por otra de mejor perfil y a la luz de la baja del riesgo país y la mejor perspectiva de Argentina frente al mundo tras la eliminación del riesgo político. Solo en noviembre las empresas salieron a hacer colocaciones en el mercado en EE.UU, por más de US# 3150 millones, a lo que debe sumarse la emisión en CABA de nueva deuda de la Serie 13 del Bono Tango a una tasa de 7,8 %.
Todas esas emisiones implican el ingreso de dólares que, aunque aún no se hayan hecho efectivos sirvieron también para acomodar las expectativas del mercado del dólar que, aunque hacia el fin de semana tuvo algún recalentamiento, hoy esta en un nivel de tranquilidad aceptable dentro de la banda.
El problema para Caputo (y el país) no está allí, sino en los vencimientos que debe enfrentar en el corto y mediano plazo y de donde saldrán los dólares para hacerlo. El mercado no tembló cuando se confirmó esta semana que no habrá préstamo de US$ 20.000 millones de bancos, al menos en el modo que se había publicitado hace un mes. El festejo por el acuerdo marco comercial y de inversiones con Estados Unidos pasó y ahora está en espera de conocerse la letra chica.
Este mes Economía debió enfrentar vencimientos por u$s17 M con organismos multilaterales de crédito y u$s1.022 millones de un vencimiento del Bopreal 26. Diciembre llegará con un pago pendiente de u$s289 millones también con organismos multilaterales y en enero viene un vencimiento de u$s4.300 millones de Globales (dólares y euros) y Bonares y u$s457 millones con organismos. Allí está el desafío que se mide hoy y la mira en la cuenta diaria de compra de dólares por parte del Tesoro y el Banco Central, una meta que importa menos para la exigencia del FMI y de Washington que para la práctica diaria del mercado.

