Temor compartido: qué le quita el sueño a Massa, a Bullrich y a Milei de cara al domingo
Javier Milei, Sergio Massa, Patricia Bullrich, unidos por el temor a una operación antes del día de la elección. El asesor Fernando Cerimedo, los lujos del kirchnerismo y el financiamiento de JxC.
Patricia Bullrich, Javier Milei y Sergio Massa conviven con un temor que los reúne hasta que termine el día más importante de la vida política de los tres: un cisne negro que se convierta en tragedia y epitafio de sus aspiraciones personales. Nadie está exento, no hace falta que sea cierto, ni siquiera que haya sucedido o que ellos sean protagonistas, las esquirlas de una gafe ajena pueden herir de muerte a cualquiera, y no son días para regalar un voto en la elección más anómala de la historia reciente.
Javier Milei confía ciego en sus armadores, esencialmente en su hermana Karina, por sobre todas las cosas. Desde el posicionamiento masculino de su figura al llamarla “El Jefe”, la confianza es ciega y nada malo puede salir de lo que decida la mujer que lo acompañó en los años más oscuros del economista, cuando el vínculo con su padre era únicamente a cambio de piñas e insultos durante su adolescencia.
Hace quince días se prendió una luz de alerta: alguien le confirmó al equipo de Milei que el problema mayor se puede llamar Fernando Cerimedo. Experto supuesto de campañas digitales, big data y otras ciencias nuevas donde la variedad de players van de los absolutos sabios a los chantas más grandes del país, recolectó varios millones de dólares para invertir en Google y otras empresas de posicionamiento. “A cada santo una vela, si no paga, se va a saber antes de votar”. El que habla con MDZ es uno de los damnificados, tienen documentado la falta millonaria de pagos de distintos servicios y se lo hizo saber al equipo de campaña.
Patricia Bullrich sabe que la operación de prensa del exconcejal devenido en comunicador Tomás Méndez contra Carlos Melconian, surgió de los sótanos de los servicios de inteligencia. Hay una situación lisérgica en el equipo de campaña de Bullrich: creen que sólo si los números de la candidata fueran buenos, harían semejante salvajada mezclando vida íntima con temas laborales en un pegado de audios que no resisten un mínimo análisis en edición de sonido. Puede tal vez ser un motivo de discusión marital, pero el daño político fue bajo y reconocen que están en balotaje y esa agresión no fue otra cosa que la confirmación.
Creen en Juntos por el Cambio que puede haber una operación de prensa por parte de los dañados, especialmente los radicales que quedaron fuera de la negociación por su fracaso en las primarias. Temen por denuncias de financiamiento espurio, por documentos del pasado de la candidata, a pesar de no haber un dato empírico que vincule a Bullrich con la voladura de un jardín de infantes, la tesis Horacio Verbitsky, del arco de inteligencia en general del kirchnerismo y Javier MIlei, otro punto de encuentro.
Este cronista conversó con María Oneto, al mando de la campaña en términos de gastos. Explicó distintos ítems y prometió documentar “hasta el último peso, absolutamente todo está auditado, no tenemos un peso en negro, así nos exige Patricia y lo vamos a demostrar”. Será parte del Gabinete si Bullrich es presidenta.
Sergio Massa supo de los audios contra Melconian antes que el propio economista, y permitió que se emitan. Es sabida la afición del tigrense a correr los límites a la hora de buscar el voto. “Hay que ganar, después las disculpas, siempre perdón, no permiso”, dicen en su entorno. El caso de Martín Insaurralde prendió luces rojas, no por el lomense que cristalizó una salida del ecosistema político que venía masticando hace años, sino por los casos que se pueden documentar antes del domingo.
En distintos lugares se sabe del nivel de vida inexplicable de la dirigencia kirchnerista, que ya empezó a alquilar las casas en Pinamar para el verano, y pagan entre 20 y 40 mil dólares el mes para ir apenas unas noches. En el exclusivo barrio La Huella, Sergio Massa hará como siempre su fiesta de recibida del nuevo año, donde el champagne Clicquot estará presente y la política disfrutará de los amenities del lugar. Un desafío para los políticos que deberán dar presente mientras los celulares graban y escuchan más de lo que quieren los dirigentes.
El secretario privado de un gobernador enfureció en mayo cuando requirió una casa “bien lujosa, lo más lujosa que tengas” a un broker nuevo en el lugar. “A vos te parece que esto es lujoso, vos sos medio boludo me parece”. La conversación terminó y el gobernador debió buscar algo acorde a su nivel de vida, a pesar del desastre de pobreza y desnutrición de la provincia que dice gobernar. Daños colaterales de una revolución progresista no nata pero comprobada perversa estadísticamente.
Nadie, absolutamente nadie está a salvo. A Javier Milei lo volverán a apuntar con sus armados mixtos con el peronismo que amenaza su nueva política. Inteligente jugada la de presentar a Luis Barrionuevo, la máxima expresión de la política sin alternancia ni escrúpulos tras quemar urnas en Catamarca, como pieza clave del armado, financiamiento, logística electoral y repartición y cuenta de boletas. Nada puede ser más grave después de esa presentación.
Los últimos días serán los peores, la IA hará lo suyo, pero la realidad promiscua de una clase dirigente que empieza a despedirse en voz baja y por la puerta del baño de atrás se hace realidad, gane quien gane, habrá habido un cambio gracias a la presentación en sociedad de Javier Milei, a pesar de su intento por orinar agua bendita, sabiendo imposible.