El debate por el Presupuesto

Cómo capitalizará Suarez este nuevo enfrentamiento con el PJ

El gobernador fue quien tomó la decisión de cortar la discusión en la Legislatura, cuando vislumbró dilaciones en el respaldo final del peronismo al proyecto. Quién será el responsable de que el año que viene no haya obra pública, será el eje de discusión. Las claves de una negociación frustrada.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 15 de noviembre de 2020 · 10:25 hs
Cómo capitalizará Suarez este nuevo enfrentamiento con el PJ
Foto: Gobierno de Mendoza

“La verdad, es que además de todo son unos pelotudos. ¡Unos pe-lo-tu-dos!”, se lo escuchó bramar a Rodolfo Suarez el martes por la noche cuando la discusión con el peronismo por la Ley de Presupuesto se había caído. El gobernador terminó rápido, muy rápido la rosca política en la Legislatura con el Frente de Todos por este proyecto, cuando avizoró que, más allá del compromiso de respaldo que le había garantizado Anabel Fernández Sagasti, algunos sectores de ese partido, sobre todo el que está representado por los hermanos Omar y Emir Félix, no estaban dispuestos a recomendar que sus legisladores le levantaran la mano a la iniciativa.

La bravata del gobernador de esa noche, traerá aparejada una estrategia política seguramente. Con un peronismo que viene en baja en las encuestas en Mendoza, seguramente el Gobierno va a machacar en la campaña electoral de 2021 con lo que acaba de pasar esta semana. Un detalle nada más de esta argumentación: la pauta de gastos estructurada por el ministerio de Hacienda (que ya obtuvo media sanción en Diputados) apunta a contener los efectos negativos que la pandemia ocasionó en la economía, con programas de asistencia por parte del Estado al sector privado, un paquete de rebajas impositivas para los sectores más afectados, destinar recursos a mejorar las situación de los hospitales y para rehabilitar las escuelas que cerraron durante todo este año y se fijar un porcentaje de aumentos para los empelados públicos que no supera el 15%. Mucho más que esto, no hay.

Es notoria la desinversión en materia de infraestructura que apenas si llegará al 6% del total de gastos. Allí, en concreto, figuran solo un plan de viviendas por $3.000 millones y siete obras (cuatro a terminar y tres nuevas). ¿A quién terminará responsabilizando Suarez el año que viene cuando le achaquen que su gobierno, como está a la vista, no hace obra pública? No habrá que ser un gurú del marketing político para darse cuenta de que esos cañones estarán apuntados al peronismo, por haber negado la posibilidad de tomar deuda para tal fin.

Fue el propio gobernador quien cortó el martes una negociación con la oposición que no estaba cerrada ni mucho menos, pero que se venía desarrollando de una manera mucho más aceitada que en la últimas tres discusiones presupuestarias. ¿Podría haber esperado más tiempo para , como hizo, instruir a sus legisladores a que voten el proyecto oficial sin modificaciones? Sin dudas. El debate podría haberse estirado hasta finales de diciembre sin que ello trajera aparejado ningún perjuicio. Pero cortó de golpe todos los canales de diálogo y no hay que urgar demasiado en los motivos. Ante las dudas internas del peronismo, creyó leer un manoseo legislativo inminente con eternos pedidos de cuarto intermedio en cada sesión y una dilación que, en definitiva, terminaría en nada. “Uno ya sabe con los bueyes que ara”, le dijo a los líderes del oficialismo en la Legislatura, en el momento en que los instruyó a votar el Presupuesto  tal y como había salido de la Casa de Gobierno a finales de septiembre.

A lo que asistimos después, fue otra vez al espectáculo de la degradación de la dirigencia política con acusaciones de todo tipo y señalamientos entre sí para ver quién era el que mentía más. En el medio, algunos mitos y verdades de los aspectos clave de la negociación.



La discusión por las leyes de Avalúo e Impositiva fueron clave en esta disputa. ¿Qué propuso el peronismo? En relación a los impuestos patrimoniales, que para el año que viene se mantengan los niveles de aumentos en el Inmobiliario y Automotor en los mismos valores que fueron aprobados para este año (subas que rondan el 30%) ante la proyección propia de que, por caso, la patente podría llegara a tener incrementos de entre el 60% al 70% . Y el Inmobiliario, alrededor del 40%. Con Ingresos Brutos la discusión estaba en un punto: el ministerio de Hacienda presentó una disminución de las alícuotas de hasta el 50% para una serie de actividades económicas muy afectadas por la pandemia (el turismo como caso emblemático) y el Frente de Todos pretendía ampliar esa rebaja a por lo menos media docena más de actividades, el comercio entre ellas. Aquí se había planteado analizar que aquellos comerciantes que tuvieron que soportar al menos seis meses de parate, la reducción de Ingresos Brutos fuera del 50%. Los que directamente no pudieron reabrir (jardines maternales y otros) que la disminución de esta alícuota llegara al 80%. Y además la oposición pretendía habilitar una nueva moratoria, tema que no estaba en la mente de los funcionarios de la cartera económica.

¿Qué sucedió con el endeudamiento y una nueva autorización para el roll-over de la deuda? Otra vez se mezclaron aquí argumentaciones técnicas, pero fundamentalmente políticas. El gobierno presentó ante la Legislatura un pedido de endeudamiento por U$S350 millones que abarcaba a los tres años de gestión que le quedan por delante a Suarez. El PJ se opuso, aunque no de manera determinante: habilitó el debate para que el gobierno pudiera endeudarse, aunque achicó el tiempo, el monto y puso condiciones. Acerca del primer punto, no aceptó autorizar toma de deuda para los ejercicios 2022 y 2023, pero sí para el 2021. Y en este sentido estaba dispuesto a negociar al menos la toma de U$S 80 millones para que Hacienda pudiera buscar financiamiento para enfrentar los vencimientos del año próximo. Pero puso la condición de que ese préstamo se tomara en pesos. Independientemente del rechazo a este último condicionante, para el titular de Hacienda, Lisandro Nieri, la sugerencia del Justicialismo viene a romper un mandato que para los radicales aparece como sagrado: no tomar deuda para gastos corrientes que, en definitiva, termina agravando el déficit. Fuera de esta disputa, había quedado el aval para acceder a un crédito de U$S 105 millones provenientes de un fondo saudí. La historia de estos petrodólares es muy singular. Este crédito viene avalado por el gobierno de Alberto Fernández y el peronismo difícilmente podía rechazarlo, por eso pretendía discutirlo aparte del otro paquete de deuda. Cuando el tema se comenzó a negociar hace más de un mes, a Suarez lo llamaron desde la Casa Rosada para consultarlo si estaba dispuesto a anunciar la llegada de esos fondos de manera conjunta con el presidente. El gobernador respondió que sí, pero jamás lo volvieron a consultar al respecto.

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