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¿Riesgo de fuga? Cómo sigue la investigación por criptoestafas con el clan Caroglio fuera de la cárcel

Los hermanos Caroglio, acusados en una megacausa por millonarias estafas, recuperaron la libertad luego de pasar más de dos años en prisión.

Genaro, Giovanni y Gitanjilal Caroglio, los tres hermanos acusados por las criptoestafas. 

Genaro, Giovanni y Gitanjilal Caroglio, los tres hermanos acusados por las criptoestafas. 

La investigación por estafas multimillonarias con criptomonedas que tiene imputados a los hermanos Caroglio escribió un nuevo episodio el viernes con la decisión de un Tribunal de otorgarles la libertad bajo fianza tras más de 2 años en prisión. Ahora queda un largo proceso hasta el juicio, en medio de los planteos por el posible riesgo de fuga.

A pesar de que el reciente fallo dejó fuera de la cárcel a los tres principales imputados, el dictamen se dictó en forma dividida por los jueces que integraron el Tribunal Penal Colegiado N°2 y uno de ellos destacó que existe la posibilidad de que los sospechosos no se sometan al proceso mientras se encuentran en libertad.

Pese a eso, Giovanni, Genaro y Gitanjalil Caroglio lograron regresar a las calles en medio del proceso por el que se encuentran imputados por estafa y asociación ilícita. Esto como resultado de las más de 140 denuncias recepcionadas por la Unidad Fiscal de Delitos Económicos, en las que clientes aseguran haber sido defraudados por una suma superior a los 4 millones de dólares.

La resolución del Tribunal

La decisión de los jueces del Tribunal Penal Colegiado N°2 se dio de manera dividida. Fuentes cercanas al caso explicaron a MDZ que mientras los jueces Ramiro Salinas y Carolina Colucci entendieron que debía revocarse la prisión preventiva; mientras que Mauricio Juan votó en disidencia, sosteniendo que aún existe el riesgo de que los imputados se den a la fuga.

Esta posibilidad fue planteada por la Fiscalía y las querellas, entendiendo que los hermanos cuentan con los medios para escapar y no tienen vínculos de arraigo que impidan una hipotética huida.

Además, durante la audiencia se destacó el antecedente de Gino Caroglio, un hermano de los imputados que tiene pedido de captura por una causa de abuso sexual simple y dese hace tiempo se encuentra prófugo de la Justicia.

Los argumentos de la defensa

Por otro lado, la defensa de los hermanos presentó como uno de sus argumentos que los demás imputados por la estafa ya se encontraban en libertad, a diferencia de los Caroglio.

Este planteamiento fue avalado por dos de los tres miembros del Tribunal, pese a que, desde las querellas y Fiscalía sostuvieron que sus casos eran diferentes por la función que cumplían dentro de la presunta asociación ilícita.

No obstante, el principal argumento para dejar a los hermanos Caroglio en libertad fue el tiempo que ellos llevaban con prisión preventiva: 2 años y 4 meses, superando el límite general.

Giovani Caroglio, el más complicado en la investigación Foto: Facebook

Ahora, con todos los imputados en libertad, se espera que la Justicia resuelva los requerimientos de elevación a juicio en los dos partes en las que se dividieron los 140 expedientes, entre los fiscales Hernán Ríos y Gabriela García Cobos.

El caso de criptoestafas

La megacausa reveló la presunta existencia de un sofisticado esquema fraudulento que operó bajo dos fachadas principales: la primera fue el fondo de inversión llamado We are Capital (WAC), que prometía a sus víctimas rentabilidades mensuales de hasta el 10% por operar en el NASDAQ mediante criptomonedas. Según la investigación, los acusados utilizaban el dinero de nuevos inversores para pagar los intereses a los anteriores, un clásico mecanismo de una estafa piramidal.

Ante la disminución de fondos, la organización lanzó CriptoCountry, un proyecto que ofrecía la venta de terrenos virtuales en el metaverso. Garantizaban a los inversores que podrían revender estos terrenos como NFTs a un precio mayor. La fiscalía sostiene que este desarrollo nunca existió más allá de un demo básico y que los tokens carecían de valor.

Para dar credibilidad a sus operaciones, los imputados recurrieron a la ostentación en redes sociales, alquiler de lujosas oficinas y publicidad con influencers conocidos, llegando a patrocinar eventos masivos.

Dentro de la organización, Giovanni actuaba como el visible CEO y presunto jefe. Su hermano Gitanjalil se encargaba del área tecnológica y financiera, mientras que Genaro gestionaba la administración y el marketing.