Por falta de dólares

El improvisado acuerdo Gobierno-automotrices para no paralizar la producción

Pese a profundas diferencias y dudas sobre su implementación, el Banco Central anunciaría esta semana el mecanismo para que las automotrices le "presten" dólares al Estado para poder seguir importando autopartes. Es un acuerdo frágil que pone la responsabilidad en las empresas.

Horacio Alonso
Horacio Alonso domingo, 12 de junio de 2022 · 17:53 hs
El improvisado acuerdo Gobierno-automotrices para no paralizar la producción

Después de varios días de negociación entre el Banco Central y las automotrices para encontrar una solución a la falta de dólares para importar insumos, esta semana podría haber una decisión política del Gobierno nacional de implementar un mecanismo engorroso que no tiene el respaldo completo de las terminales.

Distintas fuentes del sector confirmaron a MDZ que la entidad monetaria difundiría en los próximos días una circular para poner en marcha un sistema que permita desviar los dólares que las automotrices demandan, para importar autos terminados, a los autopartistas para que puedan pagar en el exterior a sus proveedores de piezas y materias primas.

Sin embargo, esta medida no tiene el aval firme de las empresas debido a que no está claro el funcionamiento ni sus posibilidades de concreción ante una serie de mecanismo de problemas de implementación que no fueron resueltos.

“Hay muchas cosas que no están claras, son difíciles de implementar o no están definida cómo se va a hacer, pero el Banco Central dice que tiene que sacar la norma sí o sí por una cuestión de tiempo. No puede esperar más” explicaron desde el sector.

La urgencia de las autoridades se debe a que hace varias semanas que los autopartistas no están importando con normalidad y están trabajando con sus stocks de insumos. De no reanudar el flujo de compras en el exterior, el abastecimiento a las automotrices está en riesgo.

El problema se centra en que el Banco Central no tiene las reservas suficientes para atender la demanda de dólares que provocan, tanto las automotrices como los autopartistas, para importar 0km e insumos.

Esto se agravó, a comienzos de año, cuando la entidad monetaria comenzó a restringir más el giro de divisas a los importadores.

A partir de la advertencia que hizo el sector por el impacto que podría provocar en la producción, desde las oficinas de Miguel Pesce plantearon la necesidad de implementar un mecanismo que alivie a las arcas del Central.

Ante un aumento de la demanda de dólares que se esperaba, como consecuencia de una mayor producción, se propuso que las automotrices postergaran el pedido de dólares para la importación de autos terminados y que esas divisas fueran destinadas a la mayor importación de insumos que requieren los autopartistas.

El planteo oficial era que las terminales multinacionales buscaran la forma de “patear” los pagos de sus importaciones de 0km que realizan a sus casas matrices refinanciando esos compromisos. De esta manera, las empresas le realizaban una especie de “préstamo” al Estado para que esos dólares fueran a las importaciones de los autopartistas. De lo contrario, no podría aumentarse la producción ya que el Central no tiene las reservas necesarias para hacerlo. El problema es que la solución no es fácil.

“En el Banco Central hicieron una propuesta desde lo teórico, pero que es muy difícil de implementar en la práctica. Se llegó a un punto de no encontrar una solución que conforme a todos y, por ese motivo, dado la urgencia que hay, esta semana van a sacar una circular que no contemplará todos los problemas y, sobre la marcha, se irá viendo cómo se implementa” señalaron desde una automotriz.

La sensación en el sector es que, ante la imposibilidad de lograr un mecanismo claro de implementación, el Gobierno nacional les transfiere el problema a las automotrices para que, en la práctica, sean estas empresas las responsables de que no falten los insumos a sus proveedores. “El Gobierno no quiere que, si se para la producción por falta de insumos, sean los responsables porque no está vigente esta norma. Por eso, quieren sacarla como sea y después, si hay problemas, la culpa será de las empresas. Por eso, la urgencia”, advirtieron en el sector.

Ante esta situación, el malestar de las terminales es muy grande ya que se tienen que hacer cargo de una responsabilidad que corresponde al estado: suministrar los dólares para importar.

“La resolución saldría durante la semana. Hay un preacuerdo, pero hay muchos detalles que ultimar. No es la solución ideal, pero ante la gravedad de la situación es una salida. Después se irá perfeccionando” señalaron desde otra empresa.

La idea que más consenso tiene es que cada empresa se haga cargo de sus proveedores. Si un autopartista está comprometido con pagos al exterior de proveedores que puedan hacer peligrar la producción, la terminal a la que le vende podrá financiar esa deuda que tenga el autopartistas, aumentando su deuda comercial de la terminal con su casa matriz.

Eso es en lo único que hay consenso, que sea cada empresa que solucione el problema de sus proveedores. En un principio se había pensado hacer algo sectorial.

Más allá de este preacuerdo, son muchos los interrogantes que aún quedan para definir.

El primer problema que se presentó, cuando se empezaron las negociaciones, fue cómo implementar la llegada de los dólares que dejan de demandar las terminales a las autopartistas. Si se liberaban las posiciones arancelarias de determinados insumos, este beneficio podría ser utilizado por fabricantes de otros sectores que utilizaran los mismos productos. También es engorroso cómo hacer para controlar que los dólares que reciben los autopartistas de una automotriz determinada, encaje con la cantidad de dólares que esta terminal financia con su casa matriz por importaciones de autos. Una terminal puede tener entre 150 y 200 proveedores diferentes y todos tener problemas diferentes también.

Otro punto difícil de resolver es que el autopartista que le vende una pieza a una automotriz tiene, a su vez, una serie de proveedores que también tienen el mismo problema porque necesitan importar insumos del exterior para abastecer al autopartista que, después, abastece a la automotriz. Pero la terminal no tiene relación comercial con estas empresas indirectas y es una incógnita quién se hará cargo de sus dólares.

A esto se suma el cálculo sobre la cantidad de dólares que están en danza.

En principio se pensó que el monto era de u$s150 millones. Este número fue el propuesto por el Banco Central en base a un cálculo improvisado. Como se espera un aumento promedio de la producción de 25% para este año, sobre el 2021, y el sector autopartista, el año pasado, importó insumos por u$s600 millones, los técnicos del Central llegaron a ese número.

Sin embargo, no tuvieron en cuenta distintos factores. Uno, por ejemplo, que los precios internacionales se incrementaron fuerte en dólares, en los últimos meses. Esto quiere decir que para comprar la misma cantidad de insumos que el año pasado se necesitan más dólares. Si, además, la idea es que se van a necesitan más insumos, la cantidad de dólares es aún mayor.

El otro tea es que esos insumos se utilizan pata producir 0km que, a su vez, se exportan por lo que generan divisas propias. Nadie tiene idea de cómo compensar un flujo con otro.

“Nos quieren hacer que financiemos una cantidad de dólares para producir, pero que son para vehículos que vamos a exportar. Es decir, esos dólares van a volver, pero no se tuvo en cuenta como descontarnos esos dólares de los que pusimos. Todo muy engorroso. Por eso, hay que olvidarse de ese número de u$s150 millones. No saben cuánto es”, se quejaron en otra terminal.

Estas diferencias hacen que no todas las automotrices estén de acuerdo y en las reuniones que se mantienen en ADEFA, la entidad que agrupa a las terminales, quedó claro que hay posiciones encontradas entre quienes avanzar en un acuerdo parcial y lo que se oponen. En algunos casos por la dificultad de explicar en sus casas matrices esta situación y en las limitaciones que tienen por normas internas.

Lo concreto es que el Central tiene la urgencia por sacar la circular en un contexto donde operativamente no está claro cómo va a funcionar.

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