Exclusivo: el FMI aprobará las metas del segundo trimestre

El Fondo Monetario Internacional (FMI) avalará en las próximas horas los números y porcentajes que el gobierno argentino presentó ante el organismo financiero, correspondientes al segundo trimestre del 2022.

En consecuencia, el país aprobará el examen de la misión del staff del Fondo, y desde el cuerpo técnico del FMI se recomendará al Board que dé como cumplida la revisión de ese período.

La novedad será comunicada oficialmente luego del encuentro entre el ministro de Economía Sergio Massa y Kristalina Giorgieva, la directora Gerente del FMI, y representará la segunda aprobación luego del examen del primer trimestre de junio pasado, cuando aún manejaba la Economía Martín Guzmán.

Revisiones y algo más

Para el actual ministro la noticia será más que importante, y positiva, ya que libera de inspecciones del organismo al Palacio de Hacienda en lo que resta de 2022, con revisiones que recién se retomarían hacia fin de año. O, incluso algo mejor, en el primer trimestre del 2023.

Implica, además, para el equipo del actual titular del Economía, una primera cucarda a mostrar dentro del país, al conseguir cerrar la ventana, al menos temporal, de los problemas con el FMI. Hacia delante, consideran los hombres y mujeres de Massa, habrá tiempo para negociar lo que ocurrirá en 2023.

Las negociaciones con el FMI fueron comandadas durante 15 días por el jefe de asesores del ministerio Leonardo Madcur, con el venezolano Luis Cubeddu, jefe de la misión del FMI en Argentina, del otro lado de la pantalla virtual; repitiendo la experiencia de inspeccionar cuentas nacionales desde Washington a través de reiterados zooms. Un mecanismo utilizado entre marzo y abril pasado con Argentina, y que no se repitió en ninguna experiencia fiscalizadora en el resto del globo.

Junto con Madcur en esta oportunidad respondieron preguntas e intercambiaron datos el secretario de Finanzas, Eduardo Setti; Lisandro Cleri, el hombre de Massa en el Banco Central; el flamante secretario de Programación Económica y virtual viceministro, Gabriel Rubinstein, además del secretario de Hacienda, Raúl Rigo.

Entre marzo y abril pasado el venezolano Luis Cubeddu, jefe de la misión del FMI en Argentina, inspeccionó las cuentas nacionales desde Washington a través de reiterados zooms. Es un mecanismo inédito que no se volvió a utilizar en ninguna otra experiencia fiscalizadora en el resto del globo.

Los puntos centrales de la agenda

En general, el encuentro mantuvo un muy buen clima vía zoom, lo que se repitió luego en los contactos persona a persona, que en las últimas horas se vivieron en Washington. Había una ventaja. Varios de los funcionarios del equipo de Massa, eran conocidos por el staff del FMI y habitualmente consultados sobre los vaivenes de la economía criolla en tiempos de revisiones. Quiso el destino que ahora los argentinos y los técnicos del FMI se vuelvan a encontrar, pero en ambos lados de las pantallas negociadoras.

De todas maneras, al menos en lo que respecta a los números y porcentajes del segundo trimestre del año, hubo convivencia pacífica y productiva. Y una coincidencia importante: al menos para el período analizado, no hay intención de patear el tablero. Ni Argentina quiere romper el acuerdo, ni el FMI exigir su cumplimiento irrestricto. Aunque la mayoría de las metas pactadas estén lejos de cumplirse.

La idea hacia delante es que trabaje la burocracia del organismo internacional para que antes del 30 de septiembre la misión sobre el segundo trimestre del año haya recibido el aval del board.

Ese día el país debería recibir los casi US$ 4.500 millones para cumplir con la cuota del crédito Stand By de 2018, que según el acuerdo de Facilidades Extendidas firmado en marzo pasado debería pagarse con dinero proveniente de este acuerdo.

Sergio Massa replicará la estrategia contable elaborada por Martín Guzmán y que luego también planteó Silvina Batakis ante el FMI: adoptar como válidos los números y porcentajes elaborados durante la era del primer ministro de Economía del oficialismo para cerrar las cuentas fiscales y monetarias del período enero-junio; las que en teoría estarían en sintonía con lo firmado con el organismo financiero para cumplir con el acuerdo de Facilidades Extendidas vigente.