La historia de Maher Carrizo, la joya de Vélez que quiso River y es la figura de la Sub 20 finalista del Mundial
Nacido en Santiago del Estero, Maher Carrizo se formó en las Inferiores de Vélez y se puso el overol de líder de la Selección en el Mundial Sub 20. Acá, su recorrido completo.

Carrizo es producto de la "FáVrica" de Vélez y está a punto de hacer historia con la Selección Sub 20.
FotoBairesA los 19 años, Maher Carrizo vive un presente soñado. Nacido en 2006, la joyita de Vélez que brilla en el Mundial de Chile con la camiseta de la Selección argentina Sub 20 y esta noche irá por el campeonato mundial Sub 20, empezó a forjar su historia con una pelota de muy chiquito, cuando apenas podía atarse los botines.
De Colonia Dora a Liniers: los primeros pasos de Carrizo
Oriundo de Santiago del Estero, más precisamente del pequeño pueblo de Colonia Dora (con 3.300 habitantes), comenzó a pulir su zurda en la escuelita de fútbol del Club Sarmiento de la Banda con apenas cinco años. A partir de ahí empezó un camino ascendente y en 2015, jugando en las infantiles de Central Córdoba, llamó la atención de un captador del Fortín.
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Emiliano Gallo, la persona en cuestión, lo descubrió en un torneo en Sunchales y no dudó: ese mismo año, Maher viajó a Buenos Aires con su familia y se sumó a las divisiones inferiores de Vélez. Y si hay algo que no le costó pese al drástico cambio de vida fue la adaptación.
Formación en "la FáVrica" y debut en Primera
Con 9 años, sacó a relucir su clase en el baby con la camiseta de Villa Luro Norte, donde se cansó de hacer goles y compartió equipo con Álvaro Montoro y Maxi Porcel, dos compañeros con los que más tarde también se encontraría en la Primera del Fortín. Claro, no por nada al club de Liniers le dicen la FáVrica, bautizada con V por la cantidad y calidad de futbolistas que produce Vélez año tras año.
Su pico más alto y que lo llevó a jugar en las grandes ligas fue en la Reserva conducida por Marcelo Bravo. Ahí, Carrizo se consagró campeón siendo el máximo goleador del torneo -ya lo había logrado en Sexta- y se ganó el premio gordo: Gustavo Quinteros lo subió al plantel profesional en 2024 y eso tuvo un efecto inmediato.
Su debut oficial llegó el 6 de agosto de 2024, ante San Lorenzo por Copa Argentina, y el destino le guiñó el ojo: convirtió en su primer partido para sentenciar el 3-1 de Vélez en cancha de Independiente. Más allá de que fue parte del equipo campeón de la Liga Profesional, el boom y la explosión más grande llegó en 2025.
Su primer paso en la Selección Sub 20
En enero, tuvo su primera gran irrupción en la Selección argentina Sub 20 siendo una de las figuras en el Sudamericano de Venezuela, donde marcó cuatro goles y le ganó la pulseada en el puesto nada menos que a Franco Mastantuono. Ese torneo fue el puntapié inicial para ir avanzando casilleros en su vuelta a Liniers.
La llegada de Guillermo Barros Schelotto al banco del Fortín luego de la catastrófica campaña de Sebastián Domínguez fue un antes y un después para Maher Carrizo. A partir de ese momento, comenzó a forjar un protagonismo que no le pesó en lo absoluto: al poco tiempo, se convirtió en una pieza fundamental e intocable en el equipo del Mellizo.
River levantó el teléfono por él
A tal punto de que su nombre sonó muy fuerte en los pasillos de Núñez por un interés concretó de Marcelo Gallardo para sumarlo a su River. Sin embargo, entre la alta cotización de Vélez, que se cerró en los 16 millones de su cláusula de rescisión, y la postura del futbolista, que se inclinó por el sentido de pertenencia, la operación nunca estuvo cerca de realizarse.
Un 2025 formidable, a falta del broche de oro
En 2025, ya lleva 10 gritos con la V azulada y cinco de ellos fueron nada menos que en la Copa Libertadores (cuatro en fase de grupos y una en octavos de final). Justamente luego de que Vélez quedara eliminado de dicho certamen en la serie de cuartos ante Racing, el delantero de 19 años se sumó automáticamente a la Selección de Diego Placente en vistas al Mundial Sub 20 de Chile.
Fue titular desde el primer partido frente a Cuba y, más allá de que se perdió la semifinal ante Colombia por acumulación de amarillas, un pilar esencial para que Argentina sueñe con bordarse la séptima estrella de la categoría. Claro, para eso queda un último y consagratorio paso: vencer esta noche a Marruecos en el estadio Nacional de Santiago.