Balance de fin de año

La era libertaria: qué dejaron los primeros 365 días del Gobierno de Javier Milei

El Plan Motosierra y la estabilización económica; el costo social y los enfrentamientos en la calle y en el Congreso; giras por el mundo y repercusión internacional. Así fue el primer año de Milei.

Nicolás Palermo
Nicolás Palermo martes, 10 de diciembre de 2024 · 11:00 hs
La era libertaria: qué dejaron los primeros 365 días del Gobierno de Javier Milei
Un día como hoy, Javier Milei se asomaba por el balcón de la Casa Rosada como el nuevo presidente de la Nación. Mucho ha cambiado desde entonces. Foto: NA

Un día como hoy, un año atrás, Javier Milei recibía la banda presidencial de Alberto Fernández para asumir como presidente de la Nación. Desde entonces, su Gobierno se propuso estabilizar la inflación, recortar el gasto público en casi un 30%, reorganizar por completo la administración pública y confrontar con buena parte de la clase política, el Congreso, el sindicalismo y los movimientos sociales. Su gestión también enfrentó la recesión y la protesta social, pero a pesar de los pronósticos más apocalípticos, el León todavía ruge en la Rosada.

El primer presidente libertario de la historia argentina dio inicio a su mandato con un discurso de espaldas al Congreso y frente a sus seguidores, en un gesto que adelantaría cómo sería su relación con la Asamblea Legislativa. Allí, Milei hizo un repaso de "la peor herencia de la historia" y explicó que las banderas de la reconstrucción serían el ajuste y el shock. "No hay plata". Sin embargo, el recién llegado jefe de Estado prometía "una luz al final del camino" y anunció "el comienzo de una nueva era en Argentina".

Javier Milei en su discurso de asunción de espaldas al Congreso.

El Plan Motosierra

Dos días después, el ministro de economía, Luis Caputo, daba inicio al "plan motosierra" con una serie de anuncios que incluyeron una devaluación que elevó el dólar oficial de $366 a $800 (+119%); la suspensión de la obra pública; el recorte casi total de las transferencias discrecionales a las provincias; entre otros. Para contener el impacto social, el Gobierno también aumentó en un 100% la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar en un 50%.

"El mejor ministro de la historia", como lo apodó el presidente, también anticipó la reducción de los Ministerios de 18 a 9 y las secretarías de 106 a 54; un recorte que a lo largo del año se contagiaría a otras áreas del Estado y que derivó en el cierre de organismos como el INADI, la Agencia Télam o el Ministerio de la Mujer, al igual que el de 14 fondos fiduciarios con distintos fines.

La Agencia Télam fue uno de los organismos que disolvió el Gobierno durante su primer año de gestión.

La guadaña libertaria también alcanzó a otros organismos como la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que se reorganizó otra vez con el rótulo de Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) o la AFIP, que reestructuración mediante pasó a llamarse ARCA. En total, la motosierra de Milei alcanzaría a 31.226 empleados públicos que trabajaban para las empresas y sociedades del Estado (11.200), para la Administración Pública centralizada y descentralizada (20.026).

Cada medida abría un potencial foco de conflicto que amenazaba con volcarse en las calles. Para evitarlo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lanzó en su segunda semana de gestión el Protocolo Antipiquetes, que habilitaba a las fuerzas de seguridad federales a intervenir sin orden judicial ante casos de protestas que interrumpieran la circulación. La cartera de Bullrich también habilitó una línea telefónica para que los ciudadanos pudieran denunciar a los gremios y organizaciones sociales que los obligaran a participar de medidas de fuerza o movilizarse.

DNU 70/2023 y Ley Bases

Menos de una semana después, el presidente junto a sus ministros anunciaba el DNU 70/2023, titulado Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina. El decreto de necesidad y urgencia, uno de los primeros de los 46 que firmaría Milei hasta noviembre de este año, planteaba en sus 366 artículos la desregulación de la economía a través de la derogación de una serie de leyes que alcanzaban desde los alquileres, las prepagas, las góndolas de los supermercados hasta la política aerocomercial.

El inabarcable decreto también establecía la transformación de todas las empresas del estado en sociedades anónimas para su posterior privatización, disponía una flexibilización laboral e incluso permitía la transformación de los clubes de fútbol en Sociedades Anónimas. Estos dos puntos serían luego judicializados por la CGT y la AFA, respectivamente, y continúan congelados hasta el día de hoy.

Javier Milei junto a sus ministros en el anuncio del DNU 70/2023.

