La crítica de Mau y Ricky Montaner para Quién es la máscara?

El final de La Voz Argentina se dio un tanto polémica. No solo por cómo repercutió en la gente el hecho de que Yhosva Montoya se haya consagrado, sino que también por cómo se dio el último adiós. Es que en su afán por hacer las cosas bien, Marley apuró a los integrantes del jurado para que diera inicio en la pantalla de Telefe Quién es la máscara? Esto es lo que habría molestado a los hermanos Montaner.

La Voz Argentina llegó a su fin el pasado lunes, cuando Marley reveló que Yhosva Montoya era el ganador con el 52,4% de los votos, por sobre Ángela Navarro.

La noche se prestaba para la emoción y para una despedida de parte de los integrantes del jurado. La idea era agradecer y expresar cómo fue que vivieron estos meses de programa. Sin Embargo, Marley se vio obligado a cortar el programa de golpe debido a que lo corrían los tiempos. 

“Marley, te amo. A toda la Argentina que está viendo, muchísimas gracias por estos dos años que han sido increíbles. Gracias por brindarnos y por abrirnos las puertas de sus casas. Mau y yo los amamos mucho y los veremos en la música”, se despidió Ricky a la espera de que sus compañeros de jurado puedan hacer lo mismo. 

Sin embargo, llegaron las señas que le indicaban al conductor que no iba a haber tiempo para que cada uno de los jurados pueda hablar un momento, y por esto lo cortó para que Telefe pudiera seguir con el programa que debutaba esa misma noche. 

“Nos queda el último minuto, perdón, pero tenemos que apurar porque ya empieza la máscara”, sentenció Marley con algo de culpa, pero prohibiendo que Ricky Montaner pueda dejarle un sentido mensaje a su público. 

Lejos de entender cómo son los tiempos de la televisión, el cantante no dudó en expresar su descontento de manera irónica: “Dale dale dale, decilo de una, la máscara no puede esperar. Qué divertido, ¿no”.

De esta manera, los Montaner mostraron su malestar por cómo se dio el final de La Voz Argentina, pero sobre todo por cómo tuvieron que salir del aire de manera casi obligada y no como les hubiese gustado.