Presenta:

Gobernabilidad: el verdadero reclamo de los mercados

Un nuevo informe de la Fundación Mediterránea sostiene que ni el ajuste fiscal "histórico" ni el apoyo inédito de EE.UU. logran aplacar la desconfianza del mercado, que sigue midiendo un riesgo país ingobernable.

Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo a mitad de año en el acto inaugural de la Exposición Rural 2025.

Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo a mitad de año en el acto inaugural de la Exposición Rural 2025.

Juan Mateo Aberastain /MDZ

Para los operadores económicos y financieros (los mercados) hay una explicación concreta sobre porqué el país vive en estos días tiempos de crisis crónicas, presiones sobre el tipo de cambio y una dramática falta de acceso al crédito que se mide por un ingobernable riesgo país.

Todo esto con un Gobierno que realizó un esfuerzo histórico en materia fiscal y monetaria; pero que no pudo sortear en este 22 meses de gestión, el escollo de la falta de credibilidad y confianza. La explicación es la falta de claridad política, traducida en altas fallas de gobernabilidad. Dudas que deben tener respuestas más allá del resultado de las elecciones del 26 de octubre.

La situación es analizada en el último informe publicado ayer por la Fundación Mediterránea, donde en una nota firmada por su titular Osvaldo Giordano llamada “¿Cuál es la tarea más importante?”.

Las principales conclusiones del informe

  • Mientras que lo natural es que la deuda pública se pague con nueva deuda, la Argentina tiene vedada esta posibilidad. El muy alto riesgo país refleja un nivel de desconfianza que hace imposible renovar los vencimientos de la deuda pública de manera voluntaria. Esta situación es la que genera el clima de inestabilidad y crisis.
  • Llama la atención la resistencia a la baja del riesgo país en el contexto de un ajuste fiscal inédito, defendido con enfática convicción por el gobierno, especialmente por el presidente, y apoyado por una parte importante de la oposición. A esto se suma un no menos inédito y contundente apoyo de los EEUU. Pero aun así la Argentina sigue sin acceder al crédito.
  • El “prontuario”: La Argentina acumula una larga tradición de incumplimientos. Con estos antecedentes es mucho más difícil generar credibilidad.
  • La “herencia”: En diciembre del 2023 nuevamente el país estuvo al borde de la hiperinflación, son secuelas que perduran en el tiempo. Entre otras, el balance del Banco Central con reservas negativas y la acumulación de enormes pasivos.
  • El “riego kuka”: Parte de la oposición impulsa ideas proclives al desorden macroeconómico y a los incumplimientos. Su influencia se intensificó con la elección de la Provincia de Buenos Aires donde mostró un alto poder electoral.
  • La exagerada subordinación de la política cambiaria y monetaria al objetivo de bajar la inflación. Esta estrategia del gobierno generó atraso cambiario y ralentizó la acumulación de reservas.
  • La subestimación de la debilidad política, muy alta en el Congreso y total entre los gobernadores. En lugar de buscar apoyos y alianzas el oficialismo potenció su aislamiento.
  • La atención sobre el apoyo de los EEUU está concentrada en la definición de la magnitud de los recursos involucrados y en los instrumentos que se utilizarán para su implementación. Sin embargo, mucho más relevantes, de cara al objetivo de salir de la inestabilidad, son los compromisos que asuma el gobierno argentino. Los montos y modalidades del apoyo son relevantes, pero las “tareas para la casa” juegan un rol decisivo como factor determinante de los resultados.
  • Dentro de las tareas, los ajustes en la política cambiaria y monetaria son inevitables. Eliminar restricciones de manera de tender a un manejo del mercado cambiario y monetario “a la peruana” hará un gran aporte a la tranquilidad y certidumbre. Esta migración no debería ser traumática ni debería implicar grandes concesiones en el proceso de desinflación en la medida en que se logre preservar y darle sostenibilidad al equilibrio fiscal y darle dinamismo al proceso de reformas estructurales.
  • La tarea más importante y desafiante es lograr condiciones de gobernabilidad. Que el tema sea mencionado con énfasis por las autoridades del gobierno de EEUU no es una exageración. Muestra una lectura correcta: más que un problema de recursos, los principales factores que perturban el desenvolvimiento de la economía y exacerban la desconfianza son los déficits de gestión, tanto política como administrativa.
  • El tener una actitud agresiva y rígida frente a la oposición dialoguista potenció la debilidad política de partida que adolece el oficialismo. Se valora el equilibrio fiscal, pero aumentan las dudas sobre su sostenibilidad. De manera creciente se viene explicitando una falta de capacidad para llegar a acuerdos políticos con parte de la oposición que son imprescindibles para la ejecución del plan de gobierno. La desconfianza sobre la sostenibilidad de la deuda es un derivado del clima de confrontación que generó el propio gobierno.
  • Para avanzar en un proceso de reformas estructurales se requiere un nivel de pericia política que hasta ahora el gobierno no ha demostrado tener. La prueba más evidente es que desde la firma del Acta de Mayo, donde con el apoyo de una mayoría de gobernadores se suscribió un acuerdo para abordar las transformaciones que necesita la Argentina, no hubo avances en su implementación. Es fácil demostrar que sin reformas a la Argentina se le hará muy difícil cumplir con sus compromisos. Esto naturalmente alimenta la desconfianza.
  • Más preocupante y acuciante es que el oficialismo viene mostrando que ni siquiera logran los apoyos mínimos como para bloquear iniciativas de la oposición que conspiran contra el equilibrio fiscal. De no revertir esta tendencia, en poco tiempo la presión de la oposición más refractaria logrará quebrar la voluntad del gobierno por sostener el equilibrio fiscal. En este punto quedará demostrado que la deuda no es sostenible y tiene justificativos el rechazo a prestarle a la Argentina.
  • El resultado de las elecciones no es tan relevante. La gobernabilidad no depende tanto del resultado de las elecciones como de que el gobierno plantee de manera clara, creíble y convincente un cambio de estrategia política. Por eso, más importante que el resultado es la reacción que tenga el gobierno ante el resultado. En la hipótesis de un amplio triunfo, el oficialismo seguirá necesitando el acuerdo con la parte de la oposición. Pero aun en escenarios menos optimistas para el oficialismo, si la reacción es migrar hacia una actitud de diálogo, respeto y apertura para convocar a la oposición a sostener el equilibrio fiscal y avanzar en las reformas estructurales comprometidas en la agenda de Mayo, no solo será mucho más fácil tranquilizar los mercados financieros sino, lo más importante, entrar en una senda de desarrollo sostenido.