Otros tantos de los puntos se verían luego reflejados en el siguiente gran anuncio del Gobierno de Milei: la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. La gran iniciativa legislativa del presidente contenía originalmente 664 artículos (más anexos) y se metía de lleno con temas muy diversos como la emergencia económica; la reorganización administrativa; seguridad y defensa; justicia; interior, ambiente, turismo y deporte; capital humano; salud pública; e infraestructura y servicios.

Sin embargo, el presidente enfrentó una ardua resistencia en el Congreso y le tomó 6 meses poder aprobar su primera ley, una versión más acotada de su proyecto inicial (con 238 artículos) que le delegó al Ejecutivo durante un año facultades para legislar en materia administrativa, económica, el financiero y energética; dispuso como sujetas a privatización a 8 empresas públicas (un número sumamente menor al listado original de 41); aprobaba el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y sancionó una versión más moderada de la reforma laboral que había intentado imponer en el DNU 70/2023.

La iniciativa se aprobó en conjunto con un segundo proyecto catalogado como paquete fiscal, que tras idas y vueltas logró la restitución de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, el aumento del piso de Bienes Personales y autorizó un blanqueo de capitales que meses después derivaría en la declaración de US$ 23 mil millones en su primera etapa.

Pacto de Mayo y agenda legislativa

En medio de todo eso, el presidente acudió nuevamente al Congreso el 1° de marzo por la apertura de sesiones ordinarias y, esta vez sí frente a la Asamblea Legislativa, convocó a todos los gobernadores del país a firmar el Pacto de Mayo, un acuerdo de 10 puntos refundacionales que se celebraría en Córdoba durante el aniversario de la Revolución de Mayo; y adelantó que presentaría un paquete de leyes "anti-casta", que incluía la eliminación de las jubilaciones de privilegio, la democratización sindical, una ley de Ficha Limpia para que las personas condenadas por corrupción en segunda instancia no podrán presentarse a cargos electorales nacionales y la eliminación del financiamiento público de partidos políticos, entre otros.

Finalmente, el Pacto de Mayo se firmó el 9 de julio y en Tucumán, ya que no se había cumplido el requisito de la aprobación de la Ley Bases para la fecha original, pero el libertario consiguió su foto junto a 18 de los 24 gobernadores que acudieron. Allí, los mandatarios se comprometieron a una serie de puntos que iban desde a la defensa de la propiedad privada, el equilibrio fiscal y la reducción del gasto público hasta la propuesta de una reforma tributaria, laboral, educativa, previsional y la rediscusión de la coparticipación, entre otros. El texto fue rechazado por los 5 mandatarios alineados con Unión por la Patria: Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).

En cambio, las consignas de la Ley Anti-Casta enfrentarían un futuro disímil, la democratización sindical y la Ficha Limpia se vieron obstruidos en el Congreso con complicidad del Gobierno, mientras que la reforma de los partidos políticos fue uno de los temas que incluyó la Casa Rosada para tratar durante las sesiones extraordinarias en el receso de verano.

El presidente Javier Milei junto a los 18 gobernadores que acudieron a Tucumán para firmar el Pacto de Mayo.

 

El plano económico

A la par, en el plano económico, el Gobierno se propuso defender a toda costa el equilibrio fiscal y presentó como su mayor logro la estabilización de la inflación, que pasó de una disparada del 25,5% en diciembre tras la devaluación a un 2,7% en octubre, lo que representa una acumulación anual del 107% (en 2023 había sido del 211,4%). Esas cifras se vieron acompañadas por una caída del Riesgo País, que partió de 1.930 puntos básicos al momento de asumir Milei para ubicarse hoy en 737, niveles mínimos desde los agosto de 2019, y el desplome de la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo, que este mes llegó a posicionarse en torno al 1,1%.

Sin embargo, el éxito financiero no fue gratis. La inflación se vino abajo a costa de una caída en la actividad económica, que si bien fue heterogénea según el rubro, tuvo en septiembre una caída del 3,3% interanual, siendo Construcción (-19,5%), Industria (-12,4%) y Comercio (-10,8%) los sectores más golpeados. Estos números explicaron un alza en el desempleo, que tocó el 7,6% en el segundo trimestre de este año, 1,9 puntos porcentuales más que los 5,7% que heredó el Gobierno de La Libertad Avanza.

En cuanto a la pobreza, Milei recibió en diciembre un país con el 41,7% de su población en esas condiciones, es decir, unas 19,4 millones de personas, y un 11,9 % debajo de la línea de indigencia, 5,5 millones de personas. De acuerdo a los datos oficiales, la cifra de quienes no cubren una canasta básica total trepó al 52,9%, mientras que quienes no cubren la canasta básica alimentaria llegaron al 18,1%. Esto es casi 5 millones de pobres y 2 millones de indigentes más que antes de asumir. Sin embargo, el último informe de la UCA indicó que esas cifras bajaron en el tercer trimestre al 49,9% en el caso de la pobreza y al 12,3% la indigencia, un número más cercano al punto de partida.

