Crímenes argentinos

Brujería y "asco" a las mujeres: la espeluznante historia de la secta Mehir

El caso de la Escuela de Yoga de Buenos Aires sorprendió al país, pero años atrás hubo un episodio similar. Aunque sus seguidores afirman que murió en Mendoza, el Maestro Mehir sigue siendo un misterio.

Ángeles Balderrama
Ángeles Balderrama domingo, 25 de septiembre de 2022 · 07:04 hs
Brujería y "asco" a las mujeres: la espeluznante historia de la secta Mehir
Una de las únicas fotos que existen del Maestro Mehir Foto: La Voz

Dicen que murió en Mendoza y fue cremado, pero nadie pudo confirmarlo. Hasta el día de hoy, el Maestro Mehir sigue siendo un misterio en la historia criminal. Con un crecimiento económico descomunal, una investigación periodística puso al descubierto sus prácticas, entre las que se destacaban la "brujería" cometida por la impureza de las mujeres y los reiterados abusos psicológicos y sexuales.

Mario Darío Indij había nacido el 10 de mayo de 1958 y una gran parte de su vida la vivió en La Plata, Buenos Aires. De hecho, se dedicaba a ser instructor de artes marciales en el club Platense, aunque esa historia no la contaba. Indij, más conocido como Mehir, se presentaba ante sus discípulos como un "semidios" que vivía junto a "un río sagrado" y, si hacían lo que él decía, podrían convertirse en guerreros de luz y sacerdotisas.

Desde los inicios del 2000, la Escuela "El Cántaro" se instaló en la provincia de Córdoba, a más de mil metros de altura. Conforme pasaban los años, construyó un hotel y hasta un teatro para esperar el final de los tiempos. Allí vivían cerca de 100 personas que pagaban para permanecer al lado del Maestro Mehir, a quien consideraban "la reencarnación de Cristo".

Sin embargo, el caso de la secta salió a la luz en 2011, cuando el Diario La Voz publicó una nota en la que se alertaba sobre el crecimiento económico que tuvo un grupo particular de personas en Córdoba, los cuales se mantenían detrás de esa escuela, liderada por Indij. Con el avance de la investigación, se conocieron más detalles sobre lo que se realizaba puertas adentro. 

Los iniciados

Pese a que la escuela era cordobesa, la mayoría de los discípulos eran captados en la Ciudad de Buenos Aires, específicamente en la Escuela de Conocimiento Yen, ubicada en Avenida Corrientes 5295 de Villa Crespo. La misma estaba a tan solo 13 cuadras de uno de los edificios que usaba, hasta hace algunos meses, la Escuela de Yoga de Buenos Aires, más conocida como secta de Villa Crespo.

Los jóvenes, de entre 20 y 30 años, eran invitados a explorar el misterio y vivir un fin de semana diferente bajo las montañas más antiguas del planeta. Al llegar a Córdoba y disfrutar durante tres días de sus paisajes, ya no eran los mismos que salieron de Buenos Aires: habían encontrado a un mesías y estaban comprendiendo el sentido de su existencia que los llevaría a una nueva dimensión espiritual.

El Maestro Mehir tenía asco hacia las mujeres, pero era "bondadoso" porque había creado un método que permitía que ellas, a quienes consideraba como seres siniestros, lograran un poco de iluminación espiritual. Según su teoría, redactada en un libro, "todas las mujeres, no importa su edad o profesión, nacen y mueren brujas". Se trata de "seres despreciables, preocupados solo por extraer el semen de los hombres y conseguir un sostén económico; con malos olores, falta de inteligencia y el origen de todas las formas de perversión".

Sin embargo, si las discípulas tenían estrictas relaciones sexuales con él, iban a lograr ascender hasta convertirse en sacerdotisas. Fue así como en pocos años logró ser padre de al menos 17 niños y contagió a varias decenas de seguidores de enfermedades de transmisión sexual. Pero distinta era la situación de los hombres. A ellos los consideraba como seres puros que podían lograr el camino de la iluminación y convertirse en "guerreros de luz". 

Según datos aportados por la investigación, Mehir cobraba bastante dinero a sus discípulos. Cada mes, todos debían darle $1800, al valor del año 2011, y los empresarios, de tres a cinco mil pesos. Pero además, también cobraba multas hacia los desobedientes o aquellos que lo contradecían, las cuales debían pagarse antes de que el día finalizara y podían rondar los $2 mil.

Los placeres en Mendoza

La secta del Maestro Mehir tenía todo montado en Córdoba, pero eso no significaba que se diera pequeños lujos. Durante sus años de gloria fue visto con un grupo de seguidores en grandes estancias de San Rafael y Luján de Cuyo, disfrutando de increíbles banquetes y paseando en autos de alta gama. De hecho, cuando la Justicia cordobesa tomó conocimiento del caso y fueron a detenerlo, él no estaba: se había enterado del allanamiento que iban a realizarle y se fugó a la provincia de Mendoza.

En ese contexto, una gran cantidad de seguidores realizaron manifestaciones para evitar que lo atraparan. En ellas, afirmaron que "todo lo que se decía sobre Mehir era mentira".

"Hemos perdido un maestro injustamente. Son todas mentiras, es una barbaridad lo que se está diciendo. Nuestro maestro no es un criminal y queremos que vuelva lo antes posible pero con todos los honores de un maestro, no como un criminal perseguido", explicaba una discípula.

Finalmente, el Maestro Mehir estuvo más de tres años prófugo de la Justicia de Córdoba hasta que su abogado presentó un certificado de defunción que remarcaba que Mario Darío Indij había muerto el 3 de junio  de 2014 a las 23 horas, en la localidad de Luján de Cuyo. El mismo indicaba que la causa de fallecimiento había sido un tromboembolismo pulmonar.

Personas cercanas a la causa explicaron al diario cordobés que destapó el caso que, para ellos, se trataba de una forma de evadir la cárcel, ya que no había cuerpo para comprobarlo. A su vez, algunos de sus seguidores informaron que tras la muerte del Maestro Mehir, cremaron su cuerpo y esparcieron sus cenizas en la fortaleza que había construido a los pies de las montañas más antiguas del planeta. Sin embargo, hasta el día de hoy su fallecimiento es todo un misterio.

 

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