Las claves para entender al Cornejo que vuelve
El primer año estará basado en sostener servicios y en la preocupación por el devenir del país que para el futuro gobierno local es "oscuro". Cómo intentará recuperar el liderazgo dañado en la campaña
Un intento que hará por recuperar un liderazgo que durante la campaña electoral sufrió más arañazos de lo tolerable, según sus parámetros. Un arranque, es decir, un primer año en donde parece que otra vez lo sencillo va a dominar. Un puñado de preocupaciones políticas que están referidas al rol que tendrá la reformulación del tablero opositor. La aceptación de que algunas cosas ya no serán lo mismo para él. Y mucha, pero mucha incertidumbre, además de una suma de incógnitas, acerca del contexto nacional que le tocará a partir de 2024. Por acá, es por donde hay que buscar hoy las claves de la vuelta de Alfredo Cornejo al poder.
La nueva administración asumirá en diciembre. Pero el gobernador electo ya empezó a tomar decisiones que fueron más allá de lo que se supo públicamente como fue la sugerencia de demorar la presentación del proyecto de Presupuesto. Cornejo frenó licitaciones públicas que había encarado Rodolfo Suarez luego de haber encontrado “barbaridades” en su desembarco, que dejaron, al menos en uno de los casos, muy descolocados a los funcionarios actuales. Como parte de estas decisiones, pidió parar la compra de un equipo para Salud por US$ 50.000 y además frenó, sobre la marcha, la audiencia pública que el Ministerio de Infraestructura había convocado para avanzar con el proyecto de mejoramiento de la zona de Puente del Inca. El plan no tenía ni siquiera el consenso de los pobladores de la zona. Según la resolución 413, publicada a nivel oficial, la audiencia se cayó por "la necesidad de realizar ajustes al proyecto". Rara la explicación. O valedera, si se considera que en definitiva salió de la administración de Suarez. Era la cuarta vez que tenían que "ajustar" la propuesta.
Todavía no hay definiciones acerca de la conformación del nuevo gabinete, así como tampoco si habrá reestructuración de ministerios aunque es un hecho que esto sucederá. Algo sí ya está resuelto. Habrá una búsqueda de equilibrio entre renovación y funcionarios que ya conozcan, al menos, el funcionamiento del sistema. No hay tiempo, por la magnitud de la crisis, de sentar en funciones a gente que deberá empezar de cero. Aunque en realidad, Cornejo no está metido de lleno en este asunto. Y si se hurga un poco en profundidad, una porción del tiempo lo está utilizando para el balance de lo que ocurrió todavía.
Es muy probable que jamás lo reconozca en público, pero sabe que la última elección fue más que complicada para él. Y que en ese sentido dejó en el camino jirones de imagen que ahora buscará reconstruir de alguna manera. Buena parte del electorado envió en septiembre la señal de que algunos modos de la figura política más fuerte de la provincia no son tolerables ya. Y Cornejo lo leyó a eso. No se sabe si la lección le alcanzará para cambiar. Pero sin dudas servirá para tomar consciencia de que el avance de cualquier intento por profundizar su costado más autocrático, chocará irremediablemente contra esa pared que ya le levantó la sociedad mendocina.
Con Omar De Marchi, quien buscará referenciarse como líder opositor, no hay diálogo. Y es casi un hecho que tampoco lo habrá por el momento. Habrá que esperar el devenir de los acontecimientos a partir de diciembre cuando se produzca no solo el recambio de gobierno sino también la renovación de la Legislatura. En Diputados, el oficialismo mantendrá la primera minoría. Pero el desafío estará en el Senado en dónde oficialismo y oposición están empatados en 19. Aquí el trabajo para De Marchi aparece como enorme: difícilmente logre aglutinar detrás de sí al peronismo que también compone ese bloque opositor, con lo cual su rol de líder del anticornejismo asoma como difuso por ahora.
Finalmente, el Gobierno presentó este jueves su proyecto de Presupuesto 2024 más las leyes de Avalúo e Impositiva, que están centrados en el manejo de $1.8 billones. La cifra del gasto público en Mendoza ya es hasta imposible de escribir: lo que gastará el Estado el año que viene equivale a casi dos millones de millones de pesos. Puesto en números, la cantidad sería algo así como un dos adelante con doce ceros detrás.
