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Qué es el síndrome del nido lleno y cuándo se manifiesta

La vida es cambio y movimiento, sin embargo, en muchas circunstancias los cambios vitales generan situaciones difíciles de resolver. Hoy hablamos del síndrome del niño lleno.

Andrea Saporiti domingo, 31 de julio de 2022 · 08:04 hs
Qué es el síndrome del nido lleno y cuándo se manifiesta
¿Cómo es convivir con un joven adulto que sigue siendo hijo? Foto: Shutterstock

La expectativa de vida se ha extendido, hoy la probabilidad de vivir hasta los 90 /100 años no es imposible. Estos movimientos han traído aparejados nuevas etapas dentro del ciclo vital familiar. Así como la etapa de la adultez se ha extendido, el síndrome del nido vacío aparece más relacionado con los adultos mayores.

Hoy nos encontramos con un nuevo síndrome, el el nido lleno. La real academia española lo define como un conjunto de síntomas que caracterizan determinada enfermedad o bien describe un grupo de fenómenos propios de una situación específica, que merece ser examinado, por tener cierto significado. Cada vez se observan más situaciones conflictivas en la familia ante la convivencia de los padres con adultos- jóvenes que siguen viviendo en la casa.

En los últimos tiempos el foco estuvo puesto en la adolescencia extendida, sin embargo, si cambiamos la mirada y nos ubicamos desde la perspectiva de los padres - adultos, surgen infinidad de preguntas ¿Cómo es convivir con un joven adulto que sigue siendo hijo? ¿Cambian las reglas familiares? ¿Se puede exigir, pedir, marcar límites? ¿Cuál es el límite de la aceptación del otro?
Muchas son los planteos de los padres- adultos ante estas situaciones que generan confusión, tensión, y por lo tanto desencadenan situaciones conflictivas a nivel vincular y familiar que requieren de un análisis más profundo.

La metáfora del nido habla por sí misma. Los pájaros cuando construyen el nido lo hacen con una dedicación de tiempo completo. Comienzan bien temprano y casi podríamos decir que descansan muy poco. Luego viene el tiempo de espera, hasta que nacen los nuevos integrantes. Todas estas imágenes tienen un tiempo determinado, todo comienza a modificarse cuando los “pichones” aprenden a volar. Cuando este acontecimiento sucede, comienzan su propio vuelo. Y no vuelven porque la naturaleza tiene sus propios principios, pero fundamentalmente, porque en ese nido ya no hay “lugar” el espacio fue creado de tal manera que cuando el “pichón” crece y puede valerse por sí mismo sale al mundo a buscar su nuevo nido

¿Qué pasaría si se queda y no despliega sus alas?? Se corre el riesgo que el nido se caiga y se destruya, no hay espacio para todos. Hasta aquí la metáfora, sin embargo, esta situación se ve reflejada en las familias con jóvenes adultos. Abrir el nuevo espacio interior para la convivencia requiere de una de una reacomodación familiar.

Encontrar puntos de encuentro basados en el respeto mutuo es la clave para la aceptación de las diferencias. No es simple. Es un trabajo conjunto, no solo los padres- adultos tienen que comprender que sus hijos ya no son niños a quienes se les dice que
“deben” hacer y cumplen con la consigna. Los jóvenes-adultos también tienen que comprender a sus padres, que tienen aciertos y errores y que quizá muchas situaciones no comprendan porque las piensan de diferente forma.

La comunicación y el afecto serán el puente para conseguir transitar esta nueva etapa que permita no correr el riesgo que el nido se quiebre. Ya llegará el momento en que la etapa del nido vacío llegará, mientras tanto ser cuestión de aprender a dar y darse espacios personales y compartidos para lograr una mejor convivencia familiar.


Mag. Andrea Saporiti MN: 20.297
@andysaporiti
www.andreasaporiti.com

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