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El día que Gustavo Costas habló de su problema en el brazo izquierdo: "Me operaron mal, seguro fue uno de Independiente..."

El DT de Racing, Gustavo Costas, recordó la operación que le dejó secuelas en su brazo izquierdo y, folclore mediante, apuntó contra el clásico rival.

El DT de Racing reveló la historia de su codo que fue viral tras la clasificación ante Peñarol. 

El DT de Racing reveló la historia de su codo que fue viral tras la clasificación ante Peñarol. 

Fotobaires

La noche en la que Racing selló su pase a los cuartos de final de la Copa Libertadores tuvo a Gustavo Costas como gran protagonista. Más allá de la emoción y el festejo con sus jugadores, un detalle físico en su brazo izquierdo volvió a llamar la atención y detrás de esa imagen hay una historia de vida cargada de humor, resiliencia y hasta un guiño con la historia argentina.

En una entrevista con El Gráfico, el entrenador reveló que la forma de su brazo no es producto del presente sino de un accidente en su niñez. “Soy del 63, pero me salvé por número bajo. Aparte tengo el brazo quebrado y mal puesto”, contó. Ese rasgo lo acompaña desde los tres años, cuando se cayó, se golpeó con un ladrillo y la operación no salió como debía.

Qué dijo Gustavo Costas sobre el problema en su brazo

“Me caí y me rompí el codo con un ladrillo. Me lo soldaron mal, me lo pusieron para el orto, mirá cómo quedó”, relató el ídolo académico con la crudeza y la espontaneidad que lo caracterizan.

costas brazo
La imagen del brazo de Gustavo Costas.

La imagen del brazo de Gustavo Costas.

Lejos de victimizarse, Costas siempre eligió el humor para hablar de su condición. “Me operaron en el Fiorito, seguro me lo hizo uno de Independiente…”, lanzó entre risas, en una chicana fiel al folclore del fútbol.

Ese detalle físico, además, lo salvó de ir a la Guerra de Malvinas. “Me salvé también por eso: no me puedo poner firme, tampoco colocar bien el arma, y lo hacía un poco exagerado”, reconoció. Así, un episodio doloroso de la infancia terminó convirtiéndose en un guiño del destino que lo dejó ligado para siempre a la camiseta de Racing.

Hoy, desde el banco, Costas no solo vuelve a ser símbolo de la Academia, sino que empuja con su impronta y carácter otro capítulo de gloria en la historia del club.