Multas millonarias en Mendoza por derrochar agua potable: de cuánto son
Ante un verano más caluroso y un 2026 con sequía extrema, Mendoza aplica fuertes multas por derroche y uso irregular del agua. En que casos superan el millón.
Las multas por derroche de agua en Mendoza podría ser de una suma muy importante.
Mendoza entra a otro verano con un problema conocido: poca agua, mucha demanda y pronósticos nada alentadores. Para 2026 se espera una sequía extrema y los meses de calor ya llegan con temperaturas por encima de lo habitual. En ese contexto, la provincia decidió endurecer los controles y recordar que el uso descuidado del agua tiene consecuencias económicas serias.
Las sanciones alcanzan tanto a quienes riegan o lavan con manguera en horarios prohibidos como a quienes se conectan de forma clandestina a la red de agua o saneamiento. En los casos más graves, las multas superan el millón de pesos.
Te Podría Interesar
Sequía extrema y más días de calor intenso
El Departamento General de Irrigación anticipó que el río Mendoza mostrará caudales muy por debajo de lo normal, lo que obliga a administrar cada litro con más cuidado. A eso se suma el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional, que habla de un verano más caluroso de lo habitual, con más jornadas extremas y olas de calor frecuentes. Todo esto ocurre bajo una fase de ENSO Neutral, es decir, sin fenómenos como El Niño o La Niña que puedan aportar lluvias extra. Con menos agua disponible y más consumo, la provincia busca frenar el derroche cotidiano, ese que aparece en hábitos pequeños pero repetidos: veredas lavadas con manguera, calles mojadas sin necesidad, autos bañados a toda presión o piletas que se llenan y vacían sin control.
Prohibiciones que rigen los 365 días del año
Más allá del verano, hay un paquete de conductas que están vetadas durante todo el año y a cualquier hora. Entre ellas se incluyen el riego de calles pavimentadas, el lavado de veredas y vehículos con manguera directa y el uso de conexiones clandestinas tanto de agua potable como de cloacas. Estas faltas se castigan con un esquema progresivo: la primera vez, la multa es de $179.207,57; si se repite, sube a $358.415, y a partir de la tercera llega a $716.830. La lógica es clara: quien insiste en ignorar las reglas paga cada vez más caro. El mensaje oficial apunta a que no se trata solo de una obligación legal, sino de una responsabilidad con el resto de la población, que depende de la misma fuente de agua en una de las provincias más áridas del país.
Verano, riego y piletas: los horarios más controlados para el uso del agua
El período de mayor vigilancia va del 1 de septiembre al 31 de marzo, cuando el consumo se dispara por el calor y el uso recreativo del agua. En ese tramo del año se restringe regar jardines, llenar piletas, mojar calles de tierra y realizar cualquier uso abusivo entre las 8 y las 22. Fuera de esos horarios, la recomendación es seguir siendo prudentes, pero las sanciones se enfocan en las franjas de mayor demanda.
Las multas por incumplir estas restricciones arrancan en $89.603,78 para la primera infracción, pasan a un valor intermedio en la segunda y pueden llegar a $358.415,14 si la conducta se repite. El castigo más alto se reserva para las conexiones clandestinas de agua potable o saneamiento: en esos casos la penalidad ronda los $1.098.274 y se suma el corte inmediato del servicio y el retiro de la conexión irregular.
Cómo se controlan las faltas y dónde se pagan las multas
El control en la calle queda en manos de personal identificado de Aguas Mendocinas (AySAM), que recorre barrios y registra las infracciones mediante fotografías u otros medios de prueba. Si se constata una falta, el usuario es notificado y dispone de cinco días hábiles para presentar su descargo. Si no está de acuerdo con la sanción, puede apelar ante el organismo provincial encargado de regular y controlar el servicio de agua y saneamiento.
De todas maneras, las autoridades insisten en que la mejor forma de evitar conflictos es ajustar los hábitos: regar en horarios permitidos, revisar pérdidas, moderar el uso de piletas y evitar lavar veredas con manguera.
En paralelo, la empresa recuerda que no realiza cobros puerta a puerta. Nadie está autorizado a presentarse en nombre de Aguas Mendocinas para exigir dinero en efectivo por supuestas multas o trabajos. Todos los pagos deben hacerse a través de canales oficiales y entidades habilitadas. En una provincia acostumbrada a vivir con escasez hídrica, el objetivo no es solo castigar al que incumple, sino instalar una cultura del cuidado que atraviese la rutina diaria: cerrar la canilla a tiempo, usar el agua con criterio y entender que cada gesto cuenta cuando el río baja con menos fuerza cada año.


