Primer aniversario libertario

Un año de Javier Milei al poder y de la Argentina a boxes

El Presidente sorprendió al ganar y también al gobernar. La cuerda política se tensó y abre interrogantes de cara al futuro.

Gabriel Ziblat
Gabriel Ziblat martes, 10 de diciembre de 2024 · 01:44 hs
Un año de Javier Milei al poder y de la Argentina a boxes
Milei cumple un primer año superando expectativas pero con desafíos importantes por resolver. Foto: Juan Mateo Aberastain Zubimendi/MDZ

La Argentina vive desde hace un año un momento único en su historia. Nadie (o casi) esperaba que Javier Milei llegara a la Presidencia y llegó. Nadie (o casi) esperaba que aguante mucho en el poder y aguantó. Nadie (o casi) esperaba que fuese exitoso en la gestión y, por ahora, lo fue.

Milei llegó al poder rompiendo esquemas. Hace poco más de un año y medio, cuando recién se definían las candidaturas para las elecciones presidenciales, eran muy pocos los encuestadores y analistas que creían que había un margen para que Milei entrara al balotaje. Para la mayoría, en cambio, iba a ser un factor sorpresa pero que finalmente sus votos serían claves en una segunda vuelta entre el peronismo y Juntos por el Cambio.

Al libertario siempre se lo analizó como un personaje mediático, exitoso en ese terreno por su estilo histriónico, desfachatado. Sin embargo, el traslado a votos quedaba siempre minimizado. Sobre todo con el antecedente 2021, donde se presentó en la Ciudad y alcanzó un 17%. Interesante número, pero lejos de ser un fenómeno para romper las urnas.

El 13 de agosto rompió ese primer esquema, siendo el candidato más votado e incluso también La Libertad Avanza como espacio, por encima de la suma de los candidatos de las otras fuerzas. En octubre ratificó que los votos eran propios y en noviembre se confirmó que había una mayoría considerable (56%) dispuesto a votarlo para ir hacia un cambio.

El 10 de diciembre asumió y dio un discurso desde las escalinatas del Congreso, de espaldas a la política tradicional y de frente a los simpatizantes. El capítulo político era, justamente, el que más intrigas generaba. Estaba claro el rumbo que quería imprimirle a la economía, pero la duda era si iba a poder implementar semejante ajuste y sus reformas siendo un gobierno en franca minoría.

La gran sorpresa de Milei es que logró sortear ese escollo. Rompió un segundo esquema. Para la historia quedará analizar quién fue el responsable de ese desempeño. Si Guillermo Francos, el funcionario más político. O el estratega Santiago Caputo. Si la armadora Karina Milei y su alfil en el Congreso, Martín Menem, encargado de hablar con toda la oposición. O el Lisandro Catalán, el canal abierto con los gobernadores. Lo que si está claro que la maquinaria funcionó; al mismo tiempo que algunos, con Milei a la cabeza, tensionaban la cuerda, otros, a veces también con Milei a la cabeza, adoptaban una postura más conciliadora.

La cuerda llega al aniversario cada vez más tensa. Con un Gobierno que se alejó del PRO con el tema Ficha Limpia y de los gobernadores al no avanzar con el Presupuesto 2025, pero apoyándose en las encuestas que lo muestra con un apoyo similar o incluso superior al que tenía al inicio de la gestión. 

En el caso de Opina Argentina, por ejemplo, en diciembre volvió a tener saldo favorable la imagen de Milei (53% positiva y 46% la negativa) después de dos meses en rojo. En diciembre, cuando recién asumía, la consultora que dirige Facundo Nejamkis lo tenía en 55% de positiva. Nadie preveía esos números después de un año con la política implementada. Tercer esquema roto.

Argentina a boxes

Se cumple el primer aniversario de Milei en el poder, cargo al que llegó para meter a la Argentina a boxes. Cuando asumió estaba latente la amenaza de una hiperinflación, las reservas y el balance del Banco Central estaban estallados, la brecha entre el dólar oficial y los paralelos era superior al 200%, y la pobreza estructural por encima del 40% y que solo podía augurar crecer al aplicar un plan de ajuste.

Ese panorama anticipaba la necesidad de un profundo service. El trabajo incluyó una fuerte devaluación inicial, el ajuste de las cuentas públicas para lograr superávit fiscal desde el primer mes del año, un apretón monetario para secar de pesos la plaza, entre otras medidas centrales que tomó el Gobierno para bajar la inflación.

La actividad económica, mientras tanto, es la que todavía no se define si arranca o no. Todos los pronósticos de economistas dan cuenta de un 2025 con un crecimiento en torno al 5%. Pero los indicadores todavía no terminan de ser contundentes. La industria y la construcción, que habían tenido alzas intermensuales en septiembre, volvieron a caer en octubre. El consumo pyme medido por CAME, por el contrario, mostró en noviembre una suba respecto a octubre.

Luis "Toto" Caputo, uno de los actores clave de su gobierno. Foto: Juan Mateo Aberastain

El temor en sectores dirigenciales y empresariales que bancan al Gobierno es que el auto no pueda salir de boxes. Que se estén haciendo las correcciones y arreglos necesarios, pero que algo termine pasando y frustre los planes. Es que lejos están todavía de estar resueltos los problemas. La salida del cepo es una amenaza latente. La demora entorpece la llegada de inversiones para fortalecer la recuperación; la salida sin una red puede echar a perder el esfuerzo realizado hasta el momento.

La actividad económica es otra amenaza. El programa económico tiene que demostrar que el crecimiento de 2025 no será solamente un rebote. Y el consumo tiene que volver a dinamizarse para que un motor crucial de la economía argentina no termine afectando a toda la cadena. 

Y el futuro político sigue siendo la principal amenaza. Porque si Milei no logra apoyos para que prosperen sus iniciativas en el Congreso o, para peor, se rompe el grupo de los 87 héroes para defender los vetos presidenciales en Diputados, los ruidos empezarán a surgir. Y para los mercados puede ser el peor escenario. Confían porque ven a un Presidente sólido, pero si la debilidad política se hace carne, será difícil que sigan tan tranquilos. El paso por boxes se vería más complicado. Ganó tiempo Milei, pero con reducido margen de error.

 

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