Tras el atraso en las obras, la reapertura de la calle Sarmiento ya tiene fecha oficial
Con una inversión que supera los $1.000 millones y más de cinco meses de trabajos, los empresarios gastronómicos se entusiasman con la reactivación de la zona.
Las obras de calle Sarmiento están entrando en su etapa final y ya tienen fecha de reapertura.
MILAGROS LOSTES - MDZLas tan esperadas obras de calle Sarmiento han entrado en su etapa final y tanto desde el sector privado como público se entusiasman con la reapertura total de la vía que promete convertirse en una versión mejorada de Arístides. Considerado hoy por hoy el polo gastronómico de mayor nivel en la provincia, ya cuenta con la primera cuadra habilitada para la circulación entre Belgrano y Perú y se espera que en las próximas semanas vea luz verde el tramo hasta 25 de mayo.
De acuerdo a fuentes oficiales de la Ciudad de Mendoza, para la segunda quincena de enero ya piensan en su inauguración, mientras que los empresarios gastronómicos de la zona estiman que en la primera semana del 2026 ya estará concluido el adoquinado de la calzada y la siguiente los trabajos en las veredas.
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Así, se pondrá fin a seis meses de trabajos que tuvieron un impacto negativo en la zona en cuanto a lo económico. Si bien los proyectos que ahí se emplazan sabían que esto podía ocurrir y más de uno reconoció que las obras eran necesarias, en un 2025 que fue complejo para el sector, algunos de los consultados aseguraron que la ocupación en los restaurantes bajó en un 20% en promedio o el recorte de personal llegó en algunos casos al 40%, como consecuencia de la caída de la facturación que dejó el impacto de la obra.
Las complicaciones que retrasaron las obras
Los trabajos comenzaron oficialmente el 7 de julio con la promesa de terminar con la remodelación en cinco meses, algo que no llegará a cumplirse ya que ese plazo ya pasó. Esto se debió inconvenientes técnicos y cruces entre la comuna y Aysam.
Es que, según pudo saber MDZ Online, la compañía dedicada al agua y saneamiento consideró en una primera instancia que la infraestructura de la zona no necesitaba ningún tipo de mantenimiento. Sin embargo, cuando comenzaron los trabajos sobre la calzada, se evidenció el mal estado de caños de agua y cloacales, lo cual los llevó a intervenir y generar retrasos. Lo mismo con otras conexiones de gas.
“Si bien la obra nos impactó fuerte a todos, las demoras no fueron iguales para la primera cuadra que en la segunda. Las lecciones aprendidas ayudaron a que los trabajos en la segunda etapa sean más rápidos. Hay que destacar, que después de sucesivas reuniones, el sprint final aumentó de velocidad y esperamos que termine para la segunda semana de enero todo”, destacaron fuentes del sector gastronómico.
Justamente ese sprint final ha llevado que el trabajo de las empresas a cargo de la obra se realice incluso los fines de semana, con el objetivo de no prolongar más de seis meses el plazo de ejecución.
En ambas cuadras, se ha llevado adelante un trabajo de colocación de adoquines en la calzada, nivelación integral, unificación de veredas, nuevas acequias y bolardos, arbolado, alumbrado público con tecnología LED, estacionamiento y renovación de equipamientos urbanos. Esto permitirá mejorar la accesibilidad, modernizar servicios y eliminación de barreras arquitectónicas.
El impacto económico para los gastronómicos
Considerado el polo gastronómico de la Ciudad de Mendoza, en esas dos cuadras se emplazan propuestas de alto nivel, con restaurantes distinguidos y hasta ganadores de Estrellas Michelin. Con casi cuatro meses “sin veredas”, los locales de la primera cuadra fueron los más afectados.
“En nuestro caso, las obras en calle Sarmiento tuvieron un impacto muy fuerte. Ya son seis meses. Los primeros cuatro meses fueron realmente muy difíciles: la ocupación de mesas cayó aproximadamente a un 20%”, sostuvo Federico Ardito, propietario de Bigalia.
Desde su experiencia, con la apertura de la primera cuadra, que todavía cuenta con algunos detalles que se están ajustando por estos días, han notado una “reactivación del movimiento”, aunque insuficiente. “Hay un poco más de gente caminando por la zona y eso se refleja mínimamente en el trabajo diario. De todos modos, todavía estamos lejos de tener el mismo flujo y la misma cantidad de público que teníamos antes del inicio de la obra en Sarmiento”, marcó Ardito.
Matías Fraga, responsable de Azuca Restauración, el grupo detrás de Azafrán, aseguró que si bien estaban preparados para las obras, no contaban con los retrasos y es algo que afectó el funcionamiento del multipremiado restaurante. “Fue muy difícil y nos complicó en la operativa diaria, pero respiramos hondo”, dijo el empresario.
De todas formas, reconoció: “Es una molestia que sabíamos que era necesaria. La calle Sarmiento no daba para más. No se podía transitar tranquilo, la gente tropezaba al pasar por las veredas, las acequias estaban trabadas de basura y había pérdidas de agua. Era una catástrofe y verdaderamente hacía falta. Nos hubiese gustado que sea más rápido”.
Por su parte, Luan Fernández, uno de los propietarios de Auténtico, reconoció que los cuatro meses sin circulación y sin veredas, más un mes con capacidades reducidas han tenido impacto negativo desde lo económico. “En noviembre tuvimos números similares a enero del año pasado, que es el mes de mayor temporada baja en Mendoza”, reconoció.
El gastronómico coincidió en que la obra era necesaria en la zona: “Es innegable que es fundamental para el desarrollo económico del polo, que la modernización de la red de agua, la red eléctrica de las calles y de las veredas era algo que se venía posponiendo y que sin dudas nos va a dar un nuevo paradigma”, sumó Fernández.
“Si hay una reflexión que hacer es que hay que seguir profundizando en la comunicación y en la articulación público-privada para que trabajemos mejor próximas obras para que impacten menos en el sector, que somos quienes resignamos facturación en este tiempo, y para poder colaborar con el sector público, que es quien hace la inversión económica”, declaró el empresario gastronómico.
Las oportunidades que deja la obra
Sin perder el optimismo, los gastronómicos entienden que estas obras brindarán una oportunidad de darle valor a la zona con una propuesta diferente y una infraestructura atractiva para locales y turistas. Incluso, antes de iniciar con la remodelación ya habían experimentado con el formato de peatonal itinerante, generando ocasiones de consumo diferentes. Justamente, esta articulación público-privada es algo que se pretende continuar en 2026.
“Hacia adelante, esperamos que a medida que las obras avancen y la calle se normalice completamente, el movimiento siga mejorando y el sector pueda recuperarse. Hoy el panorama es un poco más alentador que meses atrás, pero la recuperación todavía es parcial”, reconoció el dueño de Bigalia.
Con el entusiasmo puesto en los meses de febrero y marzo para empezar a medir el impacto de la obra, para Luan Fernández, el polo tendrá dos desafíos: las vaivenes económicos y sociales que vive el país y la seguridad: “Necesitamos que haga más resguardo para los turistas frente a la inseguridad, que a veces es ocasionada por gente que está en condiciones de de indigencia o de vulnerabilidad”, concluyó.



