Justicia Federal

Perturbador: detalles de un secuestro que tuvo lugar en Mendoza

&nbsp;Dos delincuentes fueron condenados por la sustracción, retención y ocultamiento del empresario mendocino Guillermo Antonio Altieri, ocurrido en 2015. El Tribunal Oral Federal 1 condenó a Eduardo Maximiliano Damián Goncebatte a 14 años de prisión y Lucas Darío Pipino Joya recibió una condena de 13 años.<b> Informe detallado sobre la forma de trabajar de la banda que se hizo con un rescate de 240 mil dólares.</b>

lunes, 17 de junio de 2019 · 15:45 hs

A principios de junio dos delincuentes fueron condenados por secuestrar a un ciudadano mendocino. Ahora, la Justicia Federal dio a conocer los fundamentos de ese fallo y reveló detalles de cómo fue la sustracción, retención y ocultamiento del empresario Guillermo Altieri, por cuyo rescate su familia pagó la suma de 240 mil dólares. A través de las declaraciones de los involucrados, se puede reconstruir con precisión cómo operaron los delincuentes que recibieron condenas a 14 años y 13 años de prisión, más multas de 90 mil pesos.

Resumen del caso

El episodio tuvo lugar el 26 de febrero del 2015 a las 8 de la mañana. A esa hora, Guillermo Antonio Altieri fue interceptado mientras circulaba en su camioneta marca Toyota Hilux, de color gris por calle Irigoyen antes de llegar a calle Francia, del departamento de Godoy Cruz. El golpe comando involucró a varias personas y al menos tres vehículos. Según pudieron reconstruir los investigadores, la camioneta de Altieri tuvo que detener su marcha luego de que se atravesara un vehículo en su camino. Inmediatamente después, una camioneta VW Amarok lo chocó de atrás y la víctima bajó de su rodado. En ese momento, se estacionó a su lado un vehículo marca Hyundai Tucson, color blanco del cual bajaron cuatro personas quienes lo golpearon en dos oportunidades en su la cabeza produciéndole una herida cortante. Los atacantes lo subieron a ese último vehículo y se lo llevaron con la cabeza tapada por un trapo.

Sin bajarlo del rodado, ingresaron al garaje de una vivienda con portón de madera y puerta de metal, ubicada en el Gran Mendoza. Allí esperaron hasta que el sobrino de Altieri, Mariano Bertona, pagó el rescate de 240 mil dólares y una vez que eso ocurrió a las 14:50 Altieri fue liberado en las cercanías de la calle Podesta entre la Ruta 50 y Perito Moreno, de Fray Luis Beltran, Maipú.

Detalles escalofriantes

Pero en el fallo de la Justicia Federal también dan a conocer detalles de cómo fue que Mariano Bertona realizó el pago dejando una bolsa de residuos en las calles San Martín y Virrey Ceballos, de Godoy Cruz e incluso las tensas horas que vivieron familiares y allegados de Altieri hasta que el ciudadano fuese liberado. Amenazas, llamados de números privados y la desesperada carrera para conseguir el dinero fueron algunos de los condimentos de una historia oscura que afortunadamente terminó con dos malvivientes tras las rejas.

La primera persona en enterarse de la situación fue la contadora de Altieri, quien le había mandado un mensaje preocupada porque no llegaba a trabajar. Verónica Difonzo recibió un llamado de su jefe a las 8.20 y al atender escuchó una voz que decía "300.000 dólares". Inmediatamente después Altieri habla y le dice que vaya a un lugar donde se encuentre sola. "Le pregunté qué pasa Guille, contestó ‘estoy con unos señores que le debemos dar un dinero y que ellos me iban a llamar e indicar que hacer’. Me pidió además que no le dijera ni a la policía, ni a Cecilia su esposa, ni a nadie. Esa comunicación la mantuve entre el celular de Guillermo y el mío", narró Difonzo ante la Justicia. Acto siguiente, dijo haber recibido un llamado de un número privado y una persona le ordenado ir al auto, no hablar con nadie y hacer lo que le ordenó su jefe. "El señor que debe confiar mucho en vos porque su vida en tus manos, no cortes el teléfono", amenazó el secuestrador.

"Me fui hasta el banco en Maipú todo el tiempo con el teléfono abierto y comunicándome con ellos, que en un momento me habló uno con acento cordobés, presumo que era quien estaba con Guillermo por que se le escucho cuando dijo ‘U$S 300.000’ y ‘espera que te llamen’, y el otro con el que hablé después tenía acento local (...) Pido hablar con el gerente, que su nombre es Marcelo, pero no se su apellido. Me hace pasar a su oficina y le pido $4.000.000 o U$S300.000, de la cuenta de la empresa. Me contestó que no era persona autorizada, que sólo Guillermo podía hacer esa extracción, yo le dije que ‘Guillermo estaba de viaje, iba a llegar más tarde, y que me diera la plata y después Guillermo firmaba'(…)Todo el tiempo me llegaban mensajes de texto insultándome, amenazándome, pidiendo que saliera afuera del banco y le atendiera la llamada. Entonces, para que no se pusiera nervioso atendía y salía afuera del banco. Me daba 15 minutos para conseguir la plata, después media hora y así. Me iba hostigando en todo momento", explicó la secretaria en sede judicial.

El destino entró a jugar en ese momento. Cumpliendo su tarea diaria para su propia empresa el cuñado de Altieri, Ricardo Bertona, llegó hasta la sucursal del banco en el que Difonzo estaba intentando retirar el dinero del rescate. Rápidamente, fue puesto en conocimiento de lo que ocurría y colaboró para obtener el dinero. 

"Ricardo a todo esto dice que Mariano Bertona, su hijo, podía tener ese dinero y entonces lo llama, le dice que vaya a la caja fuerte y retire el dinero. Entonces, me habla Guillermo devuelta y le dije que ‘no me autorizan el retiro de los $800.000’", narra Difonzo y en ese momento le dice a los secuestradores que puede conseguir 240 mil dólares pero que ella no quiere hacer la entrega porque le da miedo. La empleada les cuenta que "justo el sobrino de Guillermo se encontraba haciendo un trámite en el banco" y pregunta si podía ir él en lugar de ella. 

Este cambio no fue bien recibido por los secuestradores. "Ellos dudaban si no era un policía, me dijeron ‘me vas a mandar a la policía’. Le dije que le preguntaran a Guillermo si tenía un sobrino que se llamaba Mariano Bertona. Me pidieron que le pase con Mariano, empezó a hablar con ellos, le hicieron preguntas a sobre cuestiones familiares y personales de Guillermo. Después, Mariano con el dinero agarró mi camioneta y se fue con mi celular hablando para hacer la entrega", concluye el relato.

En su declaración, Mariano Bertona explica que su padre Ricardo lo llamó a las 9 de la mañana y le avisó que habían secuestrado a su tío, Guillermo Altieri.  "Me pide que vaya a la caja de seguridad de un banco de Luján de Cuyo para sacar la plata que habían pedido de rescate. Me pidió que le diera U$S 300.000, yo tenía U$S 190.000 en esa caja de seguridad. Llegué a su casa, saco la plata del maletín mío y la puse en una bolsa negra con la inscripción ‘Prosegur’, que adentro es de color amarilla, donde ya habían U$S50.000. En total habíamos juntado U$S240.000. Introduje la bolsa de Prosegur en una bolsa de nylon negra de residuos de aproximadamente unos 60 centímetros de altura. Después salí de la casa de mi padre hacia el banco de Maipú, donde estaban en la oficina de la gerencia, la contadora de la empresa de Guillermo, Verónica Difonzo", explicó Mariano Bertona.

Según comentó, llegó al banco cerca de las 10.30 y habló con los secuestradores. "Alrededor de las 12:30 horas fue el último llamado, nos dijeron que ‘lleváramos lo que había’. Alrededor de las 13:00 a 13:30 horas salgo del Banco, hablando con los secuestradores desde el celular de Verónica, y también llevaba conmigo mi celular", explica.

Al igual que sucede en las películas, los delincuentes le fueron dando indicaciones a Bertona y le hacen saber que lo están siguiendo. "Me dijeron que ‘agarrara calle Paso Juan José Paso con dirección hacia el oeste, o sea hacia el Acceso Sur, que cruce el puente del acceso’. Cuando voy cruzando el acceso me dicen ‘ya te vimos’, es decir me habían localizado", explicó. "A todo esto me sigo comunicando con los secuestradores, que me piden mi número de celular y que tire el teléfono de Verónica porque me dijeron ‘está intervenido’", agregó.

Durante media hora continuó hablando con los secuestradores que le piden que deje la bolsa con dinero en el semáforo de calle San Martín Sur y Virrey Ceballos. "Dejé la bolsa en el semáforo de la esquina sur este. Justo en esa esquina hay un negocio pintado con verde y hay una parada de colectivo(…)Le pregunto dónde dejo la bolsa, me dice ‘ahí, dale bájala’. Dejé la bolsa negra de nylon que adentro tenía la bolsa de Prosegur con los U$S240.000. Habrán sido alrededor de las 14:00 a 14:10 horas. Cuando la dejo, me dice ‘gira a tu derecha, camina y no te des vuelta, no mires para atrás porque te mato’", relató Bertona y dijo que siguió caminando sin cortar el teléfono. Una vez que se interrumpió la llamada, el se quedó en el lugar esperando tener novedades y a las 14.58 lo llamó su tía para decirle que Guillermo había sido liberado.

Tanto Difonzo como Bertona informaron que la voz aspera y ronca del otro lado del teléfono era de un cordobés. Pero en su declaración, el propio Guillermo Altieri señala que los secuestradores llamaban jefe a un individuo de acento porteño con el que tuvo que hablar por teléfono.  “Seguidamente, seguimos andando no se por dónde pero en un momento se paró la camioneta se bajó el acompañante y abrió a mi parecer un portón e ingresamos a un garaje ya que se notaba que estaba cerrado, ahí me tiraron una manta encima y me sacaron el trapo que tenía antes, por lo cual no pude observar nada (...) Siempre estuve dentro del mismo auto y con la radio bien alta, las voces de estas personas eran muy distintas uno tenía acento cordobés marcado, otro también tenía acento cordobés, y el que manejaba no hablo nunca y el acompañante aparentemente tenía algún tipo de defecto o algo en su habla parecía gangoso", relató Altieri tras ser liberado. "Mientras estábamos andando en rodado ahí me vuelven a pasar el teléfono con esta persona que sería el jefe y me dice ahora si vas hacer boleta porque solo hay 240 y verónica ha llamado a la policía y que había metido a un tal Vertolli para que haga entrega del dinero que dice que es sobrino tuyo", manifiesta respecto al momento en que los secuestradores se enteran que Bertona hará la entrega.

Pero una vez que los malvivientes se hicieron con el dinero, lo liberaron en Maipú. "Habremos andado media hora más, y entramos a una calle de ripio ya que se sentía el vibrar de la camioneta y pararon me hicieron bajar, y que diera dos saltitos para alejarme de la camioneta ya que tenía atados los pies, y luego que me sentara, esto siempre con la cabeza tapada, seguidamente, me sacaron la manta y me taparon la cabeza con mi propia campera subieron a la camioneta y salieron rápidamente", subrayó.

Pruebas, confesiones y condenas

Finalmente, en base las grabaciones de las llamadas se logró constatar que Maximiliano Damián Goncebatte fue uno de los encargados de amenazar telefónicamente a la familia de la víctima y el ciudadano marplatense confesó su participación pero dijo que se limitó a esa tarea y sin conocer al resto de los integrantes de la banda salvo al otro condenado, Lucas Pipino. Este último, también reconoció su participación en el hecho pero aseguró que lo único que tuvo que hacer fue vigilar a Alieri cuando estaba atrapado en el vehículo.

Según las grabaciones de la Justicia Federal, en distintos momentos Goncebatte -quien ya ha sido condenado por delitos similares- amenazó con asesinar a la víctima. "A mí sí me importa el dinero. Ahora en este momento no me importa más, se terminó la negociación porque yo te di tiempo. Con esa plata hacele un velorio lindo y comprale flores. Te vas a arrepentir mañana en el cajón, no espero más, se terminó. ¿Sabés por qué? Porque vos me diste tu palabra, tu palabra no vale (…) Nunca tuviste nada, no tenés ni mil pesos. Me querés versear. Me querés dar vuelta y el tiempo se te terminó. Se terminó, hiciste mal las cosas, hicieron mal las cosas. No espero más, la policía no le va a salvar la vida”, amenaza Goncebatte en uno de los audios. “Te va a llamar para despedirse de vos. Para despedirse, ¿me escuchaste? (…) No, ya está madre. No te acepto más nada, metete la plata en el culo, nosotros no jugamos con la gente, vos jugaste conmigo, listo. Se le terminó la vida al señor, te va a llamar y se va a despedir de vos. (…) La plata, me estás jugando hace dos horas y media. Guardátela o dásela a la familia y háganle el mejor velorio que exista”, amenaza a la contadora Difonzo en otro de los audios.

Según los jueces Alejandro Piña, María Paula Marisi y Alberto Carelli, la participación tanto de Goncebatte como de Pipino se desprende sin lugar a dudas de los peritajes de voz efectuados en el marco de la presente causa y de algunas de las declaraciones testimoniales recibidas.

"En el caso de Pipino, además, existe un peritaje genético que lo ubica en el hecho. Además, en el allanamiento practicado en su domicilio fue encontrado el reloj que le sustrajeron a Altieri mientras estuvo secuestrado. Y, por último, fue reconocido en rueda de personas por un testigo que prestó declaración durante la etapa de instrucción de la causa", detalla el fallo.

Además, ambos confesaron su participación y Goncebatte -oriundo de Mar del Plata-admitió ser la voz porteña que mencionan los allegados de Altieri, mientras que Pipino, nacido en Córdoba, es el cordobés que también negociaba el rescate. En cuanto al dinero del rescate y el resto de los involucrados en el secuestro, no hubo novedades.

Por último, la Justicia absolvió a un tercer imputado en la causa, identificado como L.M.P, nacido en Mar del Plata y amigo de Goncebatte.