El aliado menos pensado: Milei y Kicillof trabajan juntos en un tema clave

Sigilosamente, con mucho más cuidado que lo debería tenerse ante un trabajo de semejante impacto, el Gobierno nacional de Javier Milei y el provincial bonaerense de Axel Kicillof tienen en la seguridad un punto que los une y que están utilizando Patricia Bullrich y Sergio Berni, quien a través de su delegado en el Ministerio de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, está construyendo un sistema de intervención mixta para abordar situaciones de desbordes con el narcotráfico o bandas de carácter social en el Gran Buenos Aires.

Si bien no lo dicen, el ojo y el foco del plan está puesto en La Matanza, donde el fin de semana pasado hubo una masacre con cinco muertos y una docena de heridos por la pelea entre personas de nacionalidad paraguaya y boliviana por el dominio de un predio donde hace décadas funcionaba una tosquera en González Catán.

Esta mañana, en el programa Si Pasa Pasa de Radio Rivadavia, la ministra Bullrich no quiso dar mayores detalles pero reveló que “efectivamente estamos trabajando con las autoridades de seguridad de la Provincia de Buenos Aires en un plan integral con permita accionar a las fuerzas federales y bonaerenses de manera conjunta y coordinadamente” porque “antes las fuerzas federales que iban a la Provincia casi que eran un patrullero más”. 

MDZ consultó a las autoridades del Ministerio de Seguridad provincial al respecto, y la información parcial brindada por Bullrich fue confirmada. Desde La Matanza, donde todo se observa de manera sospechosa, consideran que “Berni lo hace porque no lo quiere al Negro”, en referencia a Fernando Espinoza. Quizás también deba incluir a Axel Kicillof, que no discute en público con ningún intendente propio pero se siente incómodo con los modales y las políticas aplicadas por el matancero.

Si bien no hay precisiones sobre fechas y formas, lo más importante se conoció. Los gobiernos nacional y bonaerense, que están separados por algo más que una grieta política y filosófica, encontraron un punto en común para empezar a resolver, si lo hacen bien, uno de los dos flagelos que aqueja a la población: la inseguridad. Para la Inflación y sus políticas no tienen cómo empezar. 

Bullrich y Berni coinciden más de lo que se conoce públicamente. Inclusive cuando en alguna oportunidad se le pidió una sanción a un efectivo bonaerense que se cuadró ante la exministra una vez que había abandonado el poder, Berni lo bancó y no lo sancionó, tal cual reclamaban a coro los sectores más progresistas de su propio Gobierno, con quien también discutió cuando se liberaron a los presos en cárceles federales y bonaerenses en plena pandemia o cuando se declaró absolutamente en contra de las políticas zaffaronianas en materia de combate de la delincuencia.

El trabajo en conjunto no sólo se circunscribirá a La Matanza sino que abarcará a toda la Provincia, pero en especial el foco estará el Gran Buenos Aires, donde desde hace años hay situaciones mafiosas y ajustes de cuenta similares a los que se ven en Rosario. No obstante, para el principal municipio del país toda injerencia externa es una verdadera intromisión y atropello a la autoridad local, que se considera el pilar de todos los triunfos del peronismo kirchnerista elección tras elección.

Esta localidad, la más extensa y con mayor población para un solo distrito en todo el país, además, no tiene que compartir el departamento judicial, factor principal del avance, retroceso o parálisis de todas las investigaciones. A diferencia de otros municipios, que comparten las competencias, en La Matanza todo es matancero. Esto hace que un poder político local fuerte y poderoso determine o incida sobre cada situación que afecte al orden público y social. 

Inclusive el haber llevado hasta Puente 12, en la intersección del Camino de Cintura con la General Paz, en el límite de La Matanza con la Ciudad de Buenos Aires, en un lugar de gran conectividad para las zonas norte, oeste y sur del conurbano, fue tomado como una provocación personal por parte de Espinoza, quien siempre sostiene que le fue puesto ese “comando operativo” y de jefatura de la fuerza como un mensaje encubierto en su contra por parte de Berni, a quien poco le interesa que los intendentes lo quieran y que le es de suma utilidad al propio Kicillof, que lo utiliza como pararrayos ante los constantes reclamos que le formulan los jefes comunales.