¿Para qué se utilizará tamaña cantidad de recursos proveniente en su mayoría de la recaudación de impuestos y de lo que reciba Mendoza por parte de la Nación? Básicamente para intentar sostener los servicios públicos y para pagar salarios de los más de 100.000 empleados que conforman la plantilla estatal. Por supuesto que también se destinará una importante cantidad de fondos para el pago de la deuda y una sola porción, el 10%, será destinada a la compra de bienes y para hacer obra pública.
Objetivo número uno de Cornejo en su segundo primer año de gestión. Aunque suene poco ambicioso, el plan es intentar mejorar la calidad de los servicios. No mucho más que eso. Aunque aquí otra vez se encontrará con el problema crónico. Mendoza gastará en 2024 el 45% de lo que recaude en pagar sueldos, en un contexto que seguramente será de mucha presión sindical producto de la crisis y parado en el mismo escenario de los últimos tiempos. ¿Cuál? Ese mismo que marca que, a pesar de la fenomenal cantidad de empleados públicos, faltan policías y médicos en los hospitales por mencionar alguno uno de los defectos en este punto.
El monto destinado a gasto de capital (inversiones y obras públicas) como se mencionó representa 10% de los gastos totales previstos para 2024. La obra más importante prevista para el año que viene es la aplicación del Metrotranvía y la segunda es la terminación de la remodelación de la Panamericana. Para la primera, la provincia se endeudará. Para la otra ya lo hizo, con el BID, aunque deberá completar la cuotaparte que le corresponde de ese financiamiento contraído. ¿Qué obras se harán entonces con recursos propios? La mayoría de ellas ya fueron empezadas este año. La doble vía del Este y una serie de obras hídricas que encararon tanto el Departamento General de Irrigación como Aysam. Todo proyecto de Presupuesto explica hacia dónde apunta un gobierno. En este caso hay un foco que está puesto en un incremento importante de los fondos que habrá disponibles para la reparación de escuelas.
Cornejo no va a pedir endeudarse. Se proyecta un resultado financiero superavitario de $5.325.906.900. Y acá el punto está claro: la inflación destruye salarios, pero le es absolutamente funcional a la recaudación de los estados.
Por supuesto que subirán al ritmo inflacionario los impuestos patrimoniales. Aunque con matices. Para el Inmobiliario los aumentos van a ser seguramente de más del 130%. Ahí lo que hicieron fue actualizar la base de cálculo de los valores de los terrenos. Y con respecto al Automotor, los aumentos serán de hasta 150% para los vehículos de hasta $15 millones, que dice Hacienda representa el 85% del parque automotor. Para los vehículos mayores a los $15 millones, el ajuste será según lo que haya incrementado el valor de mercado. O sea, sin topes.
Suarez demoró una semana el envío de la pauta de gastos a la Legislatura a pedido de su sucesor, quien no planteó demasiados cambios. Pero sí pidió una disminución de alícuotas en Ingresos Brutos y Sellos. Aquí, sobre el primero de los impuestos considerado distorsivo para el funcionamiento de la economía, en 2024 se buscará reducir la presión fiscal sobre el sector comercial a partir de una baja de entre 10% y 17% en las alícuotas del rubro de comercio mayorista. Asimismo, se apunta a reducir entre 20% y 33% las alícuotas de las actividades de alquiler.
Sin embargo, uno de los ejes de la pauta de gastos, está en lo que Mendoza dejará de recibir por parte de la Nación en términos coparticipables. Aquí el panorama para el futuro gobernador es “oscuro”, entre otros motivos, porque ya se sabe que el proyecto de devolución del IVA que se maneja a nivel nacional le podría hacer perder a la provincia un monto similar a lo que ya sabe que va a perder por la suba del piso de Ganancias, otras de las decisiones tomadas en la campaña por Sergio Massa.
Fondos discrecionales ya no se reciben y el grueso de los aportes de la Nación provienen de los subsidios al transporte que, en realidad, vienen con retraso desde febrero. “Lo que va a estar duro, más allá de lo fiscal, va a ser la economía en su conjunto. Al menos el primer año se espera mucha volatilidad”, analizan en Hacienda. Y allí es dónde estará la clave principal de lo que viene. Ante un panorama de mucha incertidumbre y turbulencia, recuperar el liderazgo será vital.