Bajo la gestión del ministro de Economía, Luis Caputo, el Gobierno logró estabilizar la inflación y llevarla al 2,7% en octubre.

Año de conflictos

La gran mayoría de las políticas del Gobierno y sus efectos enfrentaron resistencia, en menor o mayor medida, de parte de diferentes actores políticos y sociales. Para comenzar, la CGT inauguró su vínculo con Javier Milei con un paro general el 24 de enero, a tan solo 44 días de su llegada a la Casa Rosada. Un récord. La medida tendría su secuela 105 días después, motivada principalmente por el avance del capítulo laboral de la Ley Bases en el Congreso. Desde entonces, el Gobierno aceitó las conversaciones con el sector dialoguista de la central obrera, que garantizó la paz en las calles a pesar de las objeciones del ala combativa encabezada por el camionero Pablo Moyano.

Sin embargo, eso no implicó una tregua con todos los sindicatos. La gestión libertaria enfrentó numerosas medidas de fuerza de los gremios de transporte, los cuales llevaron a cabo su mayor resistencia en el sector aeronáutico. Sin embargo, ante la presión de la opinión pública y un Gobierno que amenazaba con declarar el procedimiento preventivo de crisis, finalmente se llegó a un acuerdo, aunque Aerolíneas Argentinas sigue estando bajo la mira privatizadora del Ejecutivo.

El otro gran adversario de Milei en las calles fueron los movimientos sociales, a quienes desde la Casa Rosada tildaron desde el primer momento de "gerentes de la pobreza". La paladín del Ejecutivo en esa cruzada fue la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, cuya gestión denunció que casi el 50% de los comedores que recibían apoyo del Estado no existían, y apuntó contra organizaciones como el Polo Obrero por presuntamente extorsionar a beneficiarios del Potenciar Trabajo, a quienes habrían obligado a asistir a marchas para no perder su beneficio, además de cobrarles un porcentaje del dinero que recibían de sus planes sociales y asistan a marchas y cobraban una “cápita” del dinero que recibían del plan social. Desde esos sectores, denunciaron maniobras persecutorias por parte del Gobierno para desactivar la protesta social.

En ese marco, el Ministerio de Capital Humano sufrió un gran traspié luego de que se conociera que varios galpones de la cartera alojaban en su interior alimentos destinados a los más vulnerables próximos a vencerse. El gobierno, que en un primer momento había negado el hecho, debió aceptar una cautelar de la Justicia impulsada por el dirigente social Juan Grabois y entregar la comida a los comedores necesitados.

El Congreso también fue escenario de lucha para La Libertad Avanza, donde a pesar de tener una clara minoría en ambas cámaras, logró imponer su agenda y bloquear la de sus rivales. Tal fue así, que el Gobierno logró sostener la vigencia del DNU 70/2023, que la oposición llegó a rechazar en el Senado, pero no en Diputados.

Sin embargo, hubo momentos donde el poderío de Milei pareció flaquear. Uno de ellos fue cuando el Palacio Legislativo, por primera vez en su historia, logró bloquear un decreto presidencial: aquel que otorgaba $ 100 mil millones en carácter de fondos reservados a la nueva SIDE. En esa oportunidad, el PRO colaboró con el rechazo, lo cual fue interpretado como un mensaje de Mauricio Macri hacia Javier Milei.

La oposición intentó asestar otros golpes desde el recinto, con dos leyes que según el Gobierno atentaban contra el innegociable equilibrio fiscal: la Ley de Financiamiento Universitario, que apuntaba a recomponer las partidas presupuestarias de las casas de estudio, y una Ley de Reforma Previsional, que entre otras cosas planteaba una modificación en la fórmula de movilidad jubilatoria. En ambos casos, Milei impuso su voluntad y vetó las leyes, desatando movilizaciones en las calles.

El ajuste a las universidades ya había generado uno de los momentos más complejos para la gestión libertaria en abril, con la movilización masiva que realizaron cientos de miles de estudiantes a lo largo de todo el país en reclamo por un aumento de fondos para sus facultades. El veto de septiembre provocó una segunda marcha el 2 de octubre, con una convocatoria menor, que no logró alterar la decisión del Ejecutivo.

Leyenda

A fines de agosto, el veto a la reforma de la movilidad jubilatoria también había desatado marchas de pensionistas junto a otras organizaciones sociales y políticas, las cuales fueron reprimidas por las fuerzas policiales enviadas por el Gobierno. Además, desde la Casa Rosada celebraron a los "87 héroes" que habían ayudado con su voto a sostener el veto presidencial con un asado en la Quinta de Olivos a modo de homenaje. Las imágenes estuvieron en todos los portales.

El asado convocado por Javier Milei para los "héroes" que respaldaron el veto presidencial a la reforma jubilatoria.

Otro enemigo declarado del mandatario libertario durante su primer año de Gobierno fueron los llamados "periodistas ensobrados" y los medios "adictos a la pauta", a quienes el jefe de Estado le dedicó innumerables posteos en sus redes sociales con expresiones de todo tipo. En ese sentido, el trato del presidente con los medios estuvo caracterizado por no dar conferencias de prensa y por su selectividad a la hora de dar entrevistas, muchas veces a periodistas afines a quienes recibía en la Quinta de Olivos.

Detrás de las fronteras

Otra arista fundamental para el primer año de Javier Milei en la Presidencia estuvo en el plano internacional, donde se propuso un doble objetivo: atraer inversiones para la Argentina y posicionarse como un referente internacional de la derecha mundial en medio de la batalla cultural contra lo que él llama el socialismo global y la Agenda woke. Con ese argumento, el jefe de Estado voló 15 veces al exterior, visitó 21 destinos y pasó en total dos meses fuera de la Argentina.

El libertario se lanzó al mundo en enero con su discurso en el Foro de Davos, en Suiza. Desde entonces, el libertario viajó a Israel, Italia, Estados Unidos, España, Alemania, Francia, República Checa, Brasil, El Salvador y Uruguay. Muchos de esos viajes fueron por motivos ajenos a razones de Estado, como su participación en la CPAC de Estados Unidos, donde conoció a Donald Trump, o su participación en el evento anual de Vox, en Madrid, además de los viajes que realizó para recibir distinciones individuales.

Sin embargo, sus viajes también contaron con reuniones bilaterales con mandatarios aliados, como Benjamin Netanyahu (Israel), Giorgia Meloni (Italia), Nayib Bukele (El Salvador), entre otros, en el marco de su objetivo de lanzar una alianza de naciones conservadoras. Otros respondían a cumbres internacionales de peso, como el G7 en Apulia, la Asamblea de la ONU en Nueva York, el G20 en Río de Janeiro, o su último paso por la cumbre del Mercosur en Uruguay, donde también se encontró con jefes de Estado de peso, como el presidente chino Xi Jingping.

Javier Milei junto a Xi Jingping en la cumbre del G20 de Río de Janeiro.

Además, Milei también tuvo varios encuentros con empresarios de peso mundial como Elon Musk (X, Tesla, Space X), Mark Zuckerberg (Meta), Sam Altman (Open AI), entre otros, con quienes el libertario discutió su proyecto para convertir a la Argentina en un actor líder en la industria de la inteligencia artificial.

Esa línea difusa entre la agenda personal y la nacional de Milei fue un rasgo distintivo de su mandato, que también incluyó varios conflictos con algunos de sus pares, especialmente en la región. El presidente argentino tuvo cruces directos o indirectos con sus pares de Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, México, sin contar la enemistad declarada con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. El libertario también tuvo un fuerte conflicto diplomático con la España de Pedro Sánchez y tuvo momentos de tensión con China, luego de sus famoso "yo no negocio con comunistas", que luego se transformó en un "socio comercial muy interesante".

De vuelta al presente

Javier Milei llega a su primer año de Gobierno en medio de las negociaciones sobre el temario de las sesiones extraordinarias en el Congreso, donde los gobernadores presionan para que la Casa Rosada incluya la discusión por el Presupuesto 2025. Esto no parece preocupar con urgencia a la gestión libertaria, que ya gobernó durante todo este año con una prorrogación de los valores asignados para 2023. 

Las encuestas le sonríen al libertario, que sostiene el respaldo de la opinión pública a pesar de haber llevado a cabo, en sus propias palabras, "el ajuste más grande de la historia". En ese contexto, con una oposición aún dividida del otro lado, el presidente se prepara para 2025, un año que estará marcado por las Elecciones Legislativas que podrían determinar un antes y un después para el Gobierno de La Libertad Avanza, que este año lanzó su partido a nivel nacional para poder competir sin necesidad de ninguna alianza electoral.

Tras gobernar un año en absoluta minoría en ambas cámaras, Milei confía en un triunfo electoral que le de el margen necesario para impulsar el resto de sus reformas, ya sin depender tanto de otros bloques. A su vez, una vez consumado el ajuste, el libertario deberá cumplir la segunda parte de su promesa y mostrar los resultados del sacrificio de la ciudadanía, es decir, la luz al final del túnel que prometió aquel 10 de diciembre de 2023, cuando se colgaba por primera vez la banda presidencial.

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