Bento criticó al juez de la causa y le lanzó una durísima advertencia

Walter Bento acaba de presentar un escrito que vale la pena leer varias veces. Se trata, básicamente, de una serie de quejas y advertencias contra su colega que entiende en la causa de las coimas, el juez Eduardo Puigdéngolas, donde menciona la posibilidad de que “no quede impune”.

Así de desafiante. “Frente a mi próxima declaración indagatoria, continúo estudiando los antecedentes de la causa y no puedo dejar de sorprenderme”, dice el magistrado, quien también asegura que refutará una a una las acusaciones que se le han planteado.

Cuestiona, en particular, que varios de los testigos que han declarado contra él tienen condenas previas. Sobre uno, por ejemplo, pesa una sentencia de 5 años y 6 meses por contrabando. Sobre otro una por coimas. “Esto, que parece que a nadie le resulta llamativo, está documentado en la causa”, se queja Bento.

Se refiere específicamente a Gonzalo Ramírez Madrid -un condenado en primera instancia que dijo haber sido “apretado” en la cárcel para pagar coimas- y Raúl Ahumada, “operador judicial” que tiene antecedentes y también se presentó como testigo espontáneo.

Opina Bento en relación a Ahumada: “Vega fundó su acusación en el ‘testimonio’ de un sujeto condenado por su capacidad de persuasión y engaño, que realizó ardides frente jueces, y que cobró un soborno para liberar a un traficante preso ante el tribunal en el que trabajaba”. Y agrega: “Im-pre-sio-nan-te” (sic).

Permítase aquí un breve interludio: estos redactores, que algunos expedientes han leído, nunca habían visto -al menos en Mendoza- un escrito tan mechado de expresiones informales y hasta personales. En un alarde adverbial destaca, por ejemplo, que el fiscal Dante Vega, que lidera la instrucción, “no actúa sensatamente” y lo “odia insanamente”.

Sobre los arrepentidos

En otro tramo, Bento cuestiona las declaraciones de los arrepentidos. Considera que fueron obtenidas bajo presión. Y dice, asimismo, que el imputado Jaime Alba -quien fue grabado diciendo que iba a matar a Vega- cayó en la trampa de “un peligroso delincuente” que habría hecho esas grabaciones.

Todo eso, dice el acusado, está mal. Y se queja de “que se homologue un acuerdo de colaboración donde un abogado dijo para salir de la prisión que participé de una reunión de la asociación ilícita -que obviamente no existió- en la que le dije ‘bienvenido al grupo’ (jajaja)”, pone Bento textualmente.

Más abajo, remata expresando que todo lo mencionado lo persuade de que el juez Puigdéngolas “no es imparcial y evidentemente es parte de esta trama desde el inicio”.

El final lleva la marca de Mariano Cúneo Libarona, quien junto a Gustavo Gazali está a cargo de la defensa de Bento. El texto avisa -¿amenaza?- con una respuesta legal demoledora. “La historia reciente de los tribunales demuestra que en alguna instancia estas brutalidades son examinadas por jueces imparciales y no quedan impunes. Me remito a los casos AMIA (Juez Galeano y Fiscales condenados) y Coppola (juez y secretario condenados a graves penas por la comisión de múltiples delitos)”.

Así están las cosas. Bento está imputado por asociación ilícita, cohecho pasivo (coimas), lavado de activos y enriquecimiento ilícito